Janet Leigh en Psicosis
El documental 78/52. La escena que cambió el cine, dirigido por Alexandre O. Philippe y premiado en el Festival de Sitges, saca a la luz detalles y anécdotas de la creación de la escena más famosa de la historia del cine. El filme proporciona agudas reflexiones sobre la obra de Hitchcock de Guillermo del Toro, Peter Bogdanovich, Danny Elfman, Bret Easton Ellis, Eli Roth y Jamie Lee Curtis, hija de Janet Leigh.
El mayor problema de la versión de finales de los 90 radica en que plantea una inocente y hueca copia plano a plano del montaje original, en vez de apostar por nuevas perspectivas. Van Sant quería simplemente actualizar la película a los gustos de los jóvenes de la época, reacios al cine en blanco y negro, pero se topó con un problema inesperado en la sala de montaje que ponía en tela de juicio toda la propuesta: la escena más importante, el asesinato en la ducha, no funcionaba como simple fotocopia de la original. Lo cuenta Amy E. Duddleston, montadora del remake, en 78/52, filme de Alexandre O. Philippe que consiguió el premio al Mejor Documental en el Festival de Sitges y que se estrena este viernes en España.
La alquimia de Hitchcock
Para solventar el callejón sin salida en el que se habían metido, Duddleston le propuso a Van Sant intercalar tres planos muy cortos, de naturaleza algo esotérica, entre las cuchilladas que el asesino misterioso inflige a la Marion Crane interpretada por Anne Heche: en dos de ellos se ve un cielo con nubes que evolucionan a gran velocidad y en el tercero una pupila que se dilata repentinamente. Esa opción improvisada y sin demasiada justificación, que fue la que llegó al montaje final, acabó a la postre suponiendo la derrota de Van Sant, un director para nada despreciable, ante Hitchcock: la alquimia del maestro del suspense resultó inasible.El título del documental de Alexander O. Philippe, 78/52, hace referencia a las 78 tomas y 52 cortes que contienen los tres minutos que dura la escena de la ducha rodada por Hitchcock. El director inglés no escatimó en tiempo y recursos para sacarla adelante ya que era plenamente consciente de su importancia. De hecho confesó a Fraçoise Truffaut, en las conversaciones que mantuvo con él en 1962, que lo que le había atraído de la novela de Robert Bloch -un autor menor de literatura fantástica y ciencia ficción-, en la que se basa la película, era que el asesinato llegaba cuando menos lo esperabas. Hasta ese momento ningún director se había atrevido a matar a su protagonista a mitad del metraje y nadie sabía como podía reaccionar el público.
No fue el único acto de fe de Hitchcock, que venía de rodar una superproducción tan vibrante, encantadora y colorida como Con la muerte en los talones (1959). Ante la pujanza que tenía la televisión en aquel momento, el director inglés decidió plantear Psicosis como un experimento: rodar en blanco y negro con un presupuesto muy bajo y con las mismas condiciones que una producción para la pequeña pantalla. De hecho se valió de parte del equipo de la serie Alfred Hitchcock presenta, añadiendo a tres profesionales de reconocido prestigio que serían fundamentales para el resultado final de la famosa escena: el compositor Bernard Herrmann, el editor George Tomasini y el diseñador gráfico Saul Bass. Y además Hitchcock innovó también en la promoción del filme, con medidas como la prohibición de entrar a la sala una vez que la función había comenzado o protagonizando él mismo el trailer de la película.El documental hace hincapié en cómo
Alexandre O. Philippe repasa todas estas cuestiones en el documental de la mano de directores de cine como Guillermo del Toro o Peter Bogdanovich; el escritor Bret Easton Ellis, autor de American Psycho; el compositor Danny Elfman, responsable de la banda sonora del remake de Gus Van Sant; el editor de sonido Walter Murch, colaborador habitual de Francis Ford Coppola, o la actriz Jamie Lee Curtis, hija de Janet Leigh, protagonista de la Psicosis original.
El padre del Slasher
Sin embargo, 78/52 hace sobre todo hincapié en cómo la película estableció nuevos estándares de normalización de la violencia, de los comportamientos pervertidos y de la sexualidad en el cine, siendo la semilla del slasher que florecería en los 70. Por ello, el filme también recoge la opinión de los herederos actuales de ese género del horror, cineastas como Eli Roth (Cabin Fever, Hostel), Leigh Whannell (guionista de Saw e Insidious) y Karyn Kusama (Jeniffer's Body, La invitación).Alexander O. Philippe, que ya había dirigido otros documentales cinéfilos como The People VS George Lucas (2010) o Doc of the Dead (2014), disecciona además la escena de la ducha de manera escrupulosa y con profusión de detalles y para ello cuenta con la colaboración especial de Marli Renfro, la doble de cuerpo de Janet Leigh, que ofrece su particular versión de los hechos.
Y, aunque la mayoría de la información es ampliamente conocida, nunca está de más recordar anécdotas tan sabrosos como que Hitchcock utilizó sirope de chocolate para que la sangre pareciera más real, que se usaron melones para capturar el sonido de las cuchilladas o que nunca vemos en pantalla cómo la hoja atraviesa el cuerpo de Janet Leigh. También se analiza el montaje, una proeza en la que se tomaron decisiones arriesgadas como un cambio de eje de 180 °.
Y si Gus Van Sant fracasó con su remake, Martin Scorsese sí supo valerse de las lecciones de Hitchcock en Toro Salvaje (1980) ya que, como muestra el documental, la emocionante y tensa pelea en la que Jack LaMotta se enfrenta a Sugar Ray Robinson copiaba también toma a toma la escena de la ducha para crear algo diferente pero igual de impactante.
@JavierYusteTosi