El expolio de la cultura
Por Luis María Anson, de la Real Academia Española Ver todos los artículos de la 'Primera palabra'
18 enero, 2013 01:00Luis María Anson
Si el Gobierno y la sociedad no ponen remedio urgente a la situación, España volverá, según vaticina Cerezo, a la "Lista 301" de países que no respetan la propiedad intelectual. Tengo en el mejor concepto la inteligencia de Ángeles González-Sinde. Es una directora de cine excepcional y fue una eficaz y lúcida ministra, a pesar de las críticas tantas veces cerriles o interesadas de las que fue víctima. Escuchó con atención los timbres de alarma y se esforzó por taponar las hemorragias con una ley que fue combatida a izquierda y a derecha. Al final la sacó adelante con demasiados parches. No ha sido suficiente para atajar los despropósitos. "Las web importantes siguen abiertas", asegura Enrique Cerezo. La piratería continúa expoliando de forma inmisericorde y voraz los ingresos del sector cultural de España. En You Tube, por ejemplo, se ven gratis las películas españolas que han costado un ojo de la cara producirlas.
El inteligente empresario cinematográfico Cerezo, enamorado además de nuestra cultura, ha declarado a Rodrigo y Calero con más valor que José Tomás ante un toro de Victorino: "En el tema de la copia privada y el canon, el Gobierno español nos ha querido encajonar en el sistema noruego. Nosotros siempre hemos cobrado el canon de los fabricantes de dispositivos, el 99% extranjeros, la mayoría fuera de la UE y curiosamente, cuando España está en una situación económica tan complicada y difícil, el Gobierno lo introduce en los presupuestos del Estado para que lo paguen todos los ciudadanos de sus impuestos cuando en la Unión Europea lo pagan los fabricantes. Encima, prometen una cifra de 50 millones y al final se quedan en 5."
Desde los premios Goya al "no a la guerra", el cine español cayó en desgracia. "Para muchos espectadores", especifica sagazmente Cerezo, porque los políticos de derechas en España padecen un síndrome de Estocolmo que les impide contemplar objetivamente la realidad. Y la realidad es que se está haciendo un daño determinante a la cultura española porque el Gobierno no ha sabido enfrentarse, como hizo Aznar, con una situación que se fragiliza cada mes que pasa.
Enrique Cerezo ha raspado en las llagas que duelen en el cuerpo cultural español. Lo ha hecho desde el conocimiento y la consideración, sin echar los pies por alto ni los venablos por la boca. Es hombre que huye del aspaviento y la provocación. Rajoy no se ha enterado todavía de que, si España se mueve en el puesto doce o trece de la economía mundial, culturalmente se encuentra en el pelotón de cabeza entre los cuatro primeros. Suprimió de un plumazo el ministerio de Cultura y apenas presta atención a las manifestaciones culturales de nuestro país. Se equivoca y el tiempo se lo dirá alto y claro. Es una torpeza no volcarse en el mundo de la cultura, en el de la literatura, las artes plásticas, la música, el cine, el teatro y la ciencia.