¿Qué libro tiene entre manos?
Siempre varios. Un libro me conduce a otro para revisar fuentes. Por ejemplo, La fuerza de la no violencia, de Judith Butler, me lleva a Foucault, Benjamin o Freud, etc. También dramaturgos o poetas de los que me nutro para las clases de interpretación.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Seguramente, otro libro.
¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?
Reuniría a grandes personajes para que hablaran entre ellos. Sólo tendría preguntas y escucharía las respuestas. Lorca, Chéjov, Marx, Hegel, Whitman, Storni, Mistral…
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Los libros que me impresionaron fueron, en primer lugar, los de poesía que leía con mi madre cuando tenía ocho años. También los libros ilustrados del Renacimiento italiano que nos traía mi padre. Dejaron una huella profunda en mi formación.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Me gusta el papel. A cualquier hora.
¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?
No hay un acontecimiento. Es un cúmulo de ellos. El gran afán transformador del mundo que nos venía dado por los grandes pensadores que cambiaron nuestra forma de ver y pensar la vida del ser humano.
Vuelve a la poesía con Alfonsina Storni…
Es una de las poetisas que impresionaron mi forma de pensar y de sentir. Me retrotrae a la infancia.
Elija unos versos o un poema que la hayan marcado.
No tengo un poema, sino poetas; como Lorca, Mistral, Whitman, Storni, Prévert y muchos más.
En Van pasando mujeres estará junto a María Botto y Nur Levi. ¿Conecta Storni especialmente con la mujer?
Alfonsina Storni encara con coherencia argumentativa una postura de resistencia al exceso de poder y propone una lucha sin cuartel entre sometedores y sometidos, donde juega un rol imprescindible un nuevo sujeto social: la mujer.
¿Cómo ha afectado la pandemia a las salas alternativas?
Ha dañado el sostenimiento estructural. Pone a prueba nuestra entrega y amor al arte como una herramienta útil y necesaria, como reveladora de verdades latentes que otros intentan ocultar. El que resista, como en toda la historia del hombre, emergerá fortalecido.
¿Qué ha supuesto en La Mirador La katarsis del tomatazo?
La katarsis es un espacio de aprendizaje para los alumnos de la escuela; en la Sala Mirador, un instrumento necesario para su contacto con el “afuera”.
¿Qué autor u obra le ha impactado últimamente?
La relectura de Shakespeare y el vuelo poético, la imaginación y la profundidad de Lorca.
¿Alguna película preferida?
Muerte en Venecia me atravesó y, desde ahí, tantas…
¿Qué tipo de música escucha y en qué soporte?
Me encanta el vinilo. Lamentablemente no tengo todos los discos en vinilo, pero sí tengo a María Callas y, últimamente, gracias a la influencia de Alfonsina Storni, escucho a Violeta Parra y Mercedes Sosa.
¿Le importa la crítica, le sirve para algo?
Me interesan los aportes “críticos”, no la crítica. No la siento útil.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
El arte lo entiendo a través de los sentidos. Si impresiona mi mente, mi mundo sensorial y emotivo, naturalmente me conmueve.
¿Qué medidas tomaría para superar la actual crisis del sector cultural?
Diálogo con el sector, que no se interrumpa el iniciado por causa de la pandemia. Que el sostenimiento estructural, la investigación y la creación artística privada caminen junto a lo público. Planes de internalización específicos y consensuados con el sector privado. Reconocimiento profesional de todos los trabajadores que intervienen en las artes escénicas y audiovisuales.