Lunin se gana la confianza del Real Madrid y se consolida como suplente de garantías de Courtois
El meta ucraniano sigue cumpliendo a buen nivel antes del regreso del belga y demuestra su valía en el conjunto blanco.
19 octubre, 2022 18:00Ser portero en un gran equipo muchas veces significa estar reducido prácticamente al ostracismo. Muchos de ellos vuelan del club para encontrar acomodo en otros equipos y así poder lucirse. Es pan de cada día en el Real Madrid, FC Barcelona, Bayern Munich o cualquier otro grande que se precie.
También ha sido el caso de Andriy Lunin. El portero ucraniano llegó hace cuatro veranos al conjunto madridista y hasta ahora no ha logrado continuidad en las filas madridistas. En su momento fue una apuesta importante del club, que pagó ocho millones y medio al FC Zorya Luhansk. Una cantidad relativamente alta para un jugador que llegaba desde Ucrania, pertenecía a un equipo de mucho menor nivel y que apenas contaba con 19 años.
Una apuesta más por el talento joven del Real Madrid. Una llegada que se miró con recelo, como se suele hacer siempre con los porteros, ya que ellos están mucho más bajo la lupa que cualquier otro futbolista de campo. Al fin y al cabo, sus fallos siempre son muchos más sonados.
Y su gran problema al aterrizar en la capital de España no fue otro que la portería. Rechazar a un club del calibre del Real Madrid es muy difícil y él no lo hizo. Apostó con todas sus fuerzas por recalar en el conjunto merengue, pese a la dificultad de hacerse con un hueco bajo los palos del Santiago Bernabéu.
Inicio complicado
Sin embargo, no fue el fichaje de relumbrón en la meta blanca ese verano. Junto a él, llegó otro titán. Thibaut Courtois también firmó con el equipo de Concha Espina y eso generaba un overbooking en la portería madridista. Muchos porteros y un solo hueco en el once. Y no eran mancos precisamente los que había por delante, el belga y Keylor Navas, portero titular en tres Champions League del Real Madrid.
Y también había otros dos inquilinos más: Kiko Casilla y Luca Zidane. Pese a que el primero puso rumbo a la Premier League para jugar con el Leeds, el segundo se mantuvo a las órdenes de Zinedine Zidane. Lo que provocaba que hubiese otros planes para él.
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La cesión era el método ideal para que se foguease y cogiese ritmo en España. El elegido, el Leganés. Un club cercano para no perderle la vista mientras se adaptaba a su nueva vida en nuestro país. Además, en Primera División. Todo parecía el escenario perfecto para seguir creciendo.
Pero no todo fue color de rosas. Únicamente siete partidos disputados y sin apenas continuidad a la sombra de 'Pichu' Cuéllar en la meta pepinera. Y tocó regresar a Madrid en verano de nuevo. A la espera de una nueva oportunidad en el conjunto blanco.
La 19/20 le abría las puertas de su equipo una vez más. La salida de Keylor Navas dejaba la posibilidad de que fuese el primer suplente de Courtois, sin embargo, eso no sucedió. La llegada de Alphonse Areolà le cerraba completamente el camino, una nueva piedra en el camino.
Y otra vez a hacer las maletas. Esta vez por partida doble. La primera mitad de la temporada se marchó al Valladolid. Allí Sergio González no tuvo un ápice de confianza en él, lo que obligó a buscarle nuevo destino. Esta vez, más al norte aún para enfundarse los guantes en el Real Oviedo. Y ahí sí que acertaron.
Lunin encontró en tierras ovetenses la oportunidad de mostrar su potencial bajo los palos. Veinte jornadas consecutivas sumando titularidades con los azulones y dejando un muy buen sabor de boca. Además, consiguió 6 porterías a cero y 20 goles en contra, cifras más que reseñables para la Segunda División y para un portero que estaba empezando a despegar.
Premio al trabajo en la sombra
Y tras su excepcional rendimiento en el Real Oviedo le llegaba la oportunidad de pertenecer a la primera plantilla del Real Madrid. Un premio que llegaba tras su constancia en Asturias y que le serviría para ir creciendo poco a poco a la sombra de Thibaut Courtois.
Sus dos primeras temporadas las vivió prácticamente en el ostracismo. Con el belga como titular indiscutible y sin casi recibir descanso, los minutos de Lunin eran prácticamente inexistentes. Y eso empezó a causar ciertas dudas en él, que incluso barajó salir nuevamente.
Un único partido en la 2020/21 en la Copa del Rey le sirvió para debutar con la camiseta del Real Madrid tras dos temporadas alejado de ella. En la siguiente las cosas no iban a mejorar mucho más: 4 encuentros de titular, dos en el torneo de 'KO' y otros dos en la competición liguera. Un bagaje de cinco duelos en sus dos primeros años completos como segundo portero del conjunto blanco.
Sin embargo, en este año la lesión de Courtois le abrió la puerta de par en par al portero ucraniano. Pese a ser por fuerza de causa mayor, Lunin recibió los poderes completos de la portería del Real Madrid. Y lo ha aprovechado a la perfección, siendo decisivo en partidos importantes como El Clásico frente al FC Barcelona. Una muestra de que el trabajo en la sombra tiene su recompensa y es el caso de Lunin, que ha peleado para a ser titular del equipo.