La relación del teatro y el cine es históricamente promiscua. Más todavía si a esa pareja añadimos la teleficción, dando origen a un estimulante ménage à trois, sobre todo porque las series son hoy el formato dominante a la hora de inocular historias en la sociedad, con HBO, Netflix, Amazon Prime… trasfundiendo capítulos a borbotones. La primera, pionera en el ámbito de las plataformas de streaming, ha gestado una nueva variante de este trío audiovisual con un interesantísimo acercamiento a las tablas españolas, propiciando que los tres medios se acoplen en el proyecto Escenario 0, que supone la mutación de seis de las obras más originales y llamativas de la cartelera nacional en los últimos años en episodios. A saber: Hermanas (Pascal Rambert), Juicio a una zorra (Miguel del Arco), Todo el tiempo del mundo (Pablo Messiez), Mammón (Nao Albet y Marcel Borrás), Vania (Chejov/Àlex Rigola) y Mariachis (Pablo Remón). Todos ellos, bajo el lema que agrupa la serie, Seis obras reimaginadas, podrán verse en HBO a partir de este domingo. También tendrán un hueco en la programación del Festival de San Sebastián el próximo día 18.
Esta iniciativa vino a caer como un maná sobre el grupo de directores elegidos, varados todos ellos por mor de la pandemia y la consiguiente sucesión de cancelaciones que tuvieron que asumir. Pablo Remón, teatrero con marcada querencia fílmica, la acogió con entusiasmo. La propuesta de Irene Escolar y Bárbara Lennie, sus verdaderas impulsoras, le ha permitido reorientar Mariachis hacia un formato para el que la concibió. “La obra tiene en realidad un origen cinematográfico: surgió como una idea para hacer una película. Después fue evolucionando hasta convertirse en una obra teatral. Y ahora ha hecho un ‘camino de vuelta’”, explica a El Cultural. Su viaje al corazón deprimido de la España rural, emprendido a través del personaje de un político corrupto (Israel Elejalde) que decide esconderse en el pueblo de su familia, ahora muestra el cielo y el campo de la meseta de verdad, elementos paisajísticos que, apunta el director madrileño, “en la obra son tan importantes y que antes solo podíamos imaginar”. El capítulo, de hecho, se rodó en Trijueque (Guadalajara).
Messiez, en cambio, no salió de Madrid para recrear de nuevo la zapatería donde trabajaba su abuelo, un territorio donde este recibe extrañas visitas cuando echa el cierre, personajes que le cuentan historias pasadas y presentes creando un enjambre de narraciones en el que es imposible delimitar fronteras temporales. El equipo de rodaje se asentó en un local de la calle Atocha 10, una tienda espaciosa y de aires añejos, que acaba siendo, señala Messiez a El Cultural, “un museo de la memoria”. Y anticipa: “La arquitectura del lugar y sus espejos juega un papel fundamental en el capítulo”. Rigola, por su parte, cumplió con su deseo inicial de exhibir su versión del Vania chejoviano en un bosque (como no fue posible en su momento, se sacó de la manga la caja de madera con limitadísimo aforo donde se escenificó finalmente). Las localizaciones, por tanto, han sido un ingrediente clave (y enriquecedor del material de partida) en Escenario 0, que va, claro, mucho más allá del teatro grabado, tan en boga durante el confinamiento.
Este supuso que quedara truncado el estreno de Las ficciones, último texto de Remón a medida para Irene Escolar, Bárbara Lennie y Carmen Machi (protagonista de Juicio a una zorra). Las dos primeras, ante semejante varapalo, retomaron la idea que venían rumiando desde hacía tiempo de rodar Hermanas, duelo interpretativo que por momentos parecía un despellejamiento verbal. La posibilidad de contar con el apoyo de HBO, vía José Luis Escolar, productor curtido en Hollywood junto a figuras como Spielberg y Ridley Scott, le animó a elevar la apuesta, conjuntando a la postre seis piezas teatrales. El proyecto se benefició del hecho de que todos sus planteles actorales estaban en el dique seco, de modo que fue relativamente sencillo confeccionar las agendas de los rodajes.
Todos los capítulos han contado con un director cinematográfico, que ha colaborado en complicidad con el teatral. En este aspecto, Lennie y Escolar se mostraron muy abiertas a las sugerencias de los registas. Cada uno tenías sus preferencias, las expusieron y contaron con el respaldo de las dos actrices devenidas en productoras ejecutivas. Remón se decantó con Lino Escalera, con el que dio a luz la película No sé decir adiós (2017). “Fue muy generoso por su parte embarcarse en algo que venía ya de un material previo escrito y dirigido por mí, y le estoy tremendamente agradecido. El capítulo es tan suyo como mío”.
Messiez esgrimió el nombre de Carlos Marqués-Marcet (10.000 kilómetros), que ya le ‘acompañó’ en Las canciones y con el que tenía pendiente hacer ‘algo’ en el futuro. “Me encanta su trabajo, su mirada sobre el cine y su humanidad”, afirma el director de origen argentino. Junto a él, acometió una serie de cambios en su texto para adaptarse mejor a la teleficción. Hemos incluido una voz en off y material documental. Ver el capítulo es como ver la obra desde otro punto de vista, desde el que se ven otras cosas que ese nuevo lugar de la mirada habilita”. Remón, por otro lado, ha cortado escenas y recortado diálogos, aparte de reescribir el principio y el final. "Digamos que el que conozca la obra la reconocerá, pero es una pieza distinta, adaptada a los medios y las condiciones de rodaje que teníamos. Es algo complementario que puede seguir su camino”, aclara.
Sí, seguir su camino y, acaso, abrírselo a otras obras para entre en esta nueva dimensión y tengan la opción de asomarse a nuevos públicos, que, acaso también, puedan interesarse luego por el riguroso directo del teatro representado en una sala. Quién sabe… “Ojalá haya más temporadas, y muchos equipos artísticos puedan pasar por la experiencia de reimaginar sus obras”, dice Messiez. “Creo que la pandemia, que prohibió durante un tiempo la posibilidad de lo escénico, nos ayudó a reconocer su especificidad. Y proyectos como este también te obligan a pensar acerca del medio que eliges. Acerca de cuáles son tus materiales de trabajo. Y siempre es bueno volver a saberlo, para así poder cuidar aquello que amamos”.