La ceremonia de entrega de los 37 Premios Goya ha comenzado con un gran homenaje a Carlos Saura, fallecido justo un día antes de la gala. Ante el delicado estado de salud del cineasta, la Academia de Cine le entregó el galardón en su domicilio unos días antes. No obstante, durante la ceremonia, la actriz Carmen Maura ha escenificado la entrega del premio a su viuda, Eulalia Ramón, y a sus hijos Antonio y Anna Saura.
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Sobre el escenario, Eulalia Ramón ha leído la siguiente carta póstuma de Carlos Saura, tras la cual el auditorio ha prorrumpido en una larga y sonora ovación.
A mis 91 años recién cumplidos no podía haber tenido mayor satisfacción que recibir por parte de la Academia el Goya de Honor. Gracias a todas y a todos los que os habéis acordado de mí, en especial a su presidente y amigo Fernando Méndez-Leite. He sido muy afortunado rodando más de 50 películas, he traspasado los límites que me proponía de joven, he tenido seis hijos, una hija, una docena o más de nietos y una bisnieta. Por todo ello me considero una persona afortunada. Muchísimas gracias a todos los que han colaborado conmigo en ese trabajo tan maravilloso que es hacer una película, y especialmente a mis actrices y mis actores favoritos, algunos de los cuales ya no están.
Estaré feliz si el cine que he hecho ha sumado algo de inspiración a la brillante generación de directoras y directores de hoy. Me veo a mí mismo reflejado como una estrella errante en la inmensidad del cosmos. Siempre dije que la imaginación es más rápida que la velocidad de la luz. Muchas gracias por este premio y mucha pena de no poder estar ahí saboreándolo con todos vosotros y vosotras.
Carlos Saura