Las mujeres y los días
Gabriel Ferrater
29 mayo, 2002 02:00Gabriel Ferrater
Cuando se cumplen 30 años de la muerte de Gabriel Ferrater, quizá el poeta de lengua catalana más presente en la última poesía española, aparece la traducción de su poesía completa, o de lo que él dio como tal, Les dones i els dies. Mª. á. Cabré traduce literalmente, sin preocupación por reflejar el ritmo del original. Sus versiones contrastan con las de Mujeres y días, reedición de una antología publicada en 1979. En este caso fueron tres poetas los que pusieron en verso castellano el catalán: Gimferrer, J. A. Goytisolo y J. M. Valverde. La edición bilingöe nos permite darnos cuenta de las licencias de los traductores, cosa que no ocurre en el caso de Cabré.El primer traductor al castellano de Ferrater fue el propio Ferrater. En 1959 publicó en Cuadernos Hispanoamericanos seis poemas. Su versión de "Floral" comienza: "En la primavera del cincuenta y dos, las muchachas/ llevaban blusas blancas y rebecas/ verdes, y por las calles oíamos el susurro/precipitado de flores y hojas en que se esconden/los negros cueros del almendro. Cumplí/treinta años, que también me parecen prematuros./Pero ningún viento los ajusticia." Cabré convierte el susurro precipitado en crepitar precipitado y el último verso en "pero no hay viento que les haga justicia", lo que no es lo mismo. Gimferrer recurre al endecasílabo: "La primavera del cincuenta y dos,/las chicas iban con rebecas verdes/y blusas blancas, y en la calle oíamos/un susurrar de flores y de hojas,/precipitado, en el que se escondían/los negros cueros del almendro. Yo/ cumplí treinta años, que ahora me parecen/prematuros también. Más ningún viento/los ajusticia". Son opciones complementarias. Los traductores de Seix Barral intentan que sus versiones se lean como poemas en castellano. La traducción de Lumen es una ayuda para quienes no entienden sin ayuda el catalán, por eso resulta difícilmente comprensible que la edición no sea bilingöe.
Buena parte de la poesía española de los 80 y 90 ha bebido en Ferrater, ha entendido la poesía "como la descripción de algunos momentos de la vida moral de un hombre ordinario", ha huido de surrealistas imprecisiones, de poéticas vaguedades. Se ha corrido así el riesgo de banalizar y desgastar sus logros. Pero Ferrater, poeta de la experiencia y de la inteligencia, sigue seduciéndonos desde la primera página, desde "In memoriam", ese poema autobiográfico, canto y cuento, evocación y reflexión, que no tiene precedente en la literatura de nuestra lengua, y que resuena en los que poco después escribiría Gil de Biedma.
A Ferrater se le puede aproximar a los poetas de la escuela de Barcelona, pero tiene una sequedad reconfortante, un misterio sólo suyo, una lucidez de doble filo. Por primera vez es posible leerle completo en castellano. Todo un acontecimiento.