Antonio Mingote, periodista de pincel
Antonio Mingote (Sitges, Barcelona, 1919) abre las puertas de su casa en Madrid sereno y hospitalario. Temía el desembarco de cámaras, equipos de iluminación, micrófonos... Cuando ve la liviandad de los medios digitales parece respirar con alivio y entonces se suelta. En apenas un par de horas de charla recorre toda su vida: la infancia, cuando iba para músico pero se le cruzó la guerra, el azar que le llevó a trabajar en La Codorniz, su progresiva conquista de espacios nobles en las páginas de ABC, la influencia de autores como Jardiel Poncela, González Ruano, Gómez de la Serna..., sus paseos matutinos por Madrid, desde el Retiro hasta la Plaza de Oriente, el hartazgo de la política actual...
Los años han transcurrido mientras Mingote le daba vueltas en su mesa de trabajo a la viñeta nuestra de cada día. Él sigue ahí, sobre el escritorio, coloreando sus dibujos y señalando con su ingenio crítico las faltas de la sociedad. Pasa el tiempo pero el humorista gráfico más reconocido de nuestro país se mantiene muy activo. Acaba de publicar Qué se vayan, un volumen en el que sus viñetas se combinan con los artículos de Alfonso Ussía para manifestar el cansancio de ambos ante el panorama político actual. "El libro sirve para fijar eso tan fugaz que se llama periodismo y puede ser útil en el futuro, como documento de esta época", explica.
Y, además, esta misma tarde presenta El mundo de Ícaro en el Círculo de Bellas Artes. "Es un libro que he hecho con mi amigo y compañero de la Academia Sánchez Ron, en el que nos ocupamos de todo aquello que hay desde la tierra para arriba. Es decir, empezamos con los pájaros y acabamos con los planetas".