Réquiem por el Dehesón del Encinar
He cruzado cien veces el Dehesón. He paseado por sus arroyos de arenas finas y espinos, ovas suaves en las primaveras. En el cielo una cigüeña negra, un águila imperial o culebrera. En las otoñadas miles de grullas, el trompeteo incansable. Alcornoques inmensos tomados por alfombras de musgo verde, fresnos donde se cimbrean culebras, encinas retorcidas y ancianas. La piara de cerdos -la de antes- renegridos en montanera, lentos y en su cuartel. Y las vacas avileñas, azabaches y de cornamenta muy fina. Y el caserío, arquitectura colonial limpia, entreverada de encinas. Recuerdo cuando tiraron, hace ya muchos años, la ermita y me dijeron en la Junta de Toledo, que para qué iban a mantenerla en pie... Y así hasta ahora.
El Dehesón es de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 714 hectáreas. Cospedal quiso hacer caja con él, venderlo y añadirlo a alguna finca privada del entorno. La cosa se paró, la paramos, porque eso de enajenar montes públicos, refugios de fauna y demás, no era asunto menor. Pero cerraron definitivamente el centro de investigación, metieron a los cerdos en un camión -estirpe Guadyerbas, quizá la cepa ibérica mas pura de la Península-, los enviaron a Extremadura, y vendieron las vacas. La gente, los trabajadores, fuera. Política de tierra quemada.
En los últimos años se han arrendado algunos pastos, y se ha cedido la finca por una cantidad irrisoria a una empresa de porcino. Casas destrozadas, el pasto amenazando con prender, los cerdos escarbando en raíces de alcornoques y encinas venerables, auténticos monumentos varias veces centenarios... La Junta no sabe qué hacer con el Dehesón, pese a alguna declaración de vez en cuando y la supuesta intención de volver a recuperar las líneas de investigación. Promesas, como todo lo que afecta a esta tierra.
Ahora se saca el corcho. 3.119 pies de alcornoque van a producir 3.701 quintales (170.367 kilos), por los que el mejor postor en licitación pagará 799.559,49 euros más IVA. Dinero que irá a la saca de la Junta, pero no se quedará ni un euro en el propio Dehesón para adecentar el asunto, ponerlo en funcionamiento de nuevo. Nada. La política del expolio y el ahí te quedas. Ni un atisbo de lucidez, de estima a la tradición ganadera de esta comarca, tierra de dehesas y cañadas, cordeles y veredas, respetuosa con el bosque y el árbol, con una personalidad única, veteada de regatos y siempre acunada por los Alcañizos, el Guadyerbas, el Tiétar... a la sombra azul de Gredos.
Me duele el abandono, la desidia, la incapacidad, la falta de ideas, el mirar para otro lado, dilapidando la riqueza y la belleza, el trabajo de gentes durante generaciones, siglos. El Dehesón languidece mientras se desprecian sus posibilidades por los mismos que siguen haciendo caja con sus recursos.
Miguel Ángel Sánchez. Concejal de Ganemos Talavera