Dos caras. Como Jekyll y Mr. Hyde. Vinicius sacó en el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League ante el Leipzig lo mejor y lo peor de sí mismo. Para bien o para mal, pero el brasileño siempre es protagonista cuando está en el terreno de juego, aunque en esta ocasión pesó mucho más el aspecto positivo que los detalles negativos.

Vini fue de nuevo el gran agitador del encuentro. El Real Madrid no estuvo bien, seguramente firmó uno de sus peores partidos de la temporada en uno de los momentos más críticos, en 'su' competición, pero el delantero acudió al rescate. Su golazo sirvió para darle la tranquilidad necesaria a los blancos y también para evitar que el tanto del Leipzig hubiera forzado la prórroga. 

Otra vez desbordó, sus compañeros le buscaron y los defensas se volvieron locos tratando de pararle, en ocasiones con regates de fantasía. Sin embargo, no todo fueron cosas buenas del '7' del Real Madrid en el Santiago Bernabéu. 

Vinicius celebra su gol contra el RB Leipzig en Champions League EFE

Esos pequeños momentos de desconexión estuvieron a punto de costarle muy caro a él y a su equipo. Se jugó una cartulina roja cuando se encaró con Orbán en la segunda mitad. Le propinó un buen empujón que terminó con el jugador del Leipzig rodando por el césped, aunque ante esa acción Davide Massa tan sólo le mostró cartulina amarilla.

Fue de nuevo una muestra más de lo que es capaz de hacer Vinicius en 90 minutos tanto para bien como para mal. Una mente todavía demasiado inquieta a la que Carlo Ancelotti trata de seguir educando y encauzando en cada encuentro, pero con la que todavía queda trabajo por hacer para sacarle el máximo rendimiento.

Una actuación capital

En un momento crucial de la temporada, el Real Madrid se desconectó. Ya en la ida dejó muchas dudas y pasó un mal trago ante el Leipzig, pero se esperaba que en la vuelta, con el Santiago Bernabéu como testigo, las cosas fueran muy diferentes. La realidad, sin embargo, fue que los blancos tuvieron que sufrir hasta el último segundo para confirmar su pase a los cuartos de final.

Los de Ancelotti firmaron una de las versiones más grises de todo el curso. Desnortados en muchos momentos sobre el terreno de juego y en ocasiones sobrepasados por el empuje del Leipzig, la eliminatoria estaba pendiendo de un hilo por la mínima renta de la ida en Alemania.

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Fue uno de esos partidos en los que el Real Madrid necesitaba que sus grandes estrellas acudieran a la llamada de socorro, y el que mejor respondió fue una vez más Vinicius. Con su manera de jugar al fútbol generó una inquietud constante a la defensa del Leipzig, que pensó que en cualquier momento se le podía ir la eliminatoria por culpa del brasileño.

Y así fue en parte, porque un chispazo de Vini empezó a decantar el marcador a favor de los merengues. En un contraataque que comenzó Kroos, Bellingham condujo el balón hasta el campo contrario. Vini, más inteligente que nadie, tiró un desmarque que Orbán no pudo seguir de cerca y, tras la asistencia de Jude, anotó un golazo con un gran golpeo de primeras que se coló por la escuadra. 

Vinicius celebra su gol ante el Leipzig. REUTERS

Vinicius fue el hombre al que recurrieron sus compañeros de manera casi constante cuando no sabían muy bien qué hacer con el balón. El brasileño daba oxígeno al juego y siempre ofrecía una salida. Además, en un partido en el que predominaron los espacios siempre encontraba la manera de generar peligro. 

El '7' dejó incluso algún detalle de una calidad inmensa con ciertos regates que levantaron al público de sus asientos. Fue el mejor del Real Madrid, y el más definitivo al fin y al cabo porque encarriló todo con su gol.

La cara opuesta

Sin embargo, cuesta ver a un Vinicius centrado durante los 90 minutos tan sólo en dar lo mejor de sí mismo. Todavía tiene esas desconexiones que por momentos le sacan de los partidos y que encienden los ánimos de los contrarios. Los rivales saben que ahí está uno de sus puntos débiles y en muchas ocasiones saben explotarlo.

Vini estuvo a punto de convertirse en el protagonista negativo del encuentro antes de anotar su gol. En una acción que tuvo lugar en el arranque de la segunda mitad, se jugó la expulsión en un lance un poco subido de tono. 

El delantero rascó a Orbán en un intento de robarle el balón, y el central se quedó tendido en el terreno de juego quejándose. Eso hizo que Vinicius se revolviera y fuera a por él. Orbán no eludió el enfrentamiento y Vini le empujó de forma descarada, con los brazos cerca del cuello. El central volvió a caer al suelo y el colegiado detuvo el juego para mostrarle una cartulina amarilla al jugador del Real Madrid.

Por momentos se temió en el conjunto blanco por una expulsión del brasileño, incluso en una posterior revisión del VAR que dejara unas imágenes más exageradas. Una acción que viene a demostrar que el crack todavía tiene algunas cosas que pulir de su otra cara.