Manhattan, 1959: Jack Kerouac, Allen Ginsberg y otros autores beat participan en la improvisada Pull My Daisy, el peculiar salto al cine del fotógrafo Robert Frank. Los Ángeles, 1970: Orson Welles y Dennis Hopper, representantes del viejo y del nuevo Hollywood, mantienen una caótica conversación regada con alcohol en la que surgen distintas formas de entender el cine y todo lo demás. Patagonia, 1976: Narcisa Hirsch, pionera del cine experimental latinoamericano, intenta captar en Super 8 el espíritu de la vasta región al sur de Argentina.
Estos tres momentos, incluidos en la programación de Documenta Madrid, ejemplifican el espíritu de la 17.ª edición del festival, que tras el aplazamiento provocado por la pandemia —estaba prevista para mayo— se celebrará del 9 al 20 de diciembre con varias novedades con respecto a años anteriores. En primer lugar, cambia su definición: si antes era el “festival internacional de cine documental” de la capital, ahora es su “festival internacional de cine” a secas. Un cambio de nomenclatura que responde a una manera de entender el séptimo arte que dinamita las fronteras entre lo documental, lo ficcional y lo experimental. Se elimina también este año la separación por formatos. Ya no se distinguirá entre largometrajes y cortometrajes en las tres secciones competitivas: nacional, internacional y Fugas —esta última reservada para las películas más radicales en esa búsqueda formal y temática—, con la participación de casi un centenar de títulos.
“El cine documental, tal como ha demostrado el festival en su andadura, es más abierto y tiene una capacidad de hibridación más grande que la ficción en muchas ocasiones”, afirma Gonzalo de Pedro, director artístico de Cineteca, la institución municipal que organiza Documenta Madrid.
“El cine documental es abierto y tiene una capacidad de hibridación mayor que la ficción”. Gonzalo de Pedro
La otra novedad es la participación de dos comisarios invitados encargados de la programación: Cecilia Barrionuevo, del Festival de Mar del Plata, y James Lattimer, programador de la sección Forum de la Berlinale. Ambos comparten esta concepción del cine libre de etiquetas y han impulsado unos cambios que “van en la línea del trabajo que Cineteca ha venido realizando en los últimos años”, afirma Barrionuevo. Documenta sigue llevando el género de la no ficción implícito en el nombre, “pero la ficción documenta algo también”, opina Lattimer. “Todas las películas son documentos de algo: de cosas creadas, de cosas que existen en el mundo real, de sueños, posibilidades y sensaciones”.
Como tantos otros certámenes celebrados en 2020, Documenta Madrid ha optado por un formato híbrido que combinará proyecciones presenciales con visionados online. Para “conservar la atmósfera de festival”, explica Lattimer, algunas películas solo podrán verse en sala y, en los casos en los que sea posible, con la presencia de sus realizadores. Al mismo tiempo, la dimensión virtual supone una oportunidad para llegar a un público más amplio.
Careo entre dos titanes del cine
Abre el festival Hopper/Welles, la película inédita de Orson Welles a la que nos referimos al principio. Rodada hace 50 años, se ha estrenado mundialmente en la última edición del Festival de Venecia y ahora se proyecta por primera vez en España de la mano de Documenta Madrid. En aquella improvisada conversación, el director de Ciudadano Kane y Dennis Hopper hablaron largo y tendido sobre cine, pero también de política, gastronomía o la idea de Dios. “No está del todo claro por qué Welles quiso grabar aquella conversación, pero es una oportunidad única de ver a dos grandes cineastas hablando a tumba abierta durante dos horas”, asegura De Pedro. Todo indica que el material filmado iba a formar parte de Al otro lado del viento, otra película experimental de Welles que también permaneció inédita hasta 2018, y en la que el director interpretaba a un alter ego. Por eso esta conversación, en la que Welles llega a declararse franquista pero no fascista, quizá camine también por ese terreno donde se funden lo real y lo ficticio.
Una de las películas españolas más interesantes del festival participa en la sección internacional: Anunciaron tormenta, de Javier Fernández Vázquez, antiguo miembro del colectivo Los hijos y productor de El año del descubrimiento, recién galardonada en Sevilla. Anunciaron tormenta es su primera película en solitario e investiga la muerte de un líder de Guinea Ecuatorial mientras estaba en manos de las autoridades españolas en 1904.
Compiten también en la sección internacional A Shape of Things to Come, de Lisa Malloy y J. P. Sniadecki, una docuficción de tema ecologista y aires de wéstern que sigue las andanzas de un excéntrico lobo solitario en el desierto de Sonora, y Subject to Review, de Theo Anthony, un peculiar cortometraje que, a partir del sistema de arbitraje digital del tenis conocido como “ojo de halcón”, pone encima de la mesa cuestiones profundas acerca del sentido del espectáculo, la justicia y la imperfección humana.
Entre las películas que compiten en la sección nacional encontramos La huella, de Alejandra Nonell, Sofía Schiavoni, Irene Herrero del Valle y Alba Sofía Naseiro Lamas, un homenaje a todas las mujeres que han dedicado su vida a cuidar a los demás y que ya en la madurez han decidido cuidarse a sí mismas; y A media voz, de las cubanas Patricia Pérez Fernández y Heidi Hassan, premiadas en Málaga, La Habana y Ámsterdam con esta película que cuenta su historia autobiográfica de separación, emigración y conservación de la amistad pese a la distancia.
Arte y cine, una misma cosa
Tres ciclos retrospectivos jalonan la programación de Documenta Madrid y subrayan su apertura hacia otras maneras de hacer cine al margen de la industria y más cerca de las artes visuales. En colaboración con la Filmoteca Española, se repasará casi toda la filmografía del fotógrafo y cineasta Robert Frank, incluyendo su controvertida Cocksucker Blues, la película centrada en una gira de los Rolling Stones que la banda autocensuró cuando se percataron de la cantidad de excesos que quedaron registrados en ella. Ahora solo autorizan proyectarla en contadas ocasiones cada año, por lo que Documenta Madrid constituye una rara oportunidad de verla. El ciclo incluye otros 25 títulos entre los que cabe destacar su ópera prima, la mencionada Pull my daisy, Candy mountain, con Joe Strummer y Tom Waits, y Last Supper, sobre un fallido homenaje a un escritor
Otra de las retrospectivas, en alianza con el Museo Reina Sofía, estará dedicada a Narcisa Hirsch, artista visual, performer y cineasta experimental argentina. Una creadora nacida en 1928 cuyo nombre permaneció durante décadas en la sombra, pero que hoy es reconocida como pionera de este tipo de cine en Latinoamérica. A sus 92 años continúa ejerciendo como pegamento y mentora de las generaciones posteriores a la suya, organizando encuentros semanales —ahora por vía telemática— con jóvenes cineastas. En el Reina Sofía, entre el 11 y el 13 de diciembre se proyectarán 15 películas suyas agrupadas en tres sesiones dedicadas a sus inicios, a sus trabajos en la Patagonia y a su etapa más experimental.
El tercer ciclo retrospectivo, que tendrá lugar en la Nave 0 de Matadero Madrid y se prolongará hasta el 7 de febrero de 2021, está dedicado a los últimos trabajos del cineasta y artista visual estadounidense Eric Baudelaire, cuya obra forma parte de las colecciones de museos como el Centro Pompidou, Whitney Museum of American Art o el Reina Sofía y sus películas han sido estrenados en festivales como Locarno, Nueva York o Toronto. Su muestra en Matadero incluye cuatro trabajos recientes entre los que se encuentran su último largometraje Un film dramatique y The Glove, obra filmada durante el confinamiento de la primavera de 2020 y protagonizada por un guante quirúrgico que deambula aleatoriamente por las calles de una ciudad desierta.
La película de clausura de Documenta Madrid también tiene la autoría de una artista contemporánea cada vez más interesada por el cine como medio de expresión. Hablamos de Dora García y su película Love with Obstacles, dedicada a Alexandra Kollontai, escritora soviética, feminista y única integrante del primer gobierno de Lenin. Un documental performativo en el que la artista reconstruye la biografía de Kollontai siguiendo su pista a través de archivos audiovisuales.