25 años sin Bob Marley
Bob Marley
Hoy hace 25 años que Jamaica se quedaba sin Bob Marley. Sólo la muerte de Elvis Presley había conmocionado de ese modo el mundo de la música popular. Hace 25 años, el reino del reggae lloraba por un genio que sintetizó sin fisuras la espiritualidad religiosa, el rock norteamericano y la música tradicional de su país. Temas como "No woman, no cray" o "I shot the sheriff" perforaron el inconsciente colectivo y crearon nuevas rutas para el rock. Eric Clapton, Paul McCartney, Willie Nelson o Sting, entre otros muchos, continuaron su legado desde todos los puntos cardinales de la música. Un día como hoy se convertía en mito Robert Nesta Marley.
Los altavoces escupían a todo volumen, una y otra vez, las notas de "No Woman, No Cry". Justo como Marley hubiera querido. "Emancipaos de la esclavitud mental/sólo nosotros podemos liberar nuestras mentes", había cantado en "Redemption song".
Sólo la muerte de Elvis Presley, otro rey, había provocado tanta desolación y tantos lamentos en el mundo de la música popular. Y es que Bob Marley era mucho más que el rey del reggae: no solo dedicó su vida a hacer de ese minúsculo género tropical una música universal, si no que lo convirtió en la banda sonora de la revolución social que bullía en su cabeza. Marley se sabía dueño de un arma arrojadiza de incalculable valor, la música, y quería utilizarla para luchar contra la injusticia, la miseria, el racismo, el desencanto. "Si tu eres un árbol grande/nosotros somos el hacha pequeña/afilada para derribarte" ("Small Axe").
Líder de los rastafari
Marley se convirtió en líder de los rastafaris, el grupo de seguidores de una religión callejera jamaicana que surgió a partir de una lectura muy personal de las doctrinas de Marcus Garvey. Resultaban inconfundibles porque jamás se cortaban el pelo, no comían carne de cerdo, fumaban enormes trompetas de marihuana y pensaban que el rey de Etiopía era la única persona ante la que debían rendir cuentas. Adoraban a Haile Salassie, creían en el regreso de Dios a la tierra para liberar a los sometidos y soñaban con la vuelta a áfrica, con la peregrinación a una Etiopía emancipada y libre. El reggae ponía voz a las ideas rastafaris: "Prefiero la tumba a vivir como un esclavo/tan cierto como que hoy el sol brilla/que voy a tener lo que me pertenece" ("The Harder They Come", Jimmy Cliff). Marley supo ver en las caras de los oprimidos de Jamaica la marginación de todo un planeta, y comprendió que tenía una gran responsabilidad: "Se entretiene a la gente que está satisfecha. A la gente que tiene hambre o miedo no se la puede entretener".
El profeta se llamaba Robert Nesta Marley, y nació hijo de labradores en St. Ann (Jamaica) el 6 de febrero de 1945. Creció en un ambiente de temor religioso, entre imágenes y amuletos. En su cabeza se acumulaban los himnos de misa, el sonido de las emisoras de rock norteamericanas y la música tradicional de su país, con ritmos tan excitantes y primitivos como el mento, el jonkanoo o los posteriores ska, dub, ragga o rock steady. Las enciclopedias dicen que el año en que nació Marley la isla de Jamaica inició el proceso de adopción, y de adaptación, de las músicas populares norteamericanas (swing, bebop, soul, rhythm and blues.). Uno de los procesos de fusión más excitantes en la historia de la música. Para comprender las raíces de Marley, hay un disco-libro fundamental: The Story of Jamaican Music, con 95 canciones que recorren cinco décadas de músicas libres.
Mientras realizaba sus primeros trabajos como soldador Bob Marley conoció a Desmond Dekker, otra futura leyenda del reggae, con quien se introdujo en el mercado discográfico. Juntos entraron por primera vez en un estudio de grabación, registraron algunas canciones y editaron sencillos que pasaron desapercibidos y hoy son buscados por coleccionistas.
El rasta fumador de ganja
Marley siempre eligió bien a sus compañeros de viaje: en 1963 formó un grupo vocal de ska, los Wailing Wailers, con Peter Tosh y Bunny Livingstone. Cantaban al sexo y a la marginalidad, componían pequeños himnos rebeldes juveniles y deseaban con todas sus fuerzas salir de la isla y ofrecer su música al mundo. Marley viajó de manera illegal a Estados Unidos, se empapó con el rock de finales de los sesenta, y regresó a Jamaica dispuesto a conseguir un sonido internacional.
En los setenta los Wailers ya eran una banda sólida e independiente, con una poderosa sección rítmica y sello discográfico propio. Vivían en los mismos guetos de Kingston, pero su sonido y su filosofía estaban muy definidos. Sólo necesitaban ser descubiertos, honor que correspondió a Chris Backwell, creador de la discográfica Island. Backwell pulió a la bestia, limo sus asperezas, realizó una gran campaña de promoción y puso en las tiendas de discos de todo el planeta álbumes tan sorprendentes como Catch a Fire o Burnin.
Marley y sus Wailers desembarcaron en Europa por la puerta de atrás. Su música era tremendamente energética, pero su aspecto y sus costumbres seguían siendo rastas: llegaron al extremo de abandonar su gira por Inglaterra debido a una nevada, que interpretaron como un mal augurio. Pero poco a poco, disco a disco, gira a gira, conquistaron la escena internacional. Marley tenía un enorme carisma y sobre un escenario, flotando entre humaredas de maría, se convertía en un personaje arrollador. Justo lo que necesitaban un rock y un pop que buscaban salidas y comenzaban a repetirse.
La prensa se rindió a la fuerza de Marley, y el público le convirtió de inmediato en la imagen de la revolución. él luchó por mantenerse al margen de la fama, por jugar al fútbol cada uno de los días de su vida y por lograr una revolución que, con el paso del tiempo, comprendió que podía ser utópica. "Hay que despertar al pueblo negro de su sueño de siglos para que pueda ver lo que en realidad es", dijo cuando ya sabía que sus canciones no podrían cambiar el mundo.
En 1980 Marley se sintió repentinamente enfermo. Un tumor cerebral y un cáncer de pulmón le obligaron a peregrinar por algunos de los mejores hospitales del planeta en busca de un tratamiento milagroso que nunca llegó. Murió el 11 de mayo de 1981, el día más triste en la historia de Jamaica. Poco después ingresaba en el Rock & Roll Hall of Fame. El profeta viviría para siempre porque "lo bueno de la música /es que no te duele cuando te golpea".
Del reggae al reggaeton
A mediados de los setenta Eric Clapton alcanzaba el número uno en las listas norteamericanas con un tema de Bob Marley: I Shot The Sheriff. Esa canción supuso su espaldarazo definitivo. Marley inyectó reggae en las venas del pop y el rock. Paul MacCartney asegura que cuando escribió Ob-La-Di Ob-La-Da intentaba hacer una canción reggae y pasar a la historia como el primer músico blanco en lograrlo. Paul Simón también fue un pionero: "El reggae es el aire fresco que necesita el pop". Después llegaron cientos de grupos y solistas que intentaron el mestizaje. Bandas punk como The Clash, grupos nuevaoleros como Police, solistas neorromanticos como Boy George, formaciones británicas como UB40. Incluso Willie Nelson, leyenda del country, ha lanzado un disco con versiones de temas reggae: Countryman. Y eso sin olvidar el reggaeton (o reguetón) de Puerto Rico, que no es sino una música que desciende del reggae y que se funde con el hip hop y otros estilos latinos.
Discografía esencial
Catch a Fire (1973). Una obra maestra absoluta. Disipó todas las dudas sobre la importancia del reggae y el potencial de Marley. Actualmente se puede disfrutar en una edición especial con dos discos, cada uno con diferentes versiones de las mismas canciones.
Burnin (1973). Sólo seis meses después de debutar internacionalmente con Catch a fire se editó este álbum. Marley gana protagonismo y Peter Tosh y Bunny Wailer abandonan la banda tras grabar un disco que rebosa talento.
Live (1975). Considerado por muchos como el mejor álbum en directo de la historia. Marley se encuentra en la plenitud creativa, y disfruta de forma contagiosa sobre el escenario.
Songs from the Freedom (1992). Este cofre con cuatro discos recopila 78 canciones
grabadas entre 1962 y 1981, la gran mayoría tomas alternativas, inéditas y directos de enorme calidad. Imprescindible para comprender la evolución del genio.
áfrica Unite: The Singles Collector (2005). Una colección con los 20 sencillos más importantes (y comerciales) de su carrera. Incluye, además, una canción inédita: Slogans. Ziggy, hijo de Marley, descubrió hace dos años este tema grabado por su padre en 1979, y lo presenta con arreglos realizados por músicos de su familia y Eric Clapton.