Confidencial

El CIS deja un panorama electoral incierto y totalmente abierto en Castilla-La Mancha

10 mayo, 2018 00:00

Los próximos doce meses hasta las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019 se presentan intensos y políticamente apasionantes en la vida pública de Castilla-La Mancha. Por primera vez, y a la vista de las sucesivas encuestas que se van conociendo, el panorama electoral de la región se presenta absolutamente incierto y abierto a todas las posibilidades tanto de victoria en las urnas como de formación de gobierno en la Junta de Comunidades. Nunca antes se había producido una situación electoral tan apretada y abierta a todas las posibilidades y conjeturas, con cuatro partidos dentro de un escaso margen de menos de cinco puntos en la proyección de voto.

Así de claro y contundente lo ha reflejado esta semana el Barómetro de Abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que sitúa al PP como primera fuerza política con una estimación de voto del 24 por ciento, seguido muy de cerca por Ciudadanos con un 22,4 por ciento y con el PSOE ya en la tercera plaza con un 22 por ciento. La cuarta plaza es para Unidos Podemos con un 19,6 por ciento en la proyección electoral. Si bien estos datos son evidentemente de carácter nacional y hacen referencia a unas hipotéticas elecciones generales, qué duda cabe que esta situación tan equilibrada entre las cuatro fuerzas puede reflejarse también en Castilla-La Mancha, donde a día de hoy nadie es capaz de predecir qué puede pasar dentro de un año en las autonómicas.

Cabe recordar que en las regionales de 2015, el Partido Popular con María Dolores de Cospedal fue el más votado y ganó las elecciones, aunque no pudo formalizar gobierno ante la ausencia de mayoría absoluta y el consiguiente pacto entre el PSOE de Emiliano García-Page y Podemos, un partido con sólo dos escaños en las Cortes regionales cuyo líder en Castilla-La Mancha, José García Molina, forma parte del Ejecutivo autonómico desde el pasado verano y ostenta el cargo de vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades. Ciudadanos se quedó a las puertas de conseguir escaño en el Parlamento autonómico, pero cabe pensar que su enorme proyección en estos momentos le concederá una notable representación en mayo del año que viene bajo el liderazgo de Orlena de Miguel.

Así las cosas todo está en el aire. Si se reprodujera en Castilla-La Mancha lo que el CIS pronostica a escala nacional, está claro que Ciudadanos tendría la llave de la gobernabilidad en la región y tal vez podría pactar tanto con el PP como con el PSOE, una variable en la que habría que tener en cuenta quien es capaz entre los dos grandes partidos de conseguir más votos. Las Cortes de Castilla-La Mancha tendrían probablemente representación de cuatro partidos políticos, es decir, los tres actuales más Ciudadanos y es muy probable que la relación actual de fuerzas, es decir, PSOE y Podemos en el Gobierno y PP en la oposición, varíe significativamente, tanto si Ciudadanos fuera segundo, algo poco probable, como tercero.

Todo puede pasar y también será importante el nombre del cabeza de cartel que el PP presente en estas autonómicas de 2019, y que podría perfectamente ser la ministra de Defensa y líder popular en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, como se viene especulando desde hace tiempo. En cuanto al PSOE todo está previsto para que repita cartel el actual presidente de la Junta, Emiliano García-Page, mientras que en Ciudadanos todas las quinielas apuntan a Orlena de Miguel, actual portavoz y líder regional del partido de Albert Rivera. También parece probable que García Molina repita como candidato a la Junta en 2019 por Podemos, ya que, pese a la notable división interna del partido en la región y las tensiones que genera su secretario general, parece tener todo el apoyo del líder nacional, Pablo Iglesias.

Con este escenario no es fácil predecir quién será el próximo presidente o presidenta de Castilla-La Mancha. Los tiempos políticos en España son confusos y turbulentos, como ha demostrado en las últimas semana el caso de Cristina Cifuentes, y un año es mucho tiempo. Todo puede pasar.