La ilusión en torno al Real Madrid en esta nueva temporada que comienza esta semana es incontestable. Aún así, también hay una gran dosis de presión. De esto sabe mucho un Carlo Ancelotti más que experimentado. El entrenador italiano llega tras hacer historia en la campaña en la que regresó al equipo blanco. Aún así, la historia dice que su segundo año suele dejar que desear. Le pasó en Concha Espina en su primera aventura, así como en el Parma, la Juventus, en el Bayern Múnich, en el Chelsea y en el Paris Saint-Germain.
La presión llega por tener en su mano la posibilidad de levantar seis títulos en una misma temporada mientras busca escapar de ese fantasma que le acompaña en su trayectoria. Solo escapó de esta maldición en la Reggiana, cuando comenzaba su carrera en los banquillos, y en su histórico paso por el AC Milan. Para evitarlo, Ancelotti tendrá a su disposición una plantilla más completa que la campaña anterior con jugadores más jóvenes con ambición de ganar y la incertidumbre que genera el calendario.
Carlo inicia esta lucha contra su maldición de las segundas temporadas con el reto de ganar su cuarta Supercopa de Europa (2003 y 2007 con el AC Milan y 2014 con el Real Madrid). El italiano puede colocarse como el único entrenador que ha ganado tantas veces esta competición en una clasificación en la que está empatado con Pep Guardiola (2009 y 2011 con el FC Barcelona y 2013 con el Bayern Múnich). Ancelotti va de récord en récord en el Viejo Continente, pero la historia va en su contra.
El transalpino está obligado a buscar variantes en su nuevo equipo y la mayoría nacerán de sus dos grandes fichajes. Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouaméni supusieron un gran desembolso económico y llegan con la opción de hacerse un hueco tanto en una defensa que se mostró muy sólida el último año y en un centro del campo de época. Ambos son los grandes alicientes en la Supercopa de este miércoles ante el Eintracht Frankfurt, pero no los únicos.
La gran baza de Ancelotti para superar la maldición es un Karim Benzema de Balón de Oro. El italiano tendrá que ayudar al delantero francés a mantener el nivel mostrado el último año para tener éxito. Otro paso adelante de Vinicius Júnior hacia el estrellato también será esencial. Carlo seguirá teniendo un ángel de la guarda en Thibaut Courtois, mientras que prolonga la vida de la mejor medular de la historia que conforman Casemiro, Toni Kroos y Luka Modric.
La maldición
Todo comenzó en Parma. En 1996, fue contratado por el equipo en el que inició su carrera como jugador para demostrar que iba a ser uno de los mejores entrenadores de la historia. Lo hizo consiguiendo el subcampeonato de la Serie A en su primera temporada. Su rendimiento fue en picado en la segunda, bajando hasta la sexta posición del campeonato italiano. Ancelotti saldría por la puerta de atrás del equipo de los cruzados.
Su siguiente aventura en la Juventus confirmaría la maldición de la segunda temporada. La primera tampoco sería mucho más positiva, ya que perdió el Scudetto en la última jornada de la 1999/2000. Repitió subcampeonato en 2001 en medio de un claro ambiente de enemistad con los aficionados más radicales del cuadro bianconero. De todo esto se redimiría en el AC Milan cuando les hizo campeones de Europa en dos ocasiones.
La vida le llevaría a su primera experiencia en la Premier League. El Chelsea le contrató en 2009 en busca de éxitos y los consiguió el primer año. Ganó la liga inglesa en una gran temporada de más de 100 goles, además de una FA Cup. El problema llegó otra vez en la segunda temporada donde no consiguió ningún título y el rendimiento del equipo cayó en picado. En verano de 2011 saldría de Londres otra vez por la puerta de atrás.
En esta ocasión se abría de par en par las de la capital de Francia. El gran proyecto del Paris Saint-Germain confiaba en Ancelotti para llevar a buen puerto por fin esta apuesta qatarí. Eso sí, en esta ocasión la decepción llegaba más por la exigencia del club que por los resultados. Después de ser subcampeón en su primera campaña, en la segunda ganaba la Ligue-1. Eso no sería suficiente después de caer en la Champions League en cuartos de final. Por eso no continuaba en el Parque de los Príncipes.
No lo haría también porque el Real Madrid llamaba a su puerta. En su primera temporada ganaba el doblete con la Copa del Rey y la ansiada Décima para el equipo blanco. Se quedó a tres puntos de un triplete que habría sido histórico. El desastre de la segunda campaña comenzaba perdiendo la Supercopa de España, ganando el Mundial de Clubes, cayendo en octavos de final del torneo copero, quedándose en semifinales de la Champions League y quedándose lejos en La Liga.
La maldición también apareció en Alemania. Su experiencia en el Bayern comenzó con la Supercopa de Alemania, pero solo levantando un título más con la Bundesliga. Cayó en la Champions League en cuartos de final ante el Real Madrid y en semifinales de la Copa Alemana ante el Borussia Dortmund. Esto pesó sobre la segunda campaña en la que aparecieron los fantasmas. No superó el mes de septiembre después de perder en la fase de grupos de la Liga de Campeones ante el PSG por 3-0.