Image: La revuelta de Ajoblanco

Image: La "revuelta" de Ajoblanco

Letras

La "revuelta" de Ajoblanco

29 junio, 2017 02:00

Primera portada de la nueva época de Ajoblanco, dirigida por Pepe Ribas

La icónica revista Ajoblanco, símbolo de la contracultura, inicia su tercera época con la ambición de "revolver las vidas cotidianas", porque "el lector tiene ganas de leer libertad".

Revulsivo cultural y casi legendario de la contracultura, introdujo en nuestro país las publicaciones underground europeas, la nueva literatura, el rock o el pensamiento libertario; la revista Ajoblanco alcanzó en sus dos etapas anteriores (1974-80, y 1987-99) la categoría de mito por la calidad de sus artículos y firmas y por su compromiso de dotar de voz a la sociedad española de entonces, que pugnaba por salir de las tinieblas ideológicas del franquismo. Aunque junto a la política, los intereses de la primera etapa de Ajoblanco incluyeron contenidos sociales inéditos hasta entonces en España como la antipsiquiatría, el ecologismo, el colectivismo, el movimiento gay y el urbanismo sostenible. Contenidos, y sobre todo filosofía que su fundador, Pepe Ribas, pretende recuperar en la actualidad. "Queremos revitalizar la cultura, salir del letargo y perder el miedo. Queremos un pensamiento nuevo, libre, sin cánones impuestos ni burbujas. Queremos recuperar la memoria, hurgar donde otros temen hacerlo". Con estas intenciones declaradas arranca el primer número de esta nueva época.

Para Ribas, el objetivo prioritario que debe marcarse la publicación tras 17 años fuera de escena es "provocar un debate sin seguidismos a partidos políticos, no tan ideologizado sino con ideas abiertas que puedan ser debatidas y aportar elementos críticos dentro del mundo de la cultura para que la gente esté más formada y más inquieta y con más ganas de participar en un debate abierto, plural". El veterano periodista y escritor, muy crítico con la prensa en general, considera que en nuestro país "se ha perdido mucha tradición periodística, mucha calidad. La prensa en España es muy dependiente o bien de la industria, a través de la publicidad y de las novedades, o del poder político instituido. Hay muy poca independencia y existe una autocensura muy grande por miedo, primero a perder el empleo en un momento de gran precariedad; segundo a perder los anunciantes, en un momento de gran crisis económica, y tercero a perder la confianza del poder".

Toda esta situación deriva en un periodismo atípico que provoca que no sepamos lo que ocurre en ninguna parte. "Se informa por ejemplo de una guerra, pero muy superficialmente, y después desaparece la información. Pero esto pasa con todo, el modelo está muy volcado en la actualidad y la gente está harta, por eso hay una crisis del papel. Hay mucho soporte publicitario y muy poca revista independiente", asegura Ribas, ferviente defensor del papel. "Por ejemplo, hay muy poco periodismo de investigación, se han perdido los equipos, porque claro, hacían daño al poder. Pero esto no es de hoy, viene de hace 30 o 35 años, es una censura más económica y más autocensura, pero es mucho más demoledora que la que había en el 76, 77 o 78, los años donde hubo verdadera libertad de prensa", opina.

La idea de volver a los quioscos surgió a raíz de las jornadas y la exposición en torno a la revista que se organizaron en 2014 en el Palacio Conde Duque de Madrid, aunque Ribas ya había destilado su experiencia en 2007 en el libro Los 70 a destajo. Ajoblanco y libertad. La nueva revista de periodicidad cuatrimestral nacida a raíz de una campaña de crowfunding, ofrece 132 páginas estructuradas en cuatro grandes bloques que aúnan lo más novedosos con un guiño a los nostálgicos. En el primer apartado, llamada Apuestas en blanco y negro, se rescatan las iniciativas culturales y sociales que son sistemáticamente invisibilizadas por los medios tradicionales. Le sigue un bloque en el que se recuperan las secciones emblemáticas de la revista de los 70: sexo, feminismo, ecología, psiquiatría, memoria, salud, libros y música. A continuación se encuentran las páginas A fondo, con elaborados reportajes de investigación, y por último, El muro, sección heredada de la Cloaca de los años 70, con colaboraciones de los lectores de España y Latinoamérica, que el medio considera imprescindibles.

Sin publicidad y en papel, ¿salto al vacío?

Un aspecto destacado de la nueva publicación es su apuesta por prescindir de la publicidad, tanto institucional como comercial, en busca de esa comentada independencia. "En el primer Ajoblanco fuimos rentables y no teníamos publicidad. En el segundo, luchamos para tener la publicidad y nunca fuimos rentables, porque la publicidad nunca apuesta por quien dice la verdad", se lamenta Ribas. "Entonces más vale que el tiempo que empleas en buscar publicidad lo inviertas en buscar buenos temas y en hacer buenos artículos. Así vendes más, porque te ocupas más del lector, porque la prensa no es para el anunciante, sino para el lector", figura que el director considera totalmente desatendida por los medios tradicionales. "Se ha perdido totalmente el respeto al ciudadano y al lector, se le ha engañado sistemáticamente durante muchos años y el lector está harto y por eso no lee".

En cuanto al papel, un soporte que Ribas considera innegociable, afirma que frente al miedo sobre su desaparición, el papel nunca se irá porque a diferencia de las pantallas, tiene memoria. "son formas de escritura muy distintas la letra impresa y la pantalla. Mira los tuits por ejemplo, comentarios superficiales, cosas descontextualizadas, y en cambio en papel te lo piensas varias veces porque queda escrito y no lo puedes cambiar. La pantalla no tiene memoria, pero el papel sí. Serán soportes complementarios, como el cine y el teatro". Además defiende asimismo su rentabilidad, porque "el papel es el soporte más barato. Lo que es caro es la estructura, pero el papel te devuelve un dinero que internet no".

Para el director esta dicotomía entre papel y pantalla encierra otra más profunda y más preocupante, la confusión entre "lo que es cultura con lo que es negocio cultural o con lo que es entretenimiento. Se dice que leer en papel cuesta, pero es que la cultura cuesta siempre. La cultura es lo que te permite tener un criterio propio, resistir a cualquier Goebbels, sin ella seríamos pasto de cualquier Le Pen, porque no tendríamos criterio, iríamos a lo fácil y lo fácil es el populismo, medias verdades pequeñas y pocas", advierte Ribas, que asegura que por ello "la cultura es especialmente el alma contra el populismo y la tiranía de las instituciones que controlan el dinero público y quieren que todo el mundo sea como ellos quieren que sea, por eso no nos instruyen, más bien nos adoctrinan. La gran crisis de la educación española es que muchos profesores no buscan abrir caminos de aprendizaje, lo que buscan son adeptos, y así vamos", se lamenta Ribas.

El espíritu de Ajoblanco

De ahí el lema que acompaña a la nueva publicación: ¡Revolvemos!, que expresa ese sentido de revuelta que plantea la publicación, pero también de vuelta a unos orígenes que a entender del director marcaron, junto a otros elementos, la revolución que vivió el país durante los años 70, hoy ilógicamente cuestionada. "No se puede olvidar que sin los 70 seríamos un país católico apostólico romano, estaríamos en la carcundia entre padres e hijos, en el autoritarismo. En este país hay matrimonios homosexuales, feminismo, conciencia ecológica gracias a todo lo que hicimos entonces".

Aunque más allá de aquella primera ruptura, Ribas también quiere destacar la labor de crítica a la democracia de la segunda época de la publicación, que ellos ya habían profetizado en los 90. "Cuando cristalizó el 15M, todo lo que habíamos anticipado se hizo consigna. Nosotros ya habíamos analizado que España no era una democracia, porque no había separación de poderes, había listas cerradas, por la corrupción de los partidos, por el clientelismo..." Y es porque esos males todavía siguen aquí, entre otras razones por lo que es necesario que vuelva a nosotros un producto como Ajoblanco, que según Ribas hace falta "sencillamente porque la gente tiene ganas de leer libertad".