La segunda temporada de Carlo Ancelotti al frente del Real Madrid, en esta su segunda etapa en el banquillo blanco, echa a andar esta misma madrugada. El conjunto madridista tiene ya su primer partido de pretemporada. Y no será un encuentro cualquiera, ya que será un duelo en la cumbre contra el FC Barcelona.
Un Clásico que, debido a las particularidades del fútbol moderno, no se jugará en territorio peninsular. Será en Las Vegas, a las 05:00 horas de la mañana en España y en el espectacular Allegiant Stadium, un increíble recinto deportivo estrenado en el año 2020 con capacidad para 65.000 espectadores y que es morada de los Raiders de la NFL y de los UNLV Rebels de la NCAA.
Para el conjunto blanco será su debut en el nuevo curso, el estreno 2.0 del Real Madrid de 'Carletto'. Sin embargo, para el Barça será su segundo encuentro. Los azulgranas, que terminaron mucho antes la anterior temporada que los blancos, regresaron antes al trabajo y están mucho más rodados. En su primer partido de pretemporada vencieron con claridad a un débil Inter de Miami.
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El Real Madrid se estrena
El último partido que disputó el Real Madrid sirvió para ganar un título. Fue La Decimocuarta, ganada de forma heroica en el Stade de France de París frente al Liverpool con gol de Vinicius. Un trofeo que supo especialmente bien a la hinchada merengue después de la Copa de Europa más emocionante y épica que se recuerda.
En el momento en el que pite el árbitro el inicio del encuentro, habrán pasado ya 57 días desde aquella mítica noche. Menos de dos meses y el Real Madrid ya está de vuelta. Hay muchas ganas de ver la continuación del proyecto de Carlo Ancelotti. El trabajo del técnico italiano y de todo su staff deslumbró en su primer curso incluso por encima de lo ya cosechado en su primera etapa en el banquillo blanco.
La pasada temporada superó con creces las mejores expectativas que había depositadas en el equipo. Por ello, la satisfacción en el club es total después del doblete conseguido con esa Liga y esa Champions que todavía se recuerdan con gran emoción. Sin embargo, si por algo se caracteriza el club es por su autoexigencia exacerbada y el objetivo para este curso es huir de la complacencia y seguir yendo a por más títulos.
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Con ese reto, con el de ir dando forma a un equipo que tiene que volver a subir hasta lo más alto, probablemente peleando contra todo y contra todos, han llegado Ancelotti y sus jugadores hasta UCLA. Como solía ser habitual en los últimos años antes de la pandemia, el Real Madrid está haciendo su pretemporada en Los Ángeles. Y ahora ya se prepara para ese primer amistoso, el famoso Clásico de Las Vegas.
Momento de pruebas
La afición está expectante por ver qué depara la nueva temporada. Quiere que el equipo vuelva a funcionar con brillantez, como la máquina perfectamente engrasada que se vio durante buena parte del curso pasado. Sin embargo, aún es pronto para que eso suceda. La pretemporada es tiempo para ir cogiendo la forma física, para ir dando lustre al depósito del resto del curso y para ir haciendo pruebas.
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'Carletto' está obligado a buscar variantes en su nuevo equipo y la mayoría nacerán del estreno de sus dos grandes fichajes. Dos jugadores a los que la afición está deseando ver y que tendrán sus primeros minutos contra el Barça. Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouameni harán su aparición estelar y vestirán su nueva camiseta por primera vez en competición en el Allegiant Stadium ante el Barça de Xavi Hernández.
La llegada de estos dos jugadores propiciará la mayor parte de las pruebas de Ancelotti en estos primeros partidos. El primer reto es conseguir su integración y adaptación al sistema, al juego y a sus compañeros. Y el segundo es conseguir exprimir las nuevas variantes que ambos ofrecen. Ya se ha podido ver un nuevo centro del campo con un doble pivote formado por Casemiro y Tchouameni o una nueva defensa con la incorporación de Rüdiger a la pareja Militao-Alaba. El alemán puede aparecer en cualquiera de las tres posiciones.
Además, el partido contra el Barça, y los posteriores, serán propicios para ver el nivel de Álvaro Odriozola en su regreso o la nueva versión de Hazard, quien actuará mucho de falso nuevo ante la ausencia de un recambio de garantías de Benzema. El francés no estará contra el Barça por precaución, ya que regresó de vacaciones más tarde que sus compañeros. Tampoco estarán Carvajal por un leve esguince de tobillo y Borja Mayoral, quien no ha podido viajar a Estados Unidos por un problema de fechas con su pauta de vacunación.
Un Clásico es un Clásico
A pesar de que se trata de un partido de pretemporada, la afición también espera el debut del Real Madrid 2.0 porque se trata de un Clásico. La hinchada merengue entiende las probaturas, pero si se puede ganar al Barça y asestar el primer 'golpecito' de la temporada, mejor. Un partido contra el eterno rival siempre es especial aunque sea a últimos de julio y al otro lado del Atlántico. Es un motivo extra para empezar con buen pie. Incluso para ganar por encima de buscar jugar bien.
El año pasado, el conjunto blanco no tuvo una pretemporada especialmente exitosa. Jugó dos partidos a puerta cerrada que se saldaron con victoria ante el Fuenlabrada por 3-1 y empate ante el Rayo Vallecano por 1-1. Y ya a vista de todos, derrota contra el Rangers por 2-1 y empate ante el AC Milan por 0-0. Un triunfo, dos empates, una derrota, cinco goles a favor y cuatro goles en contra. Y después de eso, triplete con Champions, Liga y Supercopa de España.
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El Real Madrid ya ha demostrado que las pretemporadas tienen su función y no es sacar conclusiones. Sin embargo, un duelo contra el Barça sí requiere un impulso extra. Además, este no es un Barça cualquiera, es un Barça renovado, el famoso de 'las palancas'. Después del desastre del pasado año han llegado jugadores como Lewandowski, Raphinha, Christensen o Kessié y todavía se espera a Jules Koundé.
Refuerzos de nivel que han servido para hipotecar aún más un club arruinado y que está malvendiendo su patrimonio y las pocas cosas de valor que tenía de cara al futuro. Pan para hoy y hambre para mañana. Y la afición madridista quiere que el primer golpe llegue a cargo de su equipo, demostrándole al Barça de las palancas y de los fichajes suicidas que sigue estando por debajo del actual campeón de Europa.