El escritor Ken Follet al lado de su estatua en Vitoria. Foto: Pablo Viñas
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En el año 1961 Rebecca Hoffman, profesora en Alemania del Este y nieta de lady Maud, descubrirá que la policía secreta está vigilándola mientras su hermano menor, Walli, sueña con huir a Occidente para convertirse en músico de rock. George Jakes, joven abogado que trabaja con los hermanos Kennedy, es un activista del movimiento por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos que participará en las protestas de los estados del Sur y en la marcha sobre Washington liderada por Martin Luther King. En Rusia las inclinaciones políticas enfrentan a los hermanos Tania y Dimka Dvorkin. Este se convierte en una de las jóvenes promesas del Kremlin mientras su hermana entrará a formar parte de un grupo activista que promueve la insurrección.
- ¿Qué libros tiene actualmente en su mesita de noche?
- Ten Cities That Made an Empire de Tristam Hunt, es una original y crítica mirada hacia la historia del Imperio Británico. También me estoy tomando el placer de releer Las minas del rey Salomón, de H. Rider Haggard, una obra maestra de la ficción de aventura victoriana y algunos cuentos del pomposamente brillante Henry James.
- ¿Quién es su novelista favorito de todos los tiempos?
- Ian Fleming creó el héroe de ficción más querido del siglo XX, James Bond. Fleming también desarrolló un vívido estilo de prosa contemporánea que se adapta perfectamente a su protagonista.
-Y, ¿su novelista preferido hoy en día?
- Stephen King combina una imaginación sin igual con la riqueza verbal dickensiana. He disfrutado de su obra durante 40 años, y cada novela es fresca y cautivadora.
- De los grandes libros que están por llegar, ¿a cuál le tiene más ganas?
- Tengo muchas ganas de Personal de Lee Child. Jack Reacher es el James Bond de hoy en día, un héroe de thriller del que nunca tenemos suficiente. Leo cada uno de ellos en cuanto se publican. Y, dicho sea de paso, el escritor es un tipo muy agradable.
- Trabajó desde joven como periodista. ¿Cómo afectó esa experiencia a su acercamiento a la narración?
- Tengo una prosa simple y directa. Para mí, las palabras deberían de ser como un cristal a través del que se mira, no al que se mira. Son pocos los adornos decorativos. Aprendí ese estilo en los periódicos.
- ¿Cuál es la clave para escribir un buen thriller, para una gran historia de suspense?
- Un thriller siempre trata sobre gente en peligro. La clave está en hacer que el lector comparta y sienta la ansiedad del héroe. En toda ficción popular el objetivo del autor tiene que ser conseguir que el lector sienta las emociones de los personajes. Eso es lo que hace que el lector pase las páginas.
- A la hora de leer, ¿cuál es su género favorito? Y, ¿para escribir?
- Me encanta la ficción victoriana: largas y pausadas historias sobre familias y vecinos, novelas que no tienen miedo de las preguntas morales o políticas. Durante los últimos diez años me he estado divirtiendo mucho escribiendo ficción histórica. Me inspiro en la Historia y creo que los lectores disfrutan de ese sentido del realismo que viene de un fondo bien investigado y detallado.
- ¿Hay algún tipo de libro del que intenta mantenerse al margen como lector? Y, ¿Cómo escritor?
- No puedo con la fantasía caprichosa. Nunca he pasado por un tolkien. Si no hay reglas y puede pasar cualquier cosa, ¿dónde está el suspense? Odio a los elfos.
- Si tuviera que nombrar un libro que haya hecho de usted lo que es hoy en día, ¿cuál sería?
- Fui criado en una estricta familia cristiana y de adolescente empecé a dudar de todo lo que me habían enseñado. En una agonía de conflicto leí Padre e hijo de Edmund Gosse que trata sobre un hombre joven que refleja la religión de su padre. Esta novela me dio la valentía para hacer lo mismo.
- De todos los libros que ha escrito, ¿cuál es su favorito y por qué?
- Estoy muy unido a Los pilares de la tierra porque hubo gente que no quería que lo escribiera. Un editor me dijo que arruinaría mi carrera. De momento ha vendido 23 millones de ejemplares y aún tiene fuerza.
- Decepcionante, sobrevalorado o simplemente flojo, ¿qué libro pensaba que le iba a gustar y no lo ha hecho? ¿Recuerda el último libro que tuvo que dejar sin terminarlo?
- Me da igual El jilguero de Donna Tart. Leer una novela sobre gente consumiendo drogas es como estar en una fiesta en la que todo el mundo está drogado.
- ¿Cuál es el libro que cree que hubiera podido escribir otra persona?
- Ahora que el Comunismo se ha terminado y no estamos obligados a discutir eso nunca más, algunos analizarían el logro de Karl Marx como filósofo. Igual que Freud y Darwin, él cambió la manera en la que todos pensamos, incluso los conservadores.
- ¿Quién le gustaría que escribiera la historia de su vida?
- Sinceramente, mi vida no es interesante. He pasado los últimos 35 años sentado en una mesa escribiendo novelas. Toda la emoción está en las historias que escribo.
- ¿Hay algún libro que no haya leído aún y se sienta avergonzado por ello?
- Estoy familiarizado con la poesía del siglo XX y con el verso de Shakespeare, por supuesto, pero hay una gran biblioteca de poetas de los siglos XVIII y XIX que apenas he leído: Wordsworth, Coleridge, Byron, Shelley, Keats, Tennyson. Espero vivir cien años para poder leerlos a todos.