YouTube se ha convertido en la plataforma de vídeos más importante del mundo. Sus ingresos millonarios no se han quedado sólo en las arcas de Google, sino que también han llegado, a través de la publicidad a ese nuevo género de humanos llamados YouTubers. Todo parecía un matrimonio idílico: unos ponían la plataforma y los otros el contenido, y el dinero llovía por arte de birlibirloque. Pero ahora ese matrimonio parece estar en peligro después de que un cambio en la política publicitaria de YouTube haya hecho que los YouTubers se levanten en armas, como si los hijos devorasen a Saturno.
Y es que la compañía ha decidido dejar fuera de su programa de publicidad a canales que tengan un determinado contenido que no es atractivo para las marcas, y que hasta ahora recibían dinero por parte de la plataforma. Las nuevas condiciones son:
- Escenas de carácter sugerente, incluidos desnudos parciales y humor
- Violencia, incluidas imágenes de lesiones graves y acontecimientos relacionados con el extremismo violento
- Lenguaje inapropiado, incluido el acoso, las obscenidades, lenguaje vulgar e insultos
- Incitación a la venta, el consumo o el abuso de drogas
- Acontecimientos y asuntos controvertidos y delicados, como conflictos bélicos o políticos, desastres naturales y tragedias (aunque no aparezcan imágenes explícitas)
La sombra de Content ID
La polémica que se ha montado recuerda a la que tuvo lugar cuando se implantó el Content ID, un vigilante automatizado que desde hace ya algunos años patrulla YouTube en busca de videos que contengan contenido con copyright. Aunque el método es bastante eficaz a la hora de localizar y eliminar este tipo de videos, no es infalible y, además, ha permitido que se haga un uso abusivo de él.
Los autores pueden recurrir en caso de que consideren que su video ha sido eliminado sin razón. Sin embargo la gran automatización del proceso hace que muchos se sientan indefensos. Además, ha servido para que se eliminen videos críticos e incluso ha habido casos en el que un youtuber ha logrado que se retiren parodias realizadas por otros youtubers.
Otras formas de monetizar un vídeo de YouTube
Sin embargo, Mercè Sanjuan -Con más de 24.000 seguidores en su canal de YouTube y fundadora de Gordon Seen, una agencia publicitaria especializada en contenidos digitales y redes sociales- relativiza el impacto que pueda llegar a tener esta nueva normativa, tanto para la plataforma como para los YouTubers. «YouTube no ha prohibido estos videos, ni su monetización. Sólo los ha excluido de su programa de monetización, cuyo retorno es muy bajo«.
«YouTube no censura el contenido, sólo limita su monetización»
Más allá del sistema de monetización de YouTube existen otros mecanismos para poder ganar dinero con la plataforma, que van desde el branded content (cuando una marca paga directamente al youtuber para aparecer en su canal) o plataformas como Patreon. «Lo grave sería que YouTube censurara esos contenidos de forma generalizada, no la monetización de los mismos a través de sus anuncios».
El branded content, la verdadera mina
Para ponerlo en perspectiva, Mercè nos explica que «un youtuber que cuelga dos videos a la semana y tiene unas 10.000 visualizaciones por video puede cobrar unos 40€ al mes. El negocio de los influencer no está aquí. El negocio real del influencer está en sus contenidos. Está en la habilidad para integrar un producto o una marca marca en el contenido de sus videos mediante el product placement o el branded content. Si el youtuber es hábil y lo sabe hacer de forma correcta -de forma creativa y creíble sin crear rechazo en sus seguidores-, ahí es donde residirá la mayor parte de sus ingresos. un youtuber que tenga los mismos números que comentaba podría cobrar por un solo vídeo unos 500€«.
«El retorno de la monetización de YouTube es muy bajo»
«Más allá de casos muy particulares, creo que va a importar poco. Si realmente los contenidos interesan a las marcas, los youtubers van a poder seguir haciendo contenidos directamente con ellas de la manera que os he comentado y para ellos el impacto va a ser mínimo«.
El método de control podía haber sido mejor
Con todo, Mercè también considera que el sistema «debería ser diferente y más concreto. Creo que tanto la marca como el youtuber tendría que poder elegir que tipo de publicidad se asocia a cada vídeo. Eso sería lo realmente efectivo, más allá de pagar por el público que va a verlo». Actualmente los anuncios en YouTube se compran de forma similar al espacio publicitario, estableciendo a qué sectores del público quieres llegar. Por otro lado, a muchos generadores de contenido puede no interesarles que se les asocie con determinadas empresas.
La nueva política de anuncios de YouTube, demasiado ambigua
«Son temas muy elásticos y subjetivos» explica Mercè. «Youtube es una plataforma internacional y sabemos que las normas de moralidad en cada país pueden ser distintos. Así lo que aquí nos puede parecer correcto en EEUU puede ser motivo de censura. Pero YouTube tendrá que estandarizar esos criterios«.
Un canal sobre la prevención del suicidio ya no puede ser monetizado
Las normas también han sido establecidas de forma muy ambigua. «Cuando hablamos de sexo, ¿qué se considera contenido sexual? ¿Un chiste, una espalda o un pecho descubierto? ¿Hablar de sexología, de prácticas sexuales, preservativos, consoladores? ¿Se va a censurar todo? ¿Solamente lo que se considere grosero? No lo sabemos, supongo que hay muchas dudas al respecto. ¿Qué ocurre si una sexóloga tenía un canal de youtube monetizado?». De momento ya tenemos el caso de un youtuber que se ha encontrado que sus videos sobre la prevención del suicidio ya no pueden ser monetizados.
Internet, el hogar de las polémicas fugaces
Ya nos hemos encontrado con esto en otras ocasiones. Internet plano de la realidad donde todas las polémicas son explosivas. Aparecen como una supernova, prometiendo un terremoto tras el que nada será como lo conocíamos. Hace arder foros y redes sociales. Y al cabo de unos días desaparece como la espuma de la Coca Cola (mención no esponsorizada por la marca).
En los últimos días mucho se ha escrito sobre este tema -y grabado-, pero muy posiblemente nada cambie, o cambie muy poco. Como el cambio de algoritmo de Facebook que se anunciaba como el #Facebookgeddon, o cuando Google anunció que favorecería a las páginas adaptadas a un entorno móvil. Muchos chillaron corriendo en círculos, y hoy todo sigue igual que ayer.