Dado que suelo cambiar mucho de móvil por trabajo, es normal que la gente me pregunte qué móvil llevo. A lo largo de este año han visto muchos plegables, y les ha llamado la atención. Sin embargo, creo que no había visto algo tan notorio como lo que he vivido estas dos últimas semanas con el Samsung Galaxy Z Fold 4.
La pantalla principal es enorme y se ve genial
Tras devolver el Motorola Razr 2022 le pedí a Samsung prestado unas semanas el Samsung Galaxy Z Fold 4, porque quería volver a usarlo y para analizar uno de sus relojes.
Durante las dos semanas que lo he tenido he asistido a dos fiestas, un cumpleaños y una reunión familiar. En las dos ha llamado la atención el tamaño de la pantalla interna, porque es perfecta para mostrar las fotos y los vídeos que se graban con el móvil.
La pantalla externa es un gran añadido
Pero si la pantalla interna ha llamado la atención, no puedo más que destacar que la externa lo ha hecho más por un simple motivo: se puede usar como visor de la cámara cuando hacemos una foto a alguien.
[Tener dos pantallas cambia la forma en la que haces fotos con el móvil]
Esto se ha convertido en uno de los principales argumentos que me ha dado la gente para comprarse un móvil así. Literalmente me han dicho "solo por eso consideraría comprarme ese móvil".
Las cámaras no defraudan
A todo esto ayuda que el sistema de cámaras del Samsung Galaxy Z Fold 4 sea bastante competente. Es cierto que no llega al nivel del S22 Ultra, pero desde luego es versátil y permite obtener fotos de gran calidad.
Y vídeos. Un amigo me dijo tras ver uno de los vídeos grabados con el gran angular "Vaya, parece grabado con un dron". Y tenía razón.
Samsung no puede más que vanagloriarse de lo que ha logrado con el Galaxy Z Fold 4, aunque no sea perfecto. Ahora toca esperar a ver si esta tecnología baja de precio y llega a más gente.