Viñeta de Dos holandeses en Nápoles que muestra a Caravaggio tras ser herido en una taberna
Aquí puedes leer y descargar las primeras páginas de Dos holandeses en Nápoles
La desordenada vida de Caravaggio no le impidió desarrollar su inmenso talento como pintor, que puso al servicio de la aristocracia y, sobre todo, de la Iglesia Católica. Pintores de toda Europa le admiraron y siguieron sus pasos. El Museo Thyssen de Madrid inauguró hace unos días la exposición Caravaggio y los pintores del norte, que refleja a través de 53 obras suyas y de sus seguidores la poderosa influencia que ejerció en otros artistas, ya fueran italianos, franceses o flamencos.
Detalle de la portada del cómic, con una reproducción del cuadro de Caravaggio Los músicos
Con motivo de la exposición, el Thyssen le encargó un cómic a Álvaro Ortiz -autor de Cenizas, Murderabilia y Rituales- sobre el maestro italiano y su magisterio, titulado Dos holandeses en Nápoles (coeditado por el museo y el sello Astiberri). El dibujante imagina un viaje realizado por Gerard van Honthorst y Dirck van Baburen a Nápoles en 1617, siete años después de la muerte de Caravaggio, para conocer las obras que el artista pintó durante su etapa en aquella ciudad de Italia. Ortiz aprovecha para retratar al Caravaggio pendenciero, y adorna la historia con una trama detectivesca en la que los pintores holandeses, que han oído rumores según los cuales su admirado maestro en realidad sigue vivo, rastrean su paradero.Eso de mezclar realidad y ficción es uno de los rasgos característicos de Ortiz. Lo hace desde su opera prima, Cenizas, donde tres amigos emprenden un viaje para esparcir los restos de un amigo fallecido, el autor intercala pasajes sobre la historia de la cremación supuestamente verídicos. "Me hace mucha gracia jugar con lo real y lo ficticio. Mucha gente me dice que cuando lee mis tebeos tiene que acudir a Google cada pocas páginas".
En el apartado gráfico, otra seña de identidad del dibujante que ha ido afianzándose con el tiempo es el empleo de una perspectiva con un único punto de fuga, líneas rectas, curvas sinuosas y formas simples para edificios y paisajes, así como el uso de una paleta bastante restringida de colores planos, que en este cómic sobre Caravaggio ha reducido aún más, limitándose a tonos ocres, rojizos, marrones y verdosos.
Viñeta del cómic que muestra los rasgos típicos del estilo de Álvaro Ortiz
@FDQuijano