Poemas de España
Stephen Spender
1 mayo, 2009 02:00Stephen Spender. Foto: Archivo
Al detenernos a comentar en otras ocasiones algún libro de los poetas del llamado "grupo de Oxford" ya subrayamos de qué manera sus obras estuvieron condicionadas ideológicamente por el tiempo que les tocó vivir. Hubo un esfuerzo en ellos por llevar a cabo una idea expresada por el más conocido, W. H. Auden: "La poesía primitiva dice cosas sencillas dándoles rodeos, mientras que la poesía moderna intenta decir directamente cosas complicadas". Este afán les llevó a salir de las sendas de la tradición, pero sobre todo a tomar conciencia viva de su tiempo, hasta el punto de que luego se dio una gran disonancia entre lo que pensaban y lo que impusieron las ideologías o el tiempo de guerras. Por un lado, hubo en ellos un vivo temperamento crítico, pero el paso del tiempo les llevó al terreno de la duda y la ironía. En este marco hay que abordar la personalidad de Stephen Spender (1909-1995) y estos Poemas de España, recogidos y traducidos por Gabriel Insausti, y acompañados de un extenso y fundamentado estudio en el que se nos ofrecen muchas de las claves de los mismos.En la vida de Spender hubo un acontecimiento especial que fue la Guerra Civil española, decisivo para tantos intelectuales extranjeros que se comprometieron con ella acudiendo a España. Spender lo hizo en varias ocasiones y participó en la contienda. El resultado fue esta serie de poemas que sometió a revisión a lo largo de más de veinte años. Observamos, al confrontar las versiones, que esta revisión fue mucho más que formal o estilística, en la medida en que las ideas de Spender en torno al conflicto bélico cambiaron. Este cambio le llevara no sólo a corregir sus textos, sino incluso a suprimir la mayoría de ellos y dejar indemnes sólo cuatro de los escritos en un primer momento.
Parece como si hubiese acabado siendo España, el país y sus circunstancias lo importante de esta recopilación. "La supresión de Fall of city -escribe Insausti- a partir de 1955 nos sugiere que Spender no se encontraba ya muy cómodo con la apología de la revolución", y que una "violencia atávica" es lo que latía en la contienda española. Esta superación ideológica del conflicto es una lección para españoles extremados y un retorno de la poesía a sus cauces de intemporalidad.
Dicho esto, el lector avanza en la lectura desde una "situación humana", muy arraigada, en la que "mis antepasados son mi historia". Con ironía, dando protagonismo a la idea de la muerte desnuda, acaba el poeta haciendo resumen de su vida y de su tiempo, y con un regreso a la interioridad absoluta en ese caer "de rodillas" en el propio ser para hallar "fortaleza". Sin embargo, los poemas de este volumen están llenos de nombres propios, de topónimos y anécdotas que remiten al país que los suscitaron, y nos engañaríamos si no viéramos cuánto los provocó: la experiencia de sus días en España, cuando el poeta no había alcanzado los 30 años de edad. La conciencia de que "por toda Europa se ha rasgado/la paz de nuestras almas", es demasiado viva para que se hubiera olvidado en estos poemas pulidos, alterados o suprimidos. Aunque entre noticias de bombas y ejércitos, hallemos poemas como "La habitación sobre la plaza", en los que gracias al amor se encuentra la certeza de ser y de que la luz es "perpetua".
Abordamos, por tanto, la lectura de un poemario en el que se debaten y tensan temporalidad e intemporalidad. El paso del tiempo permite al creador, librar a su obra de cuanto en ella había de arrebatado o precipitado. Los años vividos le permitieron revisar a Spender no sólo su propia conciencia ideológica sino esos poemas a los que las sucesivas correcciones darán sin duda una mayor perdurabilidad.