La comunidad autónoma de Castilla-La Mancha es un foco de incertidumbre electoral en estos momentos. Frente a otras regiones en las que se apuesta claramente por un partido o candidato en las elecciones autonómicas y municipales de mayo, la situación en Castilla-La Mancha está totalmente abierta y el resultado es más que incierto, con la balanza inclinándose hacia cualquier lado. No hay un ganador claro: ni el actual presidente socialista de la Junta, Emiliano García-Page, ni el líder de la oposición y candidato del PP, Paco Núñez.

Así lo refleja un estudio elaborado por la consultora Llorente y Cuenca publicado por El Español y que prevé un vuelco electoral en Aragón, Baleares y La Rioja en los comicios autonómicos del próximo 28 de mayo. El PP tiene altas probabilidades de hacerse con el gobierno de estas tres comunidades autónomas, aunque necesitará entenderse con Vox para consumar el cambio político.

El PSOE sólo tiene garantías de retener el poder en Navarra (donde la división entre UPN y PP penaliza al centroderecha) y Canarias, donde el candidato popular, Manuel Domínguez, aún tiene un bajo nivel de conocimiento entre los electores. El resultado más incierto se presenta en Extremadura, Castilla-La Mancha y la Comunidad Valenciana.

En peligro

En las dos primeras, las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez ponen en peligro el futuro de Guillermo Fernández Vara y Emiliano García-Page, advierte el informe. En la Comunidad Valenciana, el escándalo de corrupción del caso Azud constituye la principal amenaza para el pacto de gobierno que encabeza Ximo Puig.

Sin sorpresas en Madrid, donde la principal incógnita es si Isabel Díaz Ayuso logrará la mayoría absoluta. En Cantabria, Miguel Ángel Revilla podrá seguir gobernando, aunque precisará el apoyo del PSOE. En Asturias se acorta la distancia entre los dos grandes partidos, pero el socialista Adrián Barbón podría retener el gobierno autonómico mediante un pacto con Podemos.  

La consultora Llorente y Cuenca ha elaborado estas previsiones a partir de la media de las encuestas publicadas durante los últimos meses por varios medios, incluyendo las que elabora SocioMétrica para EL ESPAÑOL.

En cuanto a las elecciones municipales, según el estudio también hay altas probabilidades de que se produzca un vuelco político en cuatro capitales de provincia: Barcelona (donde el PSC se impondría a los Comunes), Valencia (donde la popular María José Catalá podría desalojar al alcalde Joan Ribó, de Compromís), Palma de Mallorca (el popular Jaime Martínez pondría fin al pacto de izquierdas) y Granada (el socialista Francisco Cuenca sería sustituido por la popular Marifrán Carazo).

En cambio, los socialistas podrían conservar la Alcaldía de Sevilla, su último gran feudo en Andalucía.

Consecuencias

El estudio también analiza las consecuencias que va a tener para la política nacional el posible tsunami de los comicios del 28-M.

Si buena parte de España se tiñe de azul y los socialistas pierden algunas de sus plazas clave, esto podría afectar a la estabilidad de la coalición de Gobierno formada por el PSOE y Podemos: es muy probable que Alberto Núñez Feijóo comience a reclamar a partir del 28 de mayo la convocatoria anticipada de elecciones generales, al entender que el Gobierno de Sánchez ha perdido el respaldo de la mayoría social.

El panorama es muy complicado para Ciudadanos (habrá dado un paso definitivo para su extinción, si sufre un severo retroceso en las municipales y autonómicas) y para Podemos.

El partido morado se hizo con cuatro ministerios en el Gobierno, pero su implantación territorial se tambalea. Si se confirma su varapalo en las elecciones autonómicas, su posición será extremadamente débil para negociar una cuota de poder en la plataforma Sumar de Yolanda Díaz, que hoy teje su red de alianzas con formaciones como Más País y Compromís.

Por último, Vox quiere pasar a los hechos: si su apoyo es decisivo para que el PP se haga con el poder en regiones como Aragón, Baleares y La Rioja, todo indica que el partido de Abascal exija entrar en estos gobiernos regionales, indica el informe de Llorente y Cuenca. Tal como ocurrió en las elecciones de Castilla y León del 13-F de 2022.

Aunque en Cataluña no se celebran elecciones autonómicas, el resultado del 28-M servirán de termómetro para comprobar el nuevo equilibrio de poder entre el PSC y las dos "almas del independentismo", Junts y ERC. El PSC de Salvador Illa ha dado un paso decisivo este miércoles al pactar los presupuestos de la Generalitat con el president Pere Aragonés.