Rajoy cita de urgencia a Cospedal, Page se alegra, Tirado se preocupa y el "cabrón" del albaceteño Ernesto Sevilla
Mariano Rajoy vive sin vivir en sí. Las encuestas y Albert Rivera le están descolocando y empiezan a sacarle de su natural estatua: algo bueno tiene la demoscopia que ha encendido las alarmas en la Moncloa. Es como si el guaperas líder de Ciudadanos hubiera conseguido mucho más que Carles Puigdemont y toda la pandereta catalana, o sea, sacar a Rajoy de su tranquila zona de confort donde vive quieto parao casi todo el año. A la vista de la crisis confirmada este lunes por el CIS, Rajoy ha decidido mover un dedo y ha citado el próximo lunes en Génova a todos sus barones para lanzar un SOS y ver cómo puede salvarse la legislatura. Algunos medios dice que Rajoy y Rivera no se hablan y que hay peligro de anticipo electoral y por eso el inquilino monclovita ha pedido a su número dos, María Dolores de Cospedal, que reúna a todo el mundo y se pongan a pensar.
Cospedal, claro está, tiene una difícil papeleta. Como secretaria general del PP debe lidiar con el desplome y darle soluciones a Rajoy, que quiere una legislatura larga y tranquila y se la están complicando estos chavalotes de Ciudadanos tan de buen ver y mucha gaseosa. A lo mejor ahora le salvan la cosa al presidente del Gobierno entre Albert Boadella y Pedro Sánchez, pero hay que reconocerle a Riverita el mérito de hacer que se mueva el elefante y se haya puesto de los nervios, si es que eso es posible. El lunes Cospedal está citada con Rajoy en su doble condición de secretaria general y presidenta del PP de Castilla-La Mancha, y entre ella y el resto de las baronías tienen que encontrarle una solución al presidente para llegar sano y salvo a 2020. Cada vez se le pone peor la cosa a Cospedal para aclarar su futuro castellano-manchego, que yo no sé si hasta Vicente Tirado va a empezar a preocuparse.
El subidón de Albert Rivera tiene muy atento al presidente de la Junta, Emiliano García-Page, que está viendo en este chico una oportunidad donde otros sólo ven problemas: oportunidad para quitarse de encima a José García Molina, oportunidad para volver a gobernar en Castilla-La Mancha la próxima legislatura y oportunidad para darle al PP un puntillazo definitivo en la región, sueños todos ellos posibles pero tan futuribles y lejanos que es muy pronto para pensar. De momento la química funciona entre Page y Rivera, según las malas lenguas, y hasta dicen que Pepe Bono anda susurrando a corriente de la causa. Cospedal y Tirado tal vez se están perdiendo algo.
Lo que no me perdí yo estos últimos días fueron las demoledoras críticas de los medios a la gala de los Goya con especial inquina en los dos presentadores, los albaceteños Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes, blanco de todas las balas que rozaron silbando sus cabezas. La gala fue un coñazo, como siempre, y ni siquiera Sevilla y Reyes la salvaron con un guión tan flojo como tontorrón, pero es verdad que tal vez algunos críticos se hayan pasado de rosca. Para celebrarlo, los cómicos albaceteños se fueron después al Hormiguero y le enseñaron a Pablo Motos la bonita camiseta de Sevilla homenaje a la prensa. Cabrón. Con pintas.