Los años de la locura. Cartas de la madre de Nietzsche
En enero de 1889, en Turín Friedrich Nietzsche sufre la crisis de la que nunca se recuperaría. Ante los golpes que un carretero propinaba a su caballo, Friedrich se abraza al animal y es necesaria la intervención de la policía para despegarle de él. Desde hacía unas semanas el filósofo enviaba cartas en las que la locura aparecía de forma evidente. El profesor Franz Overbeck, fiel amigo desde los años de Basilea y profesor de Teología, partió hacia Turín, le acompañó hasta Basilea y allí le ingresó en el sanatorio Fettman. Más tarde fue trasladado a una clínica de Jena, y desde mayo de 1890, vivió en Naumburgo en la casa de su madre, Franziska Nietzsche. Allí permanecería hasta la muerte de su madre, siete años después. A partir de ese momento y hasta su muerte en 1900 viviría en casa de su hermana, Elisabeth Förster-Nietzsche en Weimar, donde había instalado el archivo de su hermano. Como dice en la introducción María Jesús Franco Durán: “A la muerte de Franziska Nietzsche, el filósofo enfermo fue trasladado a Silberblick, la mansión que había comprado Meta von Salis-Marschlin para que su amiga Elisabeth Förster-Nietzsche instalara el Archivo, aunque estas dos mujeres romperían su amistad poco tiempo después. En la villa Silberlick, Nietzsche fue un objeto más entre otros que le habían pertenecido en su vida lúcida…”.
Sin embargo estos últimos tres años servirían a su hermana para apropiarse del legado del filósofo, manipular las ediciones de sus obras y hacer un daño irreparable a su memoria por la gran amistad que la uniría años después a Adolfo Hitler.
Las sesenta y ocho cartas que aquí se recogen, dirigidas al gran amigo de su hijo entre 1889 y 1897, demuestran que quien verdaderamente cargó con los cuidados de Nietzsche fue su madre y que fue ella quien llevó el gran peso de la enfermedad del hijo. Los tres últimos años con su hermana, los pasó prácticamente en estado vegetativo.
Volvemos a la introducción: “Las palabras que Franziska escribió a lo largo de estos años dejan de manifiesto, si cabe, un drama del filósofo que supera el de su propia enfermedad. Stefan Zweig, que conoce a Nietzsche en profundidad, escribe en La lucha contra el demonio que la soledad lo acompañó siempre, soledad en sus días de relativa buena salud, soledad en sus días enajenados, sin seres humanos, terriblemente solo y abandonado a su destino, soledad que se acentuó tras enamorarse de Lou Andreas-Salomé y no ser correspondido por esta mujer. igual de solo que ahora, en la casa de Naumburgo, al lado de su madre y de Alwine.”
Franziska Nietzsche. Los años de la locura. Cartas de Franziska Nietzsche al profesor Franz Overbeck (1889-1897). Traducción, introducción y notas de María Jesús Franco Durán. Hermida Editores. 2018. 274 páginas. 18 euros.