Cuando vemos alguna de esas filtraciones de smartphones con bordes ultrafinos muchos nos ilusionamos por como será la experiencia de tener algo así en las manos. No es la primera vez que nos preguntamos dónde está el límite de unos biseles tan delgados que parecen sacados de una película de ciencia ficción.
Muchas veces vemos esas imágenes y no nos damos cuenta de todo lo que se ha mejorado en los últimos años en este aspecto. Hemos pasado de móviles en los que casi la mitad del espacio estaba ocupado por los marcos y botones a dispositivos como el LG G2 con casi tres cuartas partes ocupadas por la pantalla, verdadera protagonista de todo el ecosistema móvil. Vamos a poner un poco en contexto esta tendencia y hasta qué punto será una tónica imperante en los próximos años.
Unos bordes ultrafinos son posibles
Nombrábamos el LG G2. Y es que verdaderamente la marca surcoreana ha hecho un trabajo envidiable con ese dispositivo, uno al que además de esa maravillosa pantalla se le han incluido 3000mAh de batería, perfecta muestra de que los márgenes ultrafinos y la batería no están reñidos.
Siguiendo la estela del terminal estrella de LG tenemos otros como el Note 3 que han conseguido embutir una pantalla gigantesca en un dispositivo manejable y que parece hasta pequeño en comparación. El ancho de la pantalla ha tenido mucho que ver. Una mejoría desde el Note2 que como vemos en la siguiente imagen es verdaderamente apreciable.
Los dispositivos que se avecinan para este 2014 prometen superar estas marcas. Por una parte, el LG G3 seguirá teniendo unos marcos ínfimos. Estas mejoras además de estar motivadas por los procesos de fabricación y ensamblado, tienen mucho que ver con las pantallas utilizadas. Algunas como las de AUO aseguran poder meterse en bordes de hasta 1mm.
El problema de los botones y el modo inmersivo
Más allá de esta búsqueda del espacio lateral, tenemos también una serie de detalles que complican el asunto. Los botones de Android pueden ser tanto físicos como estar integrados en el sistema. Precisamente para aprovechar esta pantalla ocupada por los botones se creó el modo inmersive, lo que pasa es que este modo de momento no se aprovecha adecuadamente por las apps Android, quedando en la práctica como espacio desaprovechado.
Y sino que se lo digan a HTC que con su M8 ha caído en este error. El terminal cuenta con un diseño exquisito, pero en un terminal de gama alta a los que siempre pedimos lo mejor, ese espacio negro desaprovechado es un pecado muy importante.
De nada sirve invertir decenas de millones de euros en construir un dispositivo con márgenes ultradelgados si en definitiva el resultado va a ser una reducción del espacio de pantalla útil. Como vemos en las imágenes, un tercio del espacio del M8 no sirve para mostrar las apps.
En comparación con el HTC One original, a pesar de ser 0,3″ menor, el espacio es prácticamente idéntico. Un problema que con el tiempo y el auge del modo inmersivo debería desaparecer, pero es algo con lo que hoy en día no podemos contar.
Cuando no siempre se busca
Hagamos un resumen, por un lado tenemos fabricantes investigando como reducir cada milímetro de los márgenes. Y por otro tenemos errores que echan por tierra todo el resto de logros. Sin embargo podemos estar seguros que algunos fabricantes deciden sacrificar parte de los márgenes a propósito.
¿Por qué iban a hacerlo? Y más importante; ¿se impondrán estos motivos cuando la moda de los bordes ultrafinos se estabilice?
Agarrar un móvil es fácil, sin embargo en las tablets es otra historia. La manera de sujetar las tablets es distinta, estando normalmente apoyadas y cogiéndose principalmente con las dos manos. Aquí los bordes ultrafinos provocan que accidentalmente toquemos la pantalla con el pulgar, una práctica que algunos fabricantes han solucionado mediante software.
Precisamente el tamaño de nuestras manos determina hasta qué punto es factible tener un dispositivo totalmente pantalla o si se necesitan márgenes para apoyar los dedos. La Nexus 7 2013 fue famosa por introducir unos márgenes laterales enormes en comparación con su modelo anterior, y no fue por un tema de componententes internos, sino por puro equilibrio y estabilidad. El tamaño de los márgenes determina el uso que vayamos a dar del dispositivo.
En un mercado multidispositivo como el que se espera para Android, no podemos asegurar que todos los Android vayan a tener márgenes tan reducidos; las condiciones de uso y no la estética marcarán el grosor de los biseles.
¿Cuáles son las alternativas?
¿Qué alternativas quedan entonces para no desaprovechar el espacio? Las hay. Pensemos sino en el propio modo inmersive, que únicamente existe desde la reciente KitKat. Google analizará el estado del mercado y se buscará la manera de potenciar este modo o incluso de construir algunos distintos.
Android Wear por ejemplo se pelea entre pantallas rectangulares y circulares, pero el propio SDK ya tiene en cuenta esto. El propio software sabrá encontrar la manera de que los fabricantes puedan permitirse márgenes más finos sin dejar de lado algunas funciones tan básicas como los botones. Aquí os dejamos una patente (de Apple) en la que se presenta una idea para poder solucionar el problema de los márgenes, nuevamente basada en un software que reconocería los toques.
Otro via es el hardware. Aquí los rumores sobre la pantalla curvada del Note 4 podrían darnos alguna pista. Una pantalla que se doble por los laterales puede ser una buena manera de aprovechar ese espacio. Colocar los verdaderos bordes fuera de la pantalla principal dará una sensación de tamaño que para una gama como el Note es básica. Este mismo tipo de pantallas elásticos permitirían reducir los márgenes en una cantidad muy significativa, y sino fijémonos por ejemplo en algunas TVs.
Ya no digamos experimentos como el Galaxy Beam que pretende trasladar la experiencia fuera de los márgenes de la propia pantalla, el Yotaphone, cuyo tipo de pantalla e-Ink podría alcanzar hasta la totalidad del cuerpo del móvil o por ejemplo Project Ara, cuyos márgenes sirven para clasificar los distintos elementos.
Android es un sistema operativo implantado en muchas formas, no tenemos que pensar en los márgenes como un problema únicamente para smartphones.
La elección de los bordes ultrafinos corresponde al consumidor, pero aunque la mayoría deseemos que sean lo más delgados posibles, ya se ha demostrado que varios dispositivos han tenido mucho éxito al rodear con pericia este problema. ¿Tendremos dentro de unos años únicamente smartphones-pantalla?