Luis Solano fundó Libros del Asteroide en 2005
Una editorial de fondo. Esto es, en palabras de Luis Solano (Santiago de Compostela, 1972), Libros del Asteroide, el sello que él mismo fundó y dirige y que ahora cumple diez años. Para celebrarlo la editorial barcelonesa recupera, en tapa dura y en un mismo formato, los diez títulos más representativos de esta su primera década: A la caza del amor de Nancy Mitford, El quinto en discordia de Robertson Davies, El maestro Juan Martínez que estaba allí de Chaves Nogales, El Pentateuco de Isaac de Angel Wagenstein, En lugar seguro de Wallace Stegner, Cuatro hermanas de Jetta Carleton, Diario de un ama de casa desquiciada de Sua Kaufman, Una temporada para silbar de Ivan Doig, Algún día este dolor te será útil de Peter Cameron y Adiós, hasta mañana de William Maxwell.Es una buena muestra de un catálogo en donde, junto a lo nuevo, uno puede encontrar lo que en Asteroide denominan clásicos modernos; esto es, libros ocultos, o casi, para el lector español, pero de indispensable lectura en otros países. "Nuestra idea inicial era mirar hacia atrás [a los últimos setenta y cinco años, según se lee todavía en su web; en la práctica la norma era no publicar libros con menos de diez años de antigüedad], sobre todo a autores extranjeros que estuvieran aún por descubrirse en España", cuenta Solano a El Cultural. Tal es el caso, por ejemplo, de Robertson Davies, un autor que ya tiene su particular legión de seguidores en España y de quien el sello ha publicado casi todas sus novelas; de la primera, A merced de la tempestad, a Lo que arraiga en el hueso o la citada El quinto en discordia. "Es uno de los autores que más satisfacciones nos ha dado", comenta Solano. Y podríamos añadir a las hermanas Mitford, a Edward Lewis Wallant, a Wallace Stegner, a Dominick Dunne, a John Mortimer, a Izraíl Métter, a Léo Malet, y a tantos y tantos otros.
Pero aquel rígido criterio inicial se ha ido abriendo con los años. Primero a clásicos modernos españoles, y ahí están Gaziel, Augusto Assía o Chaves Nogales -o Josep Pla (Vida de Manolo), aunque éste no tan oculto-, que no habían gozado de la suerte editorial que merecían. Del sevillano, emblema de la Tercera España, Asteroide ha publicado A sangre y fuego, Juan Belmonte, matador de toros , La vuelta a Europa en avión, La agonía de Francia y El maestro Juan Martínez que estaba allí. "No esperaba el boom de Chaves, y no porque el autor no lo mereciera, sino porque yo lo había leído mucho antes de publicarle y me parecía que ya estaba presente de algún modo".
A ese segundo paso siguió el de publicar novela extranjera contemporánea, y ahí vino Peter Cameron ("Es un autor que a mí me encanta -dice el editor-, un escritor muy especial porque cada libro suyo es totalmente distinto al anterior"), de quien han editado, además de Algún día este dolor te será útil, Coral Glynn y Aquella tarde dorada; o, también entre los contemporáneos, Kevin Canty, de quien hemos podido leer Todo; o Antonio Scurati y El padre infiel...
"Nuestro principal objetivo ha sido siempre crear una marca fiable para los lectores. Para esto el catálogo tiene que tener cierta homogeneidad, algo muy difícil si publicas mucho. Y luego ocurre otra cosa: cuando publicas poco, diez libros al año, por ejemplo, y un lector se lee dos, este lector ya conoce un veinte por ciento de tu catálogo; de esta manera la posibilidad de que, si le han gustado esos dos libros, le guste alguno más, aumenta muchísimo". En tres citas clásicas, dice Solano, se podrían resumir los principios de Libros del Asteroide. Una de Pascal ("Los mejores libros son aquellos que quien los lee cree que él también podría haberlos escrito"), otra de Séneca ("No es preciso leer muchos libros, sino leerlos buenos") y una última de Galdós ("Por doquiera que el hombre vaya lleva consigo su novela"). Es decir, y recuperando lo dicho por el editor en el prólogo a su catálogo de 2015, "huye de lo afectado, publica poco, busca la vida".
En este punto, y hasta hoy, el catálogo de Asteroide (corto: siempre por debajo de los veinticinco títulos al año; empezaron con 10 libros al año, ahora están en 18) se divide al cincuenta por ciento entre clásicos modernos y contemporáneos. Y, entre los últimos, surgen ahora novedades de autores españoles y latinoamericanos: el año pasado Eduardo Halfón (Monasterio) o Marcos Ordóñez (Big Time); y este año Vente a casa, el celebrado libro de relatos de Jordi Nopca que ganó el Premio Documenta 2014.
Pero ¿merece la pena abrir la puerta a la recepción de originales? ¿Le compensa a una editorial como Libros del Asteroide invertir su tiempo en la lectura de manuscritos que no sirven? "Es cierto que da mucho más trabajo, pero a la vez da más oportunidades de promoción, porque tienes aquí al autor todo el día. También creo que estos autores interesan más a aquellos lectores que buscan la cercanía de sus contemporáneos", dice Solano. Y en general, ¿cómo es el nivel del material que reciben? "En general es desastroso. Es muy difícil encontrar algo y, de hecho, lo que hemos encontrado hasta ahora, los libros de Halfon o de Nopca, por ejemplo, son de autores que ya conocíamos. El otro día me contaba un editor de Gallimard que en su editorial reciben alrededor de 1.000 manuscritos al año de los que, con suerte, se salvan uno o dos. Así que nos pasa a todos lo mismo".
@albertogordom