La sublevación de Fuente Ovejuna según La Joven Compañía. Foto: Javier Naval
David Peralto, director artístico de la Joven Compañía, propuso a Juan Mayorga realizar una versión de Fuente Ovejuna para ser interpretada y vista por un elenco y un público muy joven. El autor de La lengua en pedazos se puso manos a la obra partiendo de una adaptación que hace años realizó para el TNC catalán. "Ésta es sustancialmente distinta porque la he hecho pensando en un proyecto tan valioso como el de la Joven Compañía", señala a El Cultural mientras prepara su viaje a Avilés para asistir al estreno de Reikiavik.El texto de Lope de Vega, que llegará al Teatro Conde Duque el próximo 9 de abril sustituyendo en su programación a Hey Boy Hey Girl, es la sexta producción de la compañía madrileña desde noviembre de 2013. Dirigida por José Luis Arellano, con escenografía de Silvia de Marta, en la obra nos encontramos cara a cara con el abuso de poder, la injusticia y a un pueblo que se une contra un opresor. "Tanto Arellano como yo -explica Mayorga- coincidimos en la importancia que tiene el vértigo de ‘cambio de mundo' en el que todos los personajes parecen vivir. En cierto momento, el Comendador dice a su criado Flores: ‘El mundo se acaba'. Desde luego, se acaba su mundo, en el que los hombres como él eran señores. Pero el pueblo que lo ha derribado no será una comunidad de hombres libres, en realidad sólo cambiará de amos".
Fuente Ovejuna tiene un contexto histórico pero también una lectura universal asimilable en cualquier tiempo, lugar y circunstancia. "Creo que su melancólico final, en el que la gente de Fuente Ovejuna se entrega a los Reyes Católicos -responsables, por cierto, de la tortura a la que ha sido sometida toda la población de la villa- tiene mucho que ver con procesos contemporáneos", sentencia apasionado un Mayorga que también hizo la versión de La dama boba, "otro clásico en el que Lope vuelve a mostrarse como un visionario".
Con sólo diez actores sobre el escenario, Arellano ha planteado una puesta en escena compleja. "Ha habido que inventarse -reconoce el director a El Cultural- una forma de narrar con diez actores lo que se narra con muchos más. Es verdad que cuando cuentas la esencia de las cosas puedes despojar el hecho teatral de personajes y situaciones válidas para la época pero no para hoy. En cualquier caso, la modernidad viene dada por la mirada. No le contamos Fuente Ovejuna a una audiencia del Siglo de Oro sino a un público del XXI con problemáticas similares pero distintas al mismo tiempo".