Tan fuerte, tan cerca
Jonathan Safran Foer
27 octubre, 2005 02:00Jonathan Safran Foer. Foto: Carlos Miralles
Poco a poco, la ficción norteamericana comienza a digerir los trágicos acontecimientos del 11-S , o "September eleven" en terminología local. Hasta ahora nos habíamos topado con veladas referencias, además de algún que otro relato; Tan fuerte, tan cerca, segunda novela de Safran Foer (1977), germina, se estructura y sustancia en torno a la tragedia.
éste es el hilo conductor, pero la novela encierra otras historias, como la de los abuelos de Oskar, que llegaron a los Estados Unidos huyendo de la germana ciudad de Dresde durante la segunda guerra mundial. También conocemos la vida de algunas personas apellidadas Black, a quienes visita el joven Oskar para desvelar el misterio; resulta especialmente atractiva la de su propio vecino, que lleva décadas sin salir a la calle. Tal y como asegura uno de los personajes, "La historia de mi vida es la historia de todos aquellos que he conocido"; a fin de cuentas "¿Acaso mi vida y mis sentimientos no son lo mismo?" (página 179).
También encontramos alguna que otra pincelada crítica, ya de forma general, al lamentarse de que en más de tres mil años la humanidad apenas si ha disfrutado de unas decenas de años sin guerras o la censura informativa en los Estados Unidos: "… En un site portugués había muchas cosas que aquí no se enseñaban, aunque sucedió aquí. … Me pone de un mal humor increíble que la gente del resto del mundo sepa cosas que yo no sé, porque fue aquí donde sucedió, y me sucedió a mí, así que ¿no deberían ser mías?" (página 347).
El proceso de búsqueda parece evocar aquella de Pynchon en La subasta del lote 49, pero el afán posmodernista de Jonathan Safran Foer supera con creces incluso los experimentos formalistas más atrevidos de Barthelme. Uno no acaba de entender muy bien las intenciones y propósitos de Foer (tal vez llamar la atención provocando valoraciones como la que a continuación se expone) al incluir páginas en blanco, otras literalmente ilegibles o aquellas en las que tan sólo se lee una frase… cuando no interminables sucesiones numéricas o fotografías traídas con excusas más que forzadas. En no pocas ocasiones se entienden -o al menos así lo aprecia quien suscribe- como fatuos fuegos artificiales, con más de anecdótico que de sustancial, que no hacen sino distraernos de la auténtica trama al recuperar antiguos, y ahora caducos, experimentos que nos retrotraen hasta el rupturista espíritu de la generación beatnik.
Uno desearía que Foer superara pronto este juvenil -nació en 1977- "acceso de originalidad", porque si algo se desprende de Tan fuerte, tan cerca es que su autor sabe y puede escribir con suficiente calidad como para ganarse un puesto de privilegio en las letras norteamericanas sin necesidad de recurrir a intrascendentes artificios.