El juego de estrategia que tu móvil esperaba: Brutal Age: Horde Invasion

Los juegos de estrategia no son para todos los públicos. Sin embargo ha llegado un juego que abre las puertas de este género incluso a quienes menos conocen este estilo de juego.

En la larga historia de los videojuegos el género de estrategia es de esos que quizá no tengan término medio. O te encanta o no le ves la gracia a estar sentado horas jugando.

Grandes títulos hemos podido disfrutar, sobretodo en ordenadores. En el ecosistema Android, aunque sin notables representantes del género. Sin embargo, hoy os traemos un título que quizá, solo quizá, consiga conquistarnos a todos.

Brutal Age: Horde Invasion

Al pensar en juegos de estrategia personalmente hay uno que me viene a la mente: Age of Empires. Habrá otros juegos que sean los referentes del género, pero del que tengo un grato recuerdo es del titulo de Ensemble Studios.

Hablando de recuerdos, es lo primero que me vino a la cabeza al ejecutar por primera vez Brutal Age: Horde Invasion. Empezar con una civilización en pañales, tener que crear una aldea, evolucionar y obtener unos objetivos a lo largo del juego…

Todo eso es lo que nos pide nuestro protagonista; sin olvidar que es un juego para dispositivos móviles. Y ese es un detalle que lo diferencia del juego clásico de estrategia, al que solemos estar acostumbrados.

¿Estará a la altura de los grandes del género nuestro protagonista?

Los gráficos, un detalle polémico

Al ejecutar el juego por primera vez tenemos sensaciones encontradas. El diseño es agradable haciendo uso de un estilo de dibujo animado que encaja perfectamente con la temática del juego.

Sin embargo, el juego nos trae una sensación de… Esto lo he visto yo antes. ¿La razón? Que si hacemos un poco de memoria nos daremos cuenta que gráficamente es bastante similar a otros juegos como Clash Royale.

El parecerse a uno de los juegos más notables del ecosistema Android no es malo, aunque no es bueno tampoco ya que denota una pequeña falta de originalidad a la hora de plantear el juego.

Aunque el punto más polémico del juego no está en similitud con otros títulos de Android. Si vamos a instalar el juego, dentro de la propia tienda de Google podemos ver unas capturas del juego, así podemos hacernos una idea general del juego.

La polémica está en el detalle de que las capturas no tienen nada que ver con lo que tenemos en el juego. El fondo del juego sí es el mismo que podemos disfrutar, los personajes y acciones descritas no tienen nada que ver.

La decisión de usar unas capturas que están lejos de la realidad es algo incomprensible

Un ambiente sonoro… justo

Al ejecutar el juego por primera vez, disfrutaremos de unos efectos de sonido y música que nos recuerdan la mejor época del género de estrategia. En cada acción que realicemos escucharemos un efecto de sonido acorde.

El problema está cuando llevas unos cuantos minutos de juego en los que te das cuenta que el abanico sonoro es bastante justo. Escuchando una y otra vez los mismos efectos; sin hablar de la música que es un bucle eterno.

Después de una buena sensación inicial, todo se viene abajo según vamos jugando

Los controles clásicos del género

Si algo funciona, no lo toques. Eso deben haber pensado los creadores de Brutal Age ya que los controles que tenemos disponibles son los clásicos en un juego de dispositivos móviles.

Nos rodearán diversos botones con distintas opciones del juego. Al estar basado en el control táctil, no encontramos ningún problema a la hora de disfrutar de nuestras partidas. Sólo debemos pulsar en la pantalla y ejecutar la acción que deseemos.

El único detalle quizá está en lo escondidas que están algunas opciones del juego, nada que no se pueda solucionar con un poco de investigación. Se agradecería una breve explicación de la situación de las opciones más usadas.

Los controles no suponen ningún problema en la experiencia de juego

Una jugabilidad para no pensar demasiado

Ejecutamos el juego por primera vez y del tirón nos vemos inmersos en una especie de tutorial en la que nos explican la mecánica del juego. Todo aquel que haya jugado al género no debería tener demasiados problemas.

He comentado anteriormente que el juego empieza con un tutorial, algo que se agradece. El problema está cuando llevas un rato y empiezas a notar que el tutorial es un poco… Largo.

Ahí es cuando nos damos cuenta que la mecánica del juego es bastante «automática». El juego nos coge de la mano, llevándonos de un lugar a otro de una forma en la que al poco se pierde el interés, dejándote llevar e ir pulsando sin pensar.

La opción de enseñar a nuestros habitantes, con claros tintes de RPG, es algo que añade un toque distinto que se agradece en un juego de estrategia. Determinando nuestra evolución en el juego.

El juego adolece del efecto «PowerPoint», pulsando van ocurriendo cosas automáticamente

Conclusión

Las buenas sensaciones del principio del análisis se han ido diluyendo a medida que iba jugándolo. No es que tuviera unas altas expectativas y me haya encontrado con algo que no es lo que pensaba, es que el juego es así y no hay nada más.

Es una buena idea en la que bastantes aspectos hacen agua. El ambiente multijugador es algo que te lleva a querer jugar y compartir la experiencia con otros. Si añadimos que el juego es gratuito, sin anuncios, es algo que se agradece.

El problema es cuando nos encontramos que el 90% del juego estamos guiados en lo que debemos hacer, sin demasiadas opciones a ejecutar por nuestra cuenta. Y si encontramos algo que hacer que no sea lo dictado por el asistente… Nos pide pasar por la tienda.

A veces se agradece en un juego, ciertas pausas para publicidad, ayudando a «desconectar» del juego y obteniendo algunos beneficios. A diferencia de, como en este caso, no tener publicidad y verte obligado a esperar bastante tiempo o pagar para obtener los recursos necesarios.

Brutal Age: Horde of Invasion es un buen juego, tus minutos de disfrute los tienes garantizados. El problema es que si buscas algo más… Quizá no lo encuentres. Si eres de los que quieren un juego de estrategia, en el que no haya demasiado que pensar… quizá sea tu juego.