José Mercé. Foto: Fundación Cruzcampo
"Es una pena muy grande que a los flamencos nos cueste tanto trabajo dar conciertos en nuestro país". Así de claro lo ha dicho este miércoles José Mercé en Madrid durante la presentación a los medios de la XXXI edición del premio Compás del Cante, promovido por la Fundación Cruzcampo y considerado por buena parte de la profesión, de la afición y de la crítica como el Nobel del flamenco. El cantaor jerezano obtuvo el premio el año pasado ("demasiado tarde me lo habéis dado", bromea) y este año formará parte del jurado que designará al nuevo ganador a finales del próximo mes de julio.Precisamente el objetivo de este galardón, además de reconocer cada año a una figura destacada del cante, del baile o del toque, es fomentar la difusión y el aprecio del flamenco en toda España. Por eso la presentación del premio se ha hecho por primera vez en la capital y quizá (aún no es seguro) se entregue también por primera vez en Madrid, después de 30 años celebrándose en Sevilla y en otras ciudades andaluzas.
Mercé ha recordado la importancia que Madrid tiene para el flamenco, aunque apenas comparable con el "perfume" flamenco que tenía la ciudad cuando él llegó por primera vez en 1969, cuando tenía tan solo 13 años, para grabar su primer disco. "Tuve la gran suerte de que aquí estaban todos los más grandes del flamenco, en todos los tablaos. Madrid era una feria, todo el mundo trabajaba, todo el mundo podía gastar. Ibas andando por Gran Vía y Alcalá y todos los establecimientos estaban abiertos toda la noche. Aprendí de escuchar a los más grandes, de tener vivencias. Antes convivíamos unos con otros. Hoy no existe eso. Aquella época fue la mejor de mi vida".
El autor de Aire (2000), uno de los discos flamencos más vendidos hasta la fecha, también lamenta que hoy los cantaores se parecen mucho entre sí. "Antes escuchabas a esos artistas con esa personalidad tan grande y decías 'es fulanito'. Hoy escuchas a alguien y no sabes quién es, hay poca personalidad en el cante".
Una cosa no quita la otra: a Mercé le gusta estar cerca de las nuevas generaciones. "Siempre me rodeo jóvenes en mis espectáculos porque aprendo mucho de ellos", asegura. De hecho, en septiembre inicia una gira con orquesta sinfónica para la cual ha seleccionado a varios estudiantes de conservatorio mediante una convocatoria de becas financiada también por la Fundación Cruzcampo. "Es increíble el empuje de estos chavales. Se nota las ganas que tienen de hacer cosas, les pides que repitan algo y lo hacen 40 veces si hace falta sin perder la sonrisa", comenta entusiasmado por este nuevo proyecto.
Por otra parte, Mercé también ha dado rienda suelta a su rabia por la falta de apoyo oficial al flamenco: "Luchemos todos por el flamenco, que es una cultura muy hermosa, y no le demos tanta importancia a lo que viene de fuera solo porque venga de fuera. Es vergonzoso que la televisión pública no tenga un espacio para el flamenco, cuando debería tener como mínimo una hora de flamenco al día. A los ayuntamientos parece que no les cuesta trabajo pagar el grupo que sea, pero al flamenco cuesta mucho darle su caché, y no entiendo por qué es así. Yo seguiré luchando por el flamenco el tiempo que me quede y me gustaría que de una vez por todas en España fuera considerado un arte de primera división y desgraciadamente no es así".
El cantaor pone un ejemplo de la falta de rigor que se dispensa al flamenco y que responde en definitiva a una falta de aprecio: "En los libros de texto de Andalucía he llegado a ver una página sobre el flamenco con fotos de mi compadre Alejandro [Sanz], de Malú y de Bisbal, como si lo que ellos hacen fuera flamenco". Lo dice con todo el respeto hacia estos artistas, y no en vano el año pasado lanzó Doy la cara, un disco de duetos con figuras destacadas del pop como Joaquín Sabina, Pablo Alborán, Andrés Calamaro o el citado Alejandro Sanz.
Los retos del flamenco
Uno de los retos que el flamenco tuvo pendiente durante mucho tiempo fue entrar en la universidad. En parte se consiguió gracias a la labor de personas como Rafael Infante, director de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Sevilla y miembro del jurado del premio. No obstante, "llegar a los jóvenes sigue siendo uno de los mayores retos del flamenco", asegura la directora de la Fundación Cruzcampo, María Ángeles Rodríguez Trujillo. Por eso este año el premio incorpora una nueva categoría para impulsar a los jóvenes artistas menores de 30 años.@FDQuijano