Muere Inge Feltrinelli, heredera de Gutenberg
La editora y fotógrafa, testigo y protagonista de algunos de los momentos clave de la historia reciente de Italia, ha muerto en Milán a los 87 años
20 septiembre, 2018 02:00Inge Feltrinelli
Primera dama de la edición europea y última representante de los grandes editores continentales de los años 50 y 60, Inge Feltrinelli ha fallecido a los 87 años dejando ya para la historia la energía con la que levantó el emporio editorial a la trágica muerte de su marido, Giangiacomo Feltrinelli. Su ideal a lo largo de las décadas que estuvo al frente de uno de los proyectos editoriales más comprometidos y enjundiosos de Italia fue el que resumía en esta entrevista concedida a El Cultural en 2012: "El viejo invento de Gutenberg sigue siendo perfecto".De su marido Giangiacomo, el heredero de la fortuna más grande de Italia y el editor que fundó el grupo que lleva su nombre, heredó su apellido Inge, nacida Schönthal en Essen, Alemania, en 1930 en Essen. Cuando conoció a Feltrinelli en Hamburgo en 1958 trabajaba como fotógrafa de gran éxito, e inmortalizó con su cámara a personas como John Fitzgerald Kennedy, Winston Churchill, Greta Garbo, Picasso o Ernest Hemingway. Sin embargo, no tardó en mucarse a Milán y compartir el sueño editorial de su marido, que había nacido cuatro años antes.
Giangiacomo fue un intelectual comprometido que se atrevió, por ejemplo, a publicar Doctor Zhivago, la censurada novela de Boris Pasternak. Reinventó y triunfó en el sector editorial, pero estaba activamente implicado con la disidencia izquierdista italiana, si bien tras la invasión de Hungría de 1956, rompió con el comunismo soviético y exploró nuevas formas de ser de izquierdas. Con el tiempo, entró en la clandestinidad y tuvo un papel pionero en los Años de Plomo. Murió en 1972 en un acto de sabotaje en el que participaba junto a un grupo paralelo a las Brigadas Rojas.
Inge y Giangiacomo en los años 60
Además del papel estrictamente cultural, supo convertirse en una de las personas más influyentes y famosas en el mundo de la cultura italiana y europea del siglo XX. Sus fiestas en Villadeati, la mansión familiar, se hicieron legendarias, y en ese lugar los gigantes de la edición mundial le rendían vasallaje. Fue la artífice, no solo de sanear un negocio ruinoso, sino de convertirlo en una empresa moderna y disciplinada para legarla a su hijo, Carlo, hoy responsable de la casa editora. Él mismo publicó hace unos años Senior Service, una biografía sobre la vida de su padre, que en España editó Anagrama, sello que adquierió el grupo italiano.
"Nos deja una mujer que supo distinguir la calidad y que trajo a Italia y en Milán, durante los últimos cincuenta años, escritores, escritoras, editores, intelectuales internacionales animando un contexto de inestimable riqueza", señaló el grupo editorial en un comunicado.