La gala de los Grammy 2023 ha supuesto la consagración de Harry Styles como nuevo Rey del Pop. Lo ha hecho gracias a un disco fantástico, Harry’s House, que ha sido considerado por la Academia de la Grabación de Estados Unidos merecedor del premio a mejor álbum del año pasado (el más importante de sus 91 categorías), así como el mejor álbum de pop vocal. Ambos títulos son merecidos: el tercer disco de Styles es un puñado de canciones con los mejores ingredientes del género: melodías bonitas, una buena voz, letras de amor y desamor, ritmos mayoritariamente bailables y una producción sobresaliente.
La revista Rolling Stone ya le adjudicó a Styles el título de Rey del Pop el verano pasado, algo que enfadó al sobrino de Michael Jackson, que dijo que su tío era el único que podía ostentar ese título y que después de su muerte debía quedar desierto para siempre. Que se inventaran un nuevo título para Styles, decía, al que no obstante consideraba un artista “megatalentoso”.
Disputas aparte, Styles tiene todos los atributos necesarios para ser el nuevo Rey del Pop. Un gran talento musical, por supuesto, pero además otros que siempre han sido necesarios para llegar a la cima de la industria musical: juventud, carisma y buena imagen. Styles va sobrado de todo lo anterior, y de hecho tiene contratos millonarios con marcas de moda como Gucci, así como su propia marca de belleza, Pleasing, con la que contribuye a derribar estereotipos de género sobre la belleza masculina.
El cantante británico llegó a la gala de los Grammy con un atrevido mono de tirantes con rombos de colores y se enfundó después en un traje plateado de flecos y lentejuelas para interpretar “As It Was”, la mejor canción de su disco y también la más escuchada de 2022 en la plataforma Spotify en todo el mundo. Un tema melancólico y enérgico a partes iguales, con aires del synthpop de los ochenta, que recuerda ligeramente al famoso “Take On Me” de A-ha.
“Mierda”, dijo el cantante resoplando y visiblemente sorprendido al recoger el premio al mejor álbum del año, el galardón más importante de los Grammy. Competía nada menos que con Beyoncé (que hizo historia al convertirse en la artista con más premios Grammy hasta la fecha), ABBA, Adele, Bad Bunny, Coldplay, Mary J. Blige, Brandi Carlile, Kendrick Lamar y Lizzo. "Me he sentido muy inspirado por todos el resto de artistas nominados conmigo en esta categoría", dijo Styles, y acabó su discurso dando las gracias "porque cosas así no le suceden a tipos como yo muy a menudo".
El cantante británico ha tardado poco más de una década en llegar al trono del pop, y se lo debe en gran parte a Simon Cowell, el ejecutivo discográfico conocido por ser el fundador (y juez más exigente) de concursos de talentos como Factor X y Got Talent. Styles participó en la versión británica de Factor X y, tras ser eliminado, volvió como parte del grupo One Direction, que fue impulsado por Cowell y se convirtió en una de las boybands más exitosas de la historia del pop, desatando un enorme fenómeno fan global similar al de Backstreet Boys o Spice Girls en los noventa.
Además de tener una legión mundial de seguidores capaces de dormir al raso para conseguir los mejores sitios en sus conciertos, entre sus logros destaca ser la única banda que ha conseguido debutar en el número uno de la lista Billboard con sus cuatro primeros álbumes.
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Tras el descanso indefinido de la banda, Styles emprendió su carrera en solitario, pasando poco a poco de ser un ídolo adolescente a un cantante y compositor maduro con un estilo propio. En 2017 lanzó su primer álbum, el homónimo Harry Styles, con el mismo grado de éxito que sus trabajos en grupo: debutó en el número uno tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos y fue uno de los diez discos más vendidos de aquel año.
Su segundo álbum, Fine Line, consolidó en 2019 su carrera como solista mejorando incluso los logros del anterior: debutó en la cima de la lista Billboard con las mayores ventas que ha tenido un músico británico durante su primera semana en toda la historia. Además, fue el álbum más reciente incluido en la edición de 2020 de la famosa lista de los 500 mejores discos de la historia que elabora la revista Rolling Stone.
Aquel trabajo contenía la que hasta hoy es la canción más escuchada de Styles en Spotify, “Watermelon Sugar”, con la friolera de 2.100 millones de reproducciones: es decir, la canción se ha escuchado, solo en esta plataforma, aproximadamente una vez por cada cuatro habitantes del planeta. Pronto será superada por “As It Was”, que hasta el momento acumula 1.886 millones de escuchas.
Además de su faceta musical, Styles inició en 2017 una incipiente carrera como actor, apareciendo en Dunkerque, la superproducción bélica escrita y dirigida por Christopher Nolan que recrea la Operación Dinamo, que tenía como objetivo evacuar a 400.000 soldados aliados de las playas de Francia, invadida por el ejército nazi.
En 2022 se estrenó el thriller psicológico Don’t Worry Darling (No te preocupes, querida), que protagonizó junto a Florence Pugh y estuvo rodeada de polémica por las desavenencias entre algunos miembros del elenco y la directora de la película, Olivia Wilde, con la que Styles inició una relación de pareja que concluyó de manera amistosa en noviembre del año pasado.
Quién es quién detrás de 'Harry's House'
El éxito de Harry's House no es, evidentemente, cosa de un solo hombre. Detrás se encuentran los productores Tyler Johnson, Kid Harpoon y Sammy Witte. Johnson ha trabajado en discos de artistas como Taylor Swift, Ed Sheeran, Miley Cyrus, Sam Smith y John Legend, entre otros. Como productor y coautor, ha acompañado a Harry Styles desde su disco de debut en solitario.
Por su parte, Kid Harpoon es un cantautor y productor que, además de actuar y grabar discos con su nombre, ha compuesto canciones para Florence + the Machine y Calvin Harris. Además, ha coproducido la última canción de Miley Cyrus, Flowers, lanzada con gran éxito hace menos de un mes.
Sammy Witte ha producido y compuesto para bandas y solistas como The Vaccines, SZA, Lykke Li o Kevin Garrett, además de haber participado en la producción de la banda sonora de No te preocupes, querida, la película protagonizada por Styles.
A estos tres productores hay que sumar los nombres de varios ingenieros de sonido. Entre ellos, el veterano y multipremiado Mark Spike Stent, que ha trabajado con artistas de la talla de Paul McCartney, Madonna, Beyoncé, Lady Gaga, Björk, Massive Attack, Moby, Muse, Coldplay y un larguísimo etcétera. También han participado los ingenieros Jeremy Hatcher (Lizzo, Miley Cyrus, Florence + The Machine, Maggie Rogers, Shawn Mendes, Camila Cabello), Oli Jacobs (The 1975, Charli XCX, Diplo) y Nick Lobel (Sam Smith, Meghan Trainor).
En la composición de las canciones, Harry Styles ha contado con la colaboración de Amy Allen, que ha escrito canciones para artistas como Rosé, Halsey, Shawn Mendes, Selena Gomez y Camila Cabello, y estaba nominada en esta edición al Grammy a mejor compositor por sus trabajos para Harry Styles, King Princess, Alexander 23, Lizzo y Charli XCX. También han contribuido como compositores Tobias Jesso Jr., que ha escrito canciones para Adele; y Mitch Rowland, que es el guitarrista solista en los conciertos de Harry Styles.
La masterización, el proceso que da el acabado final a la mezcla del disco, ajusta su ecualización y consigue maximizar su volumen, corrió a cargo de Randy Merrill, uno de los profesionales más reputados de la industria, con una larga hoja de servicios para artistas como Paul McCaryney, Lady Gaga, Katy Perry, Adele, Beck, Liam Gallagher, Taylor Swift o Muse.
Conciertos en España
Harry Styles continúa con su gira internacional. En las próximas semanas actuará en varias ciudades de Australia, antes de poner rumbo a Tailandia, Filipinas, Singapur, Japón y Corea del Sur. En mayo comenzará un nuevo periplo europeo, con paradas en Dinamarca, Alemania, Reino Unido, Francia, Países Bajos, Irlanda, Bélgica, Polonia, Austria, Portugal, Italia y España. En nuestro país actuará el 12 de julio en Barcelona y el día 14 en Madrid.
En toda su gira europea Haryy Styles tendrá como teloneros a la banda británica de indie rock Wet Leg, que también han sido premiados en esta edición de los Grammy. Con aspecto de recién salidos de una secta celta o una comuna hippie del 68, subieron al escenario de la pregala para recoger los premios a mejor álbum de música alternativa por su disco homónimo y mejor interpretación de música alternativa por su canción "Chaise Longe".