Sergio González Ruano

Sergio González Ruano ha fallecido a los 67 años de un infarto en Ciudad de México, según ha informado la secretaria de Cultura mexicana María Cristina García Cepeda a través de su cuenta de Twitter. El escritor, periodista, guionista y ensayista mexicano recibió en 2014 el Premio Anagrama de Ensayo por Campo de guerra, un libro que analiza la tendencia geopolítica, encabezada por Estados Unidos de América, que, con el pretexto de combatir el terrorismo en el mundo, ha impuesto el control y la vigilancia a partir de plataformas militares, y ha impulsado el orden paulatino de grandes corporaciones mundiales, cuya sinergia en el espionaje absoluto se ha revelado en los últimos tiempos.



Sergio González Rodríguez nació en Ciudad de México en 1950 y estudio literatura contemporánea en la Universidad Nacional Autónoma de México de 1978 a 1982. Con Campo de Guerra, completaba una trilogía dedicada al estudio de fenómenos extremos de las sociedades actuales, que empezó con el escalofriante reportaje sobre las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez que realizó en su aclamada obra Huesos en el desierto (2002), al que siguió su interpretación acerca de las decapitaciones y usos rituales de la violencia por parte de grupos criminales en El hombre sin cabeza (2009), obras publicadas ambas por Anagrama y traducidas a varios idiomas.



En su último libro, desolador y necesario, Los 43 de Iguala, González Ruano trataba de desentrañar la trágica noche del 26 de septiembre de 2014, en la que 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que se dirigían en autobús a una manifestación en la capital fueron secuestrados, torturados, asesinados y quemados por el grupo criminal Guerreros Unidos en connivencia con la policía municipal. Una matanza estremecedora insuficientemente investigada.



González Rodríguez fue un escritor al que nunca le falto valor para escribir sobre la violencia del narcotráfico y que tuvo que sufrir las consecuencias de tal atrevimiento. Durante la investigación que dio lugar a Huesos en el desierto fue atacado por un grupo de sicarios. Las consecuencias del asalto le dejaron algunas secuelas físicas, pero no mellaron su voluntad y siguió denunciando las injusticias de su entorno.



El autor colaboró en más de 21 libros y tuve una pequeña incursión en el mundo de la música. Recibió el Premio Casa Amèrica Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica 2013, entre otros galardones, como el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez.