La revolución de las pantallas: Del 4K a la gran fluidez
La próxima revolución de las pantallas no será una resolución monstruosa ni la ausencia de marcos, sino una fluidez que mejore la experiencia.
25 julio, 2017 21:29Los móviles cada vez ofrecen pantallas de mayor resolución, pero no creemos que sean necesarias. Nos interesa más que las nuevas pantallas ofrezcan una experiencia más fluida.
Basta ya de aumentar el número de píxeles, queremos más fluidez
Recientemente hemos estado probando el nuevo iPad Pro (en Omicrono tendréis un análisis a fondo durante los próximos días) y hay un tema que nos ha llamado bastante la atención.
Los chicos de Apple anunciaron una nueva característica llamada «Pro Motion» para el último iPad Pro. ¿En qué consiste exactamente? Pues se trata de un tipo de pantalla capaz de ofrecer una experiencia más fluida.
Tras probarla, nos ha encantado. De hecho, nos ha gustado tanto que queremos que sea la próxima novedad en llegar a las pantallas de los móviles de gama alta. Cada día tiene menos sentido aumentar el número de píxeles, y tiene más sentido que las pantallas apuesten por una mayor fluidez.
¿Cómo consigue este iPad ser más fluido que cualquier otro dispositivo? ¿Es cuestión de potencia? ¿Hace falta una actualización? ¿Tiene algo que ver su pantalla? Te lo contamos.
La tasa de refresco, responsable de la fluidez
Para saber como funcionan las pantallas hay que tener en cuenta un factor importantísimo llamado «Tasa de refresco». La tasa de refresco es la capacidad que tienen los píxeles de cambiar de estado cada segundo. Dicho de forma sencilla, la cantidad de imágenes que una pantalla puede mostrar por segundo.
Y es que las pantallas no muestran imágenes en movimiento, sino que van mostrando de forma muy rápida varias imágenes estáticas, que unidas ofrecen la sensación de movimiento.
Se dice que el ojo humano es capaz de identificar un conjunto de imágenes como animada (o vídeo) cuando la tasa de refresco supera las 24 imágenes por segundo, formato que lleva usándose en el cine durante años.
Sin duda, es un tema que suele ser bastante controvertido. Existen personas que afirman que el ojo humano es incapaz de percibir más de 24 imágenes por segundo, mientras que otras afirman que el límite de imágenes que nuestro ojo percibe es de 60.
A más imágenes por segundo, mejor sensación de fluidez.
Nosotros no nos meteremos en los múltiples estudios que hay a favor y en contra de las pantallas con alta tasa de refresco. En nuestra experiencia hemos podido comprobar que si ponemos un monitor de 60Hz al lado de uno de 144Hz, la experiencia final se siente mucho mejor en el de 144 (siempre que sean constantes). En los 120Hz del nuevo iPad Pro también se nota más fluido que en los anteriores modelos.
No lo compares con un monitor, la respuesta táctil también mejora
Los usuarios que tengáis un monitor gaming (de los buenos), seguramente entendáis la mejora que supone una alta tasa de refresco mejor al haberla experimentado con vuestros propios ojos. ¿Aportaría exactamente lo mismo en nuestro móvil o tablet?
Pues no exactamente. Lo cierto es que a nivel visual la mejora sigue siendo la misma que en un monitor que tenga la misma tasa de refresco, pero hay un factor que hace que la experiencia sea mejor.
Hablamos de la sensación táctil y el scroll. Al mostrar el doble de imágenes por segundo en pantalla, el tiempo de respuesta entre imagen e imagen se reduce a la mitad. Como consecuencia, al tocar y deslizar en la pantalla, se siente más natural.
Una pantalla más fluida es algo que encajaría genial en la gama alta.
Un reto bastante complicado de lograr, pero llegará
No obstante, a pesar de las interesantes mejoras que puedan ofrecer las pantallas con alta tasa de refresco, no basta con poner un panel de gama alta y comenzar a disfrutar de nuestro nuevo rendimiento.
Lo más importante, es que para que podamos disfrutar de nuestro móvil con este tipo de pantallas, nuestro móvil debe de ser capaz de ofrecernos un rendimiento consistente a esa tasa de imágenes por segundo.
A día de hoy, existen pocos móviles que ofrezcan una experiencia consistente a 60 imágenes por segundo en la interfaz del sistema, destacando al Google Pixel y algunos terminales estrella como el HTC U11 (incluso el ilustre Galaxy S8 tiene momentos de inestabilidad en pequeñas ocasiones). Para que el salto merezca la pena, serán necesarios dispositivos que sean potentes y que el sistema aproveche esa potencia.
Hay que tener en cuenta que este modo consume más energía, y que la pantalla no sacará partido a contenido pensado para menores tasas de refresco.
A día de hoy, solo el iPad Pro es capaz de ofrecer esa experiencia, pero estamos seguros de que es el camino a seguir. El iPhone acabará teniendo esta tecnología, y no dudamos de que también llegue a Android.
La cuestión no es si llegará, sino cuando llegará.