Mariana Pineda derriba los muros
Hernández-Simón y Laia Marull convierten el clásico de Lorca en una telaraña donde se enreda la opresión y el hermetismo de la heroína
27 enero, 2021 09:18“¡Yo soy la Libertad, herida por los hombres! ¡Amor, amor, amor, y eternas soledades!”. Vuelven a resonar las palabras finales de la heroica Mariana Pineda sobre un escenario gracias a la dirección y versión de Javier Hernández-Simón y a la fuerza interpretativa de Laia Marull, que entra así por la puerta grande del olimpo lorquiano tras un intenso periplo que la hace recalar ahora, a partir del día 27, en las tablas municipales del Teatro Español.
¿Un lorca más? No. La potencia lírica del texto y el enorme vuelo del personaje –tanto el histórico como el recreado por el autor de Yerma– consiguen que asistamos, hipnotizados, a los bellísimos textos que atraviesan sus escenas. “¿Se deshelará la nieve cuando la muerte nos lleva? ¿O después habrá otra nieve y otras rosas más perfectas?”, se pregunta el poeta en la versión de Hernández-Simón sin renunciar ni un ápice a su condición de escritor eterno e inalcanzable. “¿Si la muerte es la muerte, qué será de los poetas y de las cosas dormidas que ya nadie las recuerda?”, implora.
"Lorca escribe un personaje tan magnífico que hoy resulta difícil separlo del histórico". Hernández-Simón
“Lorca nos enfrenta a nosotros mismos, nos pone un espejo ante el que debemos decidir quiénes somos y hasta dónde estamos dispuestos a llegar por nuestros ideales”, explica Hernández-Simón a El Cultural. A lo largo de la obra Mariana Pineda se va quedando sola. Es traicionada por todos aquellos que luchaban a su lado y es en ese momento en el que todo está perdido cuando debe decidir si sigue defendiendo sus principios. “Es un ejemplo de valentía, integridad, coherencia y compromiso no solo con su sociedad. También consigo misma”, precisa el director.
La puesta en escena que veremos en el Español tiene mucho que ver con el mundo opresivo, casi hermético, que habita su protagonista. La permanente amenaza que Mariana Pineda muestra a través de sus actos y de sus palabras se encuentra en una escenografía –la creada por Bengoa Vázquez– diseñada para dejar constancia de la poesía de Lorca, huyendo de un realismo que podría distraer de las profundas verdades que se plantean. Para ello, se ha edificado un juego de puertas negras y cintas rojas a modo de telaraña que es en realidad la pesadilla que arrastra a nuestra heroína y de la que intenta escapar para poder vivir según sus propias certezas.
Una de las claves para entender Mariana Pineda, se diría que toda la obra de Lorca, es la identificación del autor con el personaje. Según su opinión, sufría las mismas experiencias que las mujeres sobre las que escribió: “Ya sea en la habitación de Mariana Pineda, en las paredes de La casa de Bernarda Alba o en el calor asfixiante de Bodas de Sangre, Lorca siempre nos habla de los mismos muros”. Encontraremos pues una Mariana Pineda sin aditamentos ajenos a Lorca pero con poemas intercalados y escenas ocultadas para hacerla más directa. Según Hernández-Simón, la protagonista es una mujer con contradicciones y con miedo pero en constante evolución. “A lo largo de la pieza irá encontrando su propio valor. De hecho, escribe un personaje tan magnífico que hoy resulta difícil separarlo del histórico”, concluye el director, que prepara junto al escritor Fernando Marías una versión de Los santos inocentes, de Delibes, protagonizada por Javier Gutiérrez.