Image: El caballo no tiene zapatos

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Poesía

El caballo no tiene zapatos

Raúl Ortega Alfonso

15 julio, 2016 02:00

Raúl Ortega Alfonso

Devenir. Madrid, 2016. 72 páginas, 12€

Raúl Ortega Alfonso (La Habana, 1960) es poeta y novelista. Seis de sus poemarios fueron reunidos en el volumen A punta de palabras (2015). Con El caballo no tiene zapatos obtuvo el Premio Blas de Otero en 2014. Vive exiliado en México.

Los cincuenta y un poemas en prosa de El caballo no tiene zapatos nos transmiten una literatura diáfana. Lo constatamos con la carta dirigida al escritor húngaro Attila József, que murió atropellado por un tren cuando tenía 32 años. La claridad va acompañada de expresiones rotundas. La contundencia de las frases arremete contra la fe. En ocasiones con un final melancólico: "Me dan pena los hombres que construyen sus dioses de tiempo y se olvidan del suyo". Después, Ortega Alfonso habla en nombre de la hija enferma de Pablo Neruda. A su juicio, la palabra libertad sólo contiene humo. Considera que la patria es una creación del cinismo. Las alusiones a Cuba, "esa carpa agujereada", traslucen una herida y la rabia consiguiente. ¿Y las personas? Son "como un polvo que te saluda" en la ciudad mexicana de San Luis Potosí. Sin embargo, existen unas islas de compasión. El poeta mantiene diálogos con su hija y protege la inocencia.

¿Hay artificio o juego en el radicalismo de Raúl Ortega? El ingenio del poeta logra que el lector perciba la autenticidad

Ortega Alfonso nos dice que la incredulidad es la nación más bella. Descarga duros reproches contra el admirador que grita su entusiasmo y su sometimiento a los ídolos. También opina que concebir un hijo significa dejar la desdicha como herencia. O asegura que han desaparecido las huellas de una invención llamada abrazo. Espera mientras la muerte desayuna. La culpa y el arrepentimiento se alternan en varios poemas. La sintonía con la desesperación de Emil Cioran -autor mencionado en el último texto- sobresale en no pocas líneas. Sobre todo en "Dos puntos y seguido", "Balada del padre malo" y "Apuntes para una nota bibliográfica". Un pesimismo sin fisuras une las páginas: "Lo único que diferencia al hombre de los animales es el odio, que seguiremos levantando como si compitiéramos a ver quién construye el rascacielos más alto del planeta".

¿Hay artificio o juego en el radicalismo de El caballo no tiene zapatos? El ingenio de Raúl Ortega logra que el lector perciba la autenticidad.

@FJIrazoki