'Escribir en la nieve': los genios rusos en miniatura
Santiago Velázquez arma un artefacto sólido, equilibrado en intensidad y prolijo en curiosidades, sobre la literatura rusa contemporánea
25 junio, 2022 03:18Las palabras ‘retrato’ y ‘relato’ no solo se parecen en la forma, sino que además pueden ser complementarias por su significado. El caso de Escribir en la nieve, de Santiago Velázquez (Madrid, 1977), ilustra con meridiana claridad esta correspondencia, por cuanto las vidas que aquí se narran son historias tan poderosas que, por sí mismas, bien podrían pasar por argumentos de grandes novelas.
El subtítulo, Veinte breves biografías de genios de la literatura rusa, anuncia dos importantes consignas: los autores escogidos tienen sobrada trascendencia, pero el retrato de cada uno de ellos no será extenso. ¿Cómo, entonces, ha logrado Velázquez armar un artefacto tan sólido, equilibrado en intensidad y prolijo en curiosidades?
El escritor y periodista ensambla el rigor y la elocuencia en los acercamientos a figuras como Fiódor Dostoievski, Anna Ajmátova, Marina Tsvietáieva o León Tolstói. Presentadas cronológicamente a lo largo de los siglos XIX y XX, desde Aleksandr Pushkin hasta Aleksandr Solzhenitsyn, estas semblanzas no solo nos dan una idea de los grandes temas de la literatura, sino que, con las pinceladas justas del autor, nos ofrecen un paisaje más que amplio de la cultura rusa. Contrario a los estereotipos que relacionan la personalidad con el lugar de origen, Juan Bonilla destaca en el prólogo su dimensión universal.
Este libro reúne a poetas, narradores y dramaturgos rusos, ahora que el contexto bélico marca la cancelación de su cultura
Además de profundizar en sus apasionantes periplos vitales, cuajados de anécdotas que toman forma de cuento como la renuncia al Nobel de Borís Pasternak o la pugna de Vladimir Nabokov para publicar Lolita, Velázquez no se olvida de las obras que los llevaron a ser hoy retratados. Poetas, narradores y dramaturgos (Chéjov, claro) se reúnen para Escribir en la nieve, ahora que el contexto bélico ha impulsado la cancelación de múltiples manifestaciones artísticas rusas. Este libro reivindica la independencia de la literatura, que sobrevive siempre y se resiste a ser silenciada.