Una nueva visita de la histórica Sinfónica de Londres tiene a la afición de las ciudades de Madrid (24 y 25), Barcelona (26), Zaragoza (27) y Alicante (28) alborozada. No es para menos. El conjunto inglés, creado en 1904, es uno de los más equilibrados, flexibles, musicales y empastados del continente. Ha sido dirigido por los más grandes maestros.
Antonio Pappano (1959) es su titular actual tras sustituir a Simon Rattle. Maestro de ascendencia italiana, al frente también de la Orquesta de Santa Cecilia de Roma, es dueño de un amplio currículo que lo ha llevado de aquí para allá.
Una de sus primeras actuaciones en España, sino la primera, la ofreció en el Real en 1997 para brindarnos, al frente de la Real Ópera de la Moneda de Bruselas, un impresionante Peter Grimes de Britten. En aquella ocasión pudimos ya comprobar la eficacia de su mando.
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Su gesto claro y diáfano estará en la base de las apetitosas composiciones que se van a situar en los atriles en esta visita a España: Divertimento de Bartók, 7ª de Beethoven, Totentanz de Liszt y Así habló Zaratustra de Strauss. Junto a ellas, un estreno: O flower of fire de la inglesa Hannah Kendall (Londres, 1984), poseedora de un lenguaje panabarcador, colorista, contrastado, que no renuncia a las fórmulas tradicionales. Aplausos para la iniciativa.
Como solista de la obra, posiblemente no conocida entre nosotros, Mil y una noches en el harén, del pianista y compositor Fazil Say, escucharemos a la violinista Patricia Kopatchinskaja, uno de los fenómenos de hoy. La obra, que adquiere distintos aspectos, se interpretará en su forma concertante. Música obsesiva, de rasgos orientalizantes y amplio lucimiento. En la Totentanz de Liszt se lucirá otra joven instrumentista, la pianista Alice Sara Ott