El escritor y periodista Fernando Sánchez Dragó ha muerto a los 86 años de un paro cardíaco en su residencia de Castilfrío de la Sierra, en la provincia de Soria, según han confirmado fuentes familiares a EL ESPAÑOL. Autor de más de cuatro decenas de libros, la mayoría novelas y ensayos, Sánchez Dragó, un hombre que vivió libre, desafiando todos los límites, presentó y dirigió también numerosos programas de televisión, muchos de ellos relacionados con la cultura.
Nacido en Madrid, en 1936, e hijo adoptivo de Soria desde 1992, Dragó ha sido una de las figuras más conocidas -y polémicas- de la prensa y las letras españolas de las últimas décadas, y del mundo intelectual de la Transición. A los cinco años fundó, dirigió y redactó un periódico autógrafo: La Nueva España. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense (secciones de Románicas y de Italiano) e intervino asidua y vehementemente en las algaradas antifranquistas de finales de los cincuenta y comienzos de los sesenta, lo que le valió cinco procesos, diciesiete meses de cárcel y siete años de exilio. En su última etapa se definía a sí mismo como un anarcoindividualista.
Como escritor, Dragó ha publicado Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España, obra que le valió el Premio Nacional de Literatura en 1979 y que indaga en nuestros mitos y la influencia de estos en el imaginario español; o La prueba del laberinto (Premio Planeta 1992). En su obra también destacan La España mágica, Finisterre (sobre viajes, travesías, naufragios y navegaciones), Del priscilianismo al liberalismo. Doble salto sin red, Toros y tauromagia, la serie La Dragontea (Diario de un guerrero, En el alambre de Shiva, El camino hacia Ítaca), Discurso numantino (Segunda y última salida de los ingeniosos hidalgos Gárgoris y Habidis), Diccionario de la España mágica o las novelas Eldorado, Las fuentes del Nilo, El camino del corazón, Muertes paralelas (Premio de Novela Fernando Lara 2006) y Soseki, inmortal y tigre.
Uno de sus últimos libros fue Galgo corredor, un nuevo volumen de sus memorias publicado por Planeta donde relataba sus "años guerreros", su etapa universitaria en la facultad de Derecho y en la de Filosofía y Letras mientras vivía todo lo rápido posible para ser escritor y se burlaba a Franco por diversión, por transgresión, por su narrativa implacable que sólo sabe ir a la contra. "Eran años felices porque no había el control de ahora, donde todo está legislado y somos espiados continuamente", resumía el escritor en una entrevista con este periódico en referencia a la vida bajo el franquismo.
Viajero y periodista
Los primeros en asistir a Sánchez Dragó tras sufrir el infarto han sido sus propios vecinos de la localidad soriana de Castilfrío de la Sierra, entre ellos una enfermera, que han intentando reanimarlo hasta que han llegado los servicios de emergencias. Los servicios de Emergencia del 112 de Castilla y León ha explicado a la Agencia Efe que han recibido un aviso a las 9:57 horas y hasta el lugar se han desplazado una ambulancia y un helicóptero.
Momentos antes de sufrir el infarto, el escritor había colgado un mensaje en su cuenta de Twitter en la que se le veía con su gato en la cabeza y en el que aseguraba: "El gato Nano me da los buenos días. Él sabe que en la cabeza está el secreto de casi todo". Dragó se encontraba con su pareja actual, Emma Nogueiro. Su única hija es la también escritora Ayanta Barilli.
Su incursión en la política llegó 1993, cuando pidió el voto para el Partido Popular de José María Aznar, protagonizando un giro ideológico en su pensamiento. En los últimos tiempos se ha posicionado al lado de Vox, asegurando que estaba de acuerdo con "el 90%" de su programa político. Este año fue él quien propuso a Santiago Abascal -a quien dedicó un libro en 2019 lleno de loas- la candidatura de Ramón Tamames en la moción de censura contra Pedro Sánchez. De hecho, su última imagen pública data del pasado 21 de marzo durante el debate de la moción en el Congreso de los Diputados.
Viajero infatigable, Dragó, recorrió a pecho descubierto setenta y cuatro países y ha sido profesor de Historia, Literatura y Lengua Española en trece universidades de España, Italia, Japón, Senegal, Marruecos, Jordania, Kenya y Estados Unidos.
Como periodista a la intemperie -Dragó era hijo de un periodista republicano asesinado por los fascistas al estallar la Guerra Civil, cuyo cuerpo nunca logró encontrar- ha sido enviado especial en muchos países de Asia, África y América, y ha trabajado en la Radiotelevisión Italiana, en la Japanese Broadcasting Corporation (NHK), en las publicaciones del Grupo 16, donde fundó el suplemento de libros Disidencias, en la SER, en Radiocadena y en Televisión Española (cabe recordar, entre otros, los programas Encuentros con las Letras, Tauromaquia, Biblioteca Nacional, El mundo por montera, La Tabla Redonda).
Entre otros muchos reconocimientos, Dragó ha ganado el Premio Ondas con El mundo por montera y el Premio Nacional de Fomento de la Lectura con Negro sobre blanco. También estuvo al frente del informativo nocturno de Telemadrid durante un tiempo, dirigió Las Noches Blancas y fue columnista, reportero y firma habitual en medios como El Mundo, Época, Onda Cero o la COPE. También colaboró con EL ESPAÑOL.
[Sánchez Dragó: la historia secreta del colosal 'Gárgoris y Habidis']
Dragó ha sido una figura rodeada siempre por la polémica. Le han acusado de mantener encuentros sexuales con menores -en su libro Dios los cría... y ellos hablan de sexo, drogas, España, corrupción... (Planeta), el propio autor aseguró haber tenido relaciones sexuales con dos "lolitas" de 13 años "que visten como zorritas" en Tokio-, de homófobo y de racista. "Que me digan machista es como que me digan facha, no me lo tomo muy en serio. Me he pasado la vida diciendo que quiero ser mujer", se defendía en fechas recientes. También se ha definido como "pionero en la defensa de los homosexuales" y que cómo va a ser racista si tiene "un hijo medio japonés". Sánchez Dragó, un personaje donde cupo todo.