La pregunta de Podemos
Podemos pregunta estos días a sus bases: “¿Crees que Podemos Castilla la Mancha debería votar sí a los presupuestos si con un acuerdo de gobierno se garantiza la puesta en marcha y el control de políticas propias como la Renta Garantizada o el Plan de Garantías Ciudadanas? Jamás pensé que la nueva política exigiera tanto al ciudadano y, mucho menos, al militante. Tras años de fracaso escolar, ahora resulta que para resucitar la democracia directa hacen falta gramáticos que sepan discernir la subordinada condicional y la pasiva refleja. Nunca pensé que los profesores universitarios llegasen a tanto.
Las preguntas de Puigdemont o Artur Mas quedan en oficio de tinieblas al lado de la que mi admirado Guillermo de Baskerville ha propuesto a sus seguidores. No me extraña que Llorente se oponga, sobre todo porque no entiende nada. Los anticapitalistas son eficaces durmiendo en cajeros, pero grises en sus sueños. Molina vuelve a salirse con la suya y a demostrar la vigencia de la teología que estudió en Barcelona. La pregunta es un misterio y las transubstanciación del verbo en política. Que aprendan los obispos, coño.
Estos revolucionarios lo someten todo a consideración de la asamblea, ignorando a Tocqueville y las más elementales formas de democracia representativa. La política es el arte de lo posible por más que pasen los siglos y los círculos. Es infantil y absurdo bloquear las soluciones a posiciones de máximos, cuando el pacto y la transacción se han demostrado como las más elementales armas de la política en democracia. Lo contrario conduce a la melancolía y la nada. Molina será consejero por la gracia de sus círculos y el valor de su tonsura, acicalada y bendecida por la coleta de Pablo. Cráneo privilegiado, que diría Valle Inclán.
Mientras tanto, Emiliano y Vaquero le hacen un Romanones a Sánchez y Ávalos, como muy bien ha visto el gran Gayarre, el mejor de todos nosotros. Hagan ustedes las leyes y déjennos los reglamentos, que ya sabemos cómo funciona la cosa. Unos y otros someten a las bases a una presión inconclusa, rebelde, fatigosa... Si los elegimos como primus inter pares, para qué vuelven el rostro y la duda cada vez que deben andar un paso. Sus sueldos debieran, por tanto, repartirlos entre la militancia. Será que uno es chapado a la antigua y aboga por la teoría de la responsabilidad que nadie compra.
A mí lo que me mola de la situación es ver a María y a Jose como consejeros yendo en el Galiano a visitar los pueblos. Hace su entrada en El Trincheto la fragoneta – la RAE pronto lo admitirá como término- del señor vicepresidente y la consejera. Con dos cojones. Y aquí paz, y después gloria. Y presupuestos, claro. La pregunta de Podemos ha sido como el Baldaquino de Bernini, un rococó en la Mancha de estío, con sol y moscas. Es el yelmo de Mambrino repleto de quesadillas que caen derretidas sobre la frente de Don Quijote. A Molina y a Page habría que darles ya el Nobel de la Paz, sin tardanzas. Montescos y Capuletos no hubieran llegado a tanto si hubiesen tenido progenitores como ellos. La verdad sólo tiene un camino, la pregunta de Podemos, el condicional y la pasiva refleja. Y el Galiano, por supuesto. Me pido al fondo del autobús, que es donde está la bulla.