La rotura del ligamento cruzado anterior es, seguramente, la lesión más grave a la que se puede enfrentar un futbolista en su carrera deportiva. Una articulación tan sensible como la rodilla, un largo y complejo periodo de recuperación y una alta probabilidad de recaer hacen que esta dolencia sea una de las más temidas por los deportistas.
Esto es precisamente lo que hace unos días le sucedió a Thibaut Courtois. Un futbolista poco acostumbrado a perderse largos periodos de competición por lesiones graves se enfrenta ahora a un escenario nuevo y delicado para él. La rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda tras un lance en un entrenamiento le dejará fuera de juego durante muchos meses, aunque no tener prisa por volver es vital en esta lesión.
Para conocer todos los detalles de esta dolencia, su alcance y la mejor manera de afrontar la recuperación, EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con algunos especialistas en la materia y que han vivido experiencias similares en el mundo del fútbol. Andrea Paredes, readaptadora que ha trabajado durante cuatro años en la Academia del Valencia CF, y Ramón Trapero, actual preparador físico de Unionistas de Salamanca en Primera RFEF, analizan todas las aristas de un caso así.
Ambos señalan la importancia de respetar los tiempos de recuperación y no tener prisa por volver, aunque son conscientes de que a un deportista de la más absoluta élite como Courtois se le exigirá estar disponible cuanto antes por su valía. Inciden en la peligrosidad que tiene esta dolencia de una recaída, aunque la rehabilitación en un portero tiene sus particularidades con respecto a un futbolista de campo.
La recuperación
Courtois va a tener que trabajar duro en los próximos meses para volver a ser el mismo que era antes de su lesión. Por delante aparecen varias semanas clave y otros meses de constancia en los que deberá ser fuerte para recuperar su rodilla lo mejor posible.
"Los primeros protagonistas en esta lesión son el cuerpo de fisioterapeutas, ellos son los encargados de recuperar el déficit de movimiento que se produce en la articulación", dice Ramón Trapero para EL ESPAÑOL. "Después, a partir del segundo mes o los dos meses y medio es cuando empezamos los preparadores físicos y los readaptadores a hacer el trabajo encaminado a moldear un poco las asimetrías que hay entre una pierna y otra a nivel de fuerza, y también entre músculos de la misma pierna", prosigue.
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El trabajo inmediato es algo a lo que hace referencia Andrea Paredes: "Un jugador de élite debería estar trabajando ya desde el principio. Le van a operar de la rodilla izquierda, pero la parte derecha y la de arriba de su pierna izquierda estarán siempre en movimiento. Cuanto menos tiempo esté parado, mejor", confiesa la readaptadora.
Trapero insiste en los ejercicios de fortalecimiento: "Luego empezamos a fortalecer, a hacer ejercicios de control motor, un protocolo que nos llevará hasta los seis o siete meses, progresando en las cargas hasta que ahí prácticamente se le da el alta deportiva y el alta médica".
Las claves
Hay una serie de aspectos fundamentales a tener en cuenta para afrontar con garantías la recuperación de una lesión tan grave. Andrea Paredes incide en señalar tres factores clave, los tiempos, el sistema vestibular y la repetición.
"En primer lugar, es muy importante respetar los tiempos, aunque es complicado porque un deportista de élite tiene que salir cuanto antes porque de lo contrario los clubes pierden mucho dinero. No obstante, los tiempos son clave porque determinarán que la plastia esté bien y que tenga el estímulo durante esa readaptación que se le tiene que dar", alega Paredes.
"Otra clave sería centrarse mucho ya no sólo en el trabajo de fuerza, sino que incluyan el trabajo vestibular. Esto son la vista y el oído, los que se encargan del equilibrio. Deberían trabajar el sistema vestibular, hacer una valoración de la funcionalidad de los ojos y los oídos", relata la readaptadora.
"El tercer factor es repetir muchas veces en las fases finales ese mecanismo lesivo. En las últimas fases, lo ideal sería que volviese a repetir muchas veces el mismo contexto de la lesión para que él vaya perdiendo el miedo. Son deportistas que tienen mucha presión y el estrés crea además mucha incertidumbre", cuenta Andrea Paredes sobre el tercer elemento de mayor importancia.
Una posible recaída
La rotura del ligamento cruzado anterior tiene además la complicación de la recaída. Es una lesión agresiva, duradera y con una recuperación complicada, así que cada detalle tiene una importancia tremenda a la hora de evitar volver a sufrir esta dolencia. Son varios los casos de futbolistas que han vuelto a caer en una rotura del cruzado por no haber seguido una buena rehabilitación.
"Es una lesión que tiene un alto riesgo de recaída. He leído recientemente en un nuevo estudio que hay hasta un 30% de posibilidades de volver a sufrir una rotura del ligamento cruzado", dice Ramón Trapero desde el prisma del preparador físico.
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Trapero señala además que, aunque se produca una recuperación correcta, la rodilla ya queda tocada de por vida: "Si la recuperación es buena podemos decir que la funcionalidad de la rodilla se recupera, pero es cierto que una rodilla con un injerto o con un ligamento cruzado que no es el que había antes ya queda tocada".
Más tajante es todavía en este sentido Andrea Paredes: "No va a quedar igual en ningún caso. Cuando te operas o te rompes algo, esa estructura nunca va a quedar igual. Sí que es verdad que puedes volver más fuerte, pero una persona operada del cruzado siempre va a tener que hacer un trabajo extra, por encima de lo que hacía anteriormente".