Proyecto Homero. Foto: Paul Rodríguez
La Joven Compañía cada vez se pone listones más altos. A partir del martes, 5, estrenan en el Teatro Conde Duque su Proyecto Homero, que incluye La Ilíada, en versión de Guillem Clua, y La Odisea, adaptada por Alberto Conejero. La empresa, tan difícil como ambiciosa, estará dirigida por José Luis Arellano, del que se recuerda en este mismo escenario un atrevido Fuente Ovejuna filtrado por la siempre sugerente mirada de Juan Mayorga. Uno de los aspectos centrales que han marcado La Ilíada de Clua es la guerra. Desde La piel en llamas hasta Invasión (escrita para la Joven Compañía), pasando por El sabor de las cenizas o Marburg, la guerra ha estado presente en sus creaciones. "Todo este tiempo me he dado cuenta de que escribir sobre la guerra consiste en rellenar los espacios que la destrucción ha dejado tras de sí. Es una lucha contra el vacío".Conejero, sin embargo, busca en La Odisea nuevos enfoques de la memoria, la identidad y la melancolía, abordadas en La piedra oscura, Cliff/Acantilado y Todas las noches de un día, respectivamente. "La Odisea -explica- es una celebración de la aventura de estar vivo, un canto al fulgor de nuestro camino, una invitación a descubrir y descubrirnos. Homero parece decirnos que si enfrentamos nuestros fantasmas, los del pasado y los del futuro, viviremos plenos el presente, el único lugar donde estamos vivos".
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