Hace mucho tiempo, a primeros de siglo, los móviles no tenían cámara. Poco a poco se fueron incorporando como añadidos en forma de accesorios. Sony Ericsson y Siemens así lo diseñaron y publicitaron para los Siemens S55 y Sony Ericsson T68i. Pero fue Nokia la que sin ser pionera popularizó las cámaras integradas en sus móviles, precisamente con un smartphone, el Nokia 7650.
Ni la calidad de las piezas de hardware ni la capacidad de procesamiento del software de aquella época eran algo ni mínimamente comparable con lo que tenemos hoy en los móviles más baratos. Pero como cualquier industria incipiente esto empezó a mejorar, primero subiendo la resolución y más tarde centrándose en otros aspectos.
En aquel momento, justo antes de que Android y el iPhone lo cambiaran todo había dos empresas que destacaban en occidente en el apartado fotográfico: Nokia y Sony Erisson. Sin embargo la que más se recuerda es la primera.
Nokia y Carl Zeiss, una alianza estratégica
Ya entonces las empresas de fotografía veían a los móviles como los herederos de las cámaras compactas y algunas, como Carl Zeiss, tuvieron a bien asociarse con los fabricantes para intentar posicionarse en un mercado creciente en el que tenían mucho que aportar.
Estas dos empresas fueron las responsables de crear cámaras como las que tenían móviles tan conocidos como los Nokia N70 o Nokia N95 pero no fueron ellos los más innovadores.
En el Nokia N8 se implementó un flash de Xenon que entonces se consideraba ideal para grabación de vídeo de noche al permitir el encendido continuo de la luz. Además el Nokia N93 introdujo un sistema de zoom óptico convencional, con partes móviles, que en aquel momento era algo sin rival.
Pureview como revolución
Pero el gran salto adelante lo supuso la tecnología Pureview implementada por primera vez en el Nokia 808, uno de los últimos móviles con Symbian que se lanzaron al mercado.
Este modelo contaba con un sensor creado por Carl Zeiss de 24 mm con apertura f/2.4. Pero lo llamativo era que la resolución llegaba a los 41 Mpx (34 en formato 16:9) por lo que permitía hacer recortes de menores resoluciones sirviendo como un zoom a medio camino entre el digital y el óptico. Eso daba imágenes finales de 5 Mpx.
Nokia 1020 y el reenfoque posterior
Pero fue en la alianza con Microsoft cuando Nokia y Carl Zeiss llegaron a lo máximo que se ha visto hasta el momento: el Nokia Lumia 1020.
Este terminal tenía las virtudes de los modelos anteriores pero además incorporaba novedades como una interfaz de cámara mejorada, estabilizador de imagen y la capacidad de reenfocar tras haber disparado la fotografía, algo que actualmente es común en algunos móviles pero que se está poniendo de moda sobre todo con el modo retrato.
Este smartphone fue lo mejor que tuvo la telefonía móvil en este apartado antes de que, como hemos dicho, el panorama cambiara por completo y la velocidad de disparo o el poder compartir las fotos de forma sencilla fueran valores tanto o más demandados como la calidad de las imágenes.
Pidamos un Nokia 10 Pureview
La alianza que han firmado ZEISS y Nokia abre las puertas a colaboraciones similares y aunque es cierto que los rivales han avanzado de forma espectacular no podemos quitarle mérito a estas dos empresas en lo que a innovación se refiere.
OPPO ha mostrado sistemas novedosos de captura fotográfica y también Samsung ha avanzado mucho pero creo que Nokia y ZEISS podrían, si quisieran, plantar cara.
Un dispositivo como el Nokia Lumia 1020 con características actuales y que no tuviera los fallos de aquel (como la escasa batería o la lentitud a la hora de tomar fotos y procesarlas) podría ser, si bien no una revolución, sí algo que pusiera a Nokia al mismo nivel que rivales como Huawei o Samsung en lo que a imagen de marca se refiere.