Juan Carlos Tabío, uno de los directores de cine cubanos más populares, ha fallecido el lunes en La Habana a los 77 años. Junto a su colega Tomás Gutiérrez Alea, dirigió la única película cubana que ha llegado a ser finalista al Óscar a la mejor película de habla no inglesa, Fresa y chocolate (1993), una comedia honesta y valiente que trataba el tema de la persecución de la homosexualidad en la isla a través de la historia de amistad entre un ingenuo estudiante de ciencias políticas de la universidad de La Habana, comunista convencido y lleno de prejuicios e ideas doctrinales, y un joven artista culto, homosexual, individualista y escéptico. La película fue un gran éxito internacional que recibió el Oso de Plata de la Berlinale y un Goya a la mejor película extranjera de habla hispana.
La comedia fue el terreno que dominó Tabío, un género que manejaba a su antojo para diseccionar la realidad cubana. En su cine, el humor y la ironía no ocultaban la intención de profundizar en las contradicciones del ser humano en el sofocante clima de represión creado por Fidel Castro. Así, desde Se permuta (1984), el director creó un reflejo costumbrista de la sociedad en la que habitaba que hoy sirve de impagable documento para conocer la realidad de aquellos años.
En 1988 estrenó Demasiado miedo a la vida o ¡Plaff! y, a principios de los 90, Tabío paró el rodaje de El elefante y la bicicleta para ayudar a su amigo Gutiérrez Alea (con el que había escrito el guion de Hasta cierto punto diez años antes) a finalizar Fresa y chocolate después de que le diagnosticaran un cáncer. El éxito del filme les llevó a colaborar de nuevo en Guantanamera (1995), pero solo después de que Tabío finalizara y estrenara El elefante y la bicicleta.
Tabío nació en La Habana en 1943 y con 18 años se matriculó en el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos. Sus inicios en la profesión estuvieron vinculados al mundo del documental, llegando a estrenar unos 30 filmes antes de lanzarse a la ficción. Posteriormente fue docente de guión y dirección en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y dictó talleres de guión, dirección y dramaturgia en Panamá, México y Costa Rica.
Tras Guantanamera, Tabío volvió a dirigir en solitario y estrenaría Lista de espera (2000), Aunque estes lejos (2003), El cuerno de la abundancia (2008) y uno de los episodios del filme 7 días en La Habana, en casi todas ellas con Jorge Perrugorría en el reparto, lo que haría que se convirtiera en su actor fetiche. “El discurso artístico es por esencia ambiguo y polisémico. Caben múltiples interpretaciones, aunque no hay duda de que todo parte de una realidad nacional que responde a factores puramente económicos”, afirma el director en El Cultural por el estreno en España de Lista de espera. “Quería lógicamente hablar de nuestra realidad actual y verla desde una nueva perspectiva. La ironía es el arma de la que dispongo para ello y el humor es el instrumento para provocar la reflexión acerca de asuntos muy serios”