Sergio González Rodríguez

Anagrama, 2015. 163 páginas, 14'90€ Ebook: 9'99€

"El mal se ha instalado entre nosotros inscrito entre los pliegues de la fe en el dinero, la guerra y la técnica". No hay declaración más pertinente para ser grabada a fuego en la introducción de un libro tan aterrador como éste. El reconocido periodista mexicano Sergio González Rodríguez no pudo soportar más el "rumor grave" que cada noche, antes de dormirse, ascendía hasta sus oídos como "el aliento ominoso de una catástrofe inminente". "Quise evitarlo pero me resultó imposible. Debo hablar de lo que nadie quiere hablar ya". Hace justo un año, la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, al sur de México, 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa que se dirigían en autobús a una manifestación en la capital fueron secuestrados, torturados, asesinados y quemados por el grupo criminal Guerreros Unidos en connivencia con la policía municipal. Una matanza estremecedora insuficientemente investigada.



En los últimos años México ha asistido a una extraña sinergia entre grupos revolucionarios, traficantes de drogas y bandas para los que los 43 de Iguala sólo son "víctimas sacrificiales". González lo señala eludiendo así escenarios maniqueos de buenos y malos. Los narcos de la zona son aterradores. Los militares y policías, corruptos y violentos. Los políticos, como José Luis Abarca, presidente municipal que fue detenido tras intentar huir después de los hechos, trabajan a sueldo de las mafias. Y los normalistas asesinados llevaban años haciendo la vida imposible a los habitantes con sus robos y sabotajes. Una bomba de relojería que acabó por estallar aquella noche de septiembre. Después, los familiares de los asesinados se negaron a olvidar e iniciaron un movimiento que sacudió el país suscitando nuevas preguntas sin respuesta. En este libro desolador y necesario, Sergio González se atreve a responderlas.