Fernando Sánchez Dragó ha fallecido esta mañana a sus 86 años por un paro cardíaco en su vivienda de Castilfrío de la Sierra, en la provincia de Soria. Dos horas antes de morir publicaba el que fue su último tweet en la aplicación. Era una foto con su gato y escribía: "El gato Nano me da los buenos días. Él sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo".
Este escritor y periodista destacó por sus más de cuarenta obras literarias y, durante los últimos años, ha sido criticado ferozmente a través de las redes sociales por sus comentarios sobre su vida sexual.
La última participación del madrileño en la esfera política fue impulsar a Ramón Tamames en la moción de censura de Vox —sin éxito— contra Pedro Sánchez.
Sánchez Dragó, quien se definía como un anarcoindividualista, nació el 2 de octubre de 1936 durante la guerra civil española en la cuna de una familia integrada en el mundo del periodismo y la política. Fue sobrino-nieto de Modesto Sánchez Ortiz, director de La Vanguardia, y nieto de Gerardo Sánchez Ortiz, uno de los fundadores de la Asociación de la Prensa de Madrid. Hijo de Elena Dragó Carratalá y de Fernando Sánchez Monreal, periodista y miembro del Partido Republicano Conservador de Miguel Maura, que fue asesinado durante la guerra civil por un grupo de falangistas.
La vida de Sánchez Dragó: literatura y periodismo
Con tan solo cinco años fundó, dirigió y redactó su periódico autógrafo: La Nueva España. Años más tarde se licenció en Filología Románica y Lenguas Modernas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense.
Su activismo político contrario al régimen franquista, su participación en varias revueltas antifranquistas y su papel en el Partido Comunista le costaron 17 meses de prisión, otros ocho de arresto domiciliario y siete años de exilio, aunque escapó y regresó a España en 1970.
Además de su estrecha relación con la política, Dragó destacó en el mundo de la literatura gracias a su obra Gárgoris y Habidis. Una Historia mágica de España de 1978, que lo lanzó al estrellato y por la cual recibió el Premio Nacional de Literatura el año siguiente.
Otros libros destacables fueron El camino del corazón, La prueba del Laberinto, Historia Mágica del Camino de Santiago, Muertes paralelas y Soseki: Inmortal y Tigre —narra las aventuras de un gato con el que convivió durante varios años—. Los temas principales que englobaban sus obras se centraron en la política, en la historia de España, en sus vivencias y en sus relaciones amorosas.
Su carrera también continuó en la televisión y en la prensa. Trabajó en RTVE como presentador de varios programas culturales como Encuentros con las letras y El mundo por montera —con el que ganó un Premio Ondas— y también en Telemadrid. Participó en varias emisoras radiofónicas como Onda Cero y COPE; dirigió el suplemento cultural "Disidencias" del Diario 16 —del que Pedro J. Ramírez fue director— y colaboró en EL ESPAÑOL.
Amores y polémicas de Dragó
Su vida amorosa también estuvo en el foco mediático y generó una gran polémica a su alrededor. Tuvo tres mujeres, cuatro hijos y una novia 57 años menor que él.
En 1958 se casó por primera vez con Elvira Salama mientras estaba en prisión. Con ella tuvo su primer hijo, Alejandro. Ese matrimonio no cuajó. Se volvió a casar con Caterina Barilli, con quien tuvo a Ayanta Barilli, actriz, escritora, periodista y finalista del Premio Planeta en 2018.
Fruto de un romance con la francesa Martine Sáinz Pee, nació el tercer hijo de Dragó, Aixa. Su último matrimonio fue con Naoko, joven alumna de Dragó mientras impartía clases de Literatura en Kioto. De ahí nació su último hijo, Akela, cuando el periodista ya tenía 75 años. Esta relación tampoco funcionó. La última pareja de Dragó fue Emma Nogueiro, quien era 57 años menor que él.
La diferencia de edad entre Dragó y sus parejas siempre rechinaba dentro de la esfera pública. Tanto es así que a raíz de su libro Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción... surgió la gran ola de críticas: le acusaron de mantener relaciones sexuales con dos niñas de 13 años.
En este libro, el escritor narraba la siguiente historia: "En Tokio, un día me topé con unas lolitas, pero no eran unas lolitas cualesquiera, sino de esas que se visten como zorritas, con los labios pintados, carmín, rímel, tacones, minifalda... Tendrían unos 13 años. Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba".
Recientemente protagonizó otro debate en referencia a la gestación subrogada de Ana Obregón. Apuntó en Twitter: "Mi hijo tiene diez años y yo ochenta y seis", y añadió que su concepción fue "a pelo, sin más, como toda la vida, como se ha hecho siempre".