"Realmente no sé lo que voy a bailar en 'La Catedral'", dice Juan Manuel Fernández Montoya, Farruquito, ante su inminente participación en el Festival Internacional del Cante de las Minas, en La Unión, Murcia, un evento que cumple 59 años y que se celebra desde el próximo miércoles al 10 de agosto. El restaurado Mercado Público de esa localidad, un imponente edificio modernista de hierro, cristal y piedra, llamado Catedral del Cante, sirve como sede para las representaciones, por cuyo escenario han pasado numerosas figuras del cante, el baile y la guitarra.
La propuesta de Farruquito se llama Improvisao, un espacio abierto, de libertad y sin planteamiento previo. "Todo empezó cuando estaba ensayando un montaje nuevo y, de pronto, me sentí encorsetado, las ideas no surgían con fluidez y me veía limitado ante unas estructuras que me ataban. Entonces, decidí dejarlo aparcado y empecé a improvisar. De ahí surgió este espectáculo. La única exigencia que requiere es respetar el orden del programa, pero en la mayor parte de las ocasiones no le hago caso y a última hora lo cambio, dependiendo de la necesidad de bailar el taranto en vez de la seguiriya, o las alegrías en vez de la soleá. Lo que intentamos es entregarnos ahí arriba y disfrutar de un ceremonial no sujeto a guiones establecidos, porque cuando nosotros disfrutamos, el público también lo hace, participando y sintiéndose identificado con nuestro baile y nuestras músicas".
Este año, el anuncio del Festival Internacional del Cante de las Minas lo representa El vito, una estampa de Goya perteneciente a la serie Litografías de Burdeos. Algo que hay que tener en cuenta, ya que desde el primer momento se ha cuidado la imagen a través de espléndidos carteles que después integran la colección del Museo del Festival: Ramón Gaya, Chillida, Canogar, Tàpies, Saura, Barceló, Pérez-Villalta, Gordillo o Arroyo, entre otros, han firmado unos ejemplares, con el flamenco minero como referencia e inspiración, que constituyen una muestra de calidad para este añejo y siempre renovado acontecimiento. Además del de Farruquito, el festival presenta también el baile de la joven granadina Alba Heredia y los conciertos de Pasión Vega, que tendrá como invitado al guitarrista jerezano Diego del Morao, José Mercé, los veteranos El Cabrero y El Pele, Jeromo Segura, Pedro el Granaíno, y el joven Samuel Serrano. Y por supuesto el concurso, con la Lámpara Minera, el Bordón Minero, el Trofeo Desplante y el Premio Filón, para cante, guitarra, baile y otros instrumentos, que constituyen los galardones más prestigiosos y mejor dotados de todo el ámbito flamenco.
Cante desde los balcones
La otra sugerencia para agosto es Flamenco on Fire, el festival que se celebra en Pamplona del 20 al 25 y que cumple su sexta edición, presentándose como uno de los grandes proyectos que ya se van consolidando y adquiriendo personalidad propia. Con un diseño en el que prima la diversidad, facilita la presencia de otras modalidades donde el flamenco sirve de inspiración. Una de las características de Flamenco on Fire es su apertura a la calle, haciéndose cada vez más cercano y transformándose en un acto participativo. Destacan las actividades gratuitas y al aire libre, como el exitoso programa Flamenco en los balcones, con tres enclaves representativos de la ciudad: Plaza del Ayuntamiento, Calle de la Mañueca y Plaza del Castillo, desde cuyos ventanales principales sonarán las voces y las guitarras de Pepe Habichuela, María Terremoto, David Lagos, Tomás de Perrate, Tomatito…
A todo esto, y como ofertas abiertas al público, hay que sumar el homenaje en el 500 aniversario de su fundición a la campana Gabriela, de la Catedral Santa María la Real, un verdadero símbolo para Pamplona, cuyos tañidos servirán de acompañamiento a los martinetes interpretados por Rancapino Chico y David de Jacoba, que se oirán por toda la ciudad a través de un amplio sistema de megafonía; el flash mob en la Plaza del Ayuntamiento y las sesiones de Jam Flamenca y el capítulo Generaciones, mitos y promesas, que tendrán lugar el los populares jardines de El Bosquecillo, con nombres tan destacados como los de Rancapino padre, Curro Albaicín y Ezequiel Benítez.
"Aporto mi espíritu flamenco y Drexler los giros y el sabor americano. Formamos un puente". Rocío Márquez
En el auditorio del Hotel 3 Reyes se programa Ciclo nocturno y en el escenario principal del Palacio de Congresos Baluarte, Grandes conciertos: Sara Baras con Sombras, Ketama con No estamos locos, José Mercé y Tomatito con De verdad, Rocío Molina con Caída del cielo e Israel Galván con FLA.CO.MEN. Rocío Márquez, que presenta junto a Jorge Drexler Aquellos puentes sutiles, se ha convertido en una especialista de los cantes de ida y vuelta entre América y nuestro país, aquellos que la presencia española estuvo forjando al otro lado del Atlántico y después llegaron a la península con nombres tan sugerentes como vidalitas, rumbas, guajiras o milongas, ya trasladados a la expresión flamenca.
Ahora, la aparición en su vida artística del cantautor uruguayo, un folclorista versado en sones autóctonos de ese continente, le ha brindado la oportunidad de descubrir una nueva visión de esos estilos. "Se trata de un encuentro, pero también de un intercambio. Yo aporto mi espíritu flamenco y él los giros y el sabor americano, ya que conoce a la perfección esos códigos. El objetivo es establecer puentes para la confluencia de dos músicas que, desde una perspectiva actual, se armonizan y se reconocen".