El próximo domingo, 12 de junio, el cineasta Luis García Berlanga hubiese cumplido 90 años. Desaparecido el pasado mes de noviembre, dejó su estilo único (entre el esperpento, el neorrealismo, la crítica social y el sainete) en títulos como Bienvenido Mr. Marshall, Plácido, El verdugo o La vaquilla. Para recordarlo, El Cultural ha pedido a diez directores que comenten diez de sus películas fundamentales y analiza, a través de varios expertos, alguna de sus facetas más importantes. Así, Carlos F. Heredero habla de su trayectoria fílmica, Carlos Reviriego explora su fecunda influencia sobre generaciones posteriores, José Luis Castro de Paz, autor de La nueva memoria, analiza los trazos formales del cine berlanguiano y Steven March se ocupa de la relación del director con España y su relevancia internacional.
Berlanga, ternura y vitriolo, por Carlos F. Heredero. Entre película y película, el director recorre cinco décadas del cine español enseñándonos el revés menos complaciente de una sociedad que, a juzgar por sus imágenes, permanece instalada en la represión sexual, la hipocresía moral, las corruptelas clientelares y el esperpento social.
10 directores, 10 películas. De sus inicios con Bardem a los pícaros de la democracia, pasando por el mítico tándem con Rafael Azcona, los directores José Luis Borau, Emilio Martínez-Lázaro, José Luis García Sánchez, Isaki Lacuesta, Montxo Armendáriz, Manuel Gutiérrez Aragón, Borja Cobeaga, Bigas Luna, Nacho Vigalondo y Enrique Urbizu eligen a su Berlanga favorito.
Los linajes del maestro, por Carlos Reviriego. Su sombra sigue presente ahí, en el sustrato fílmico y cultural, en algunos destellos y actitudes. Lo que en el uso ya habitual en el lenguaje cotidiano viene a ser expresión de situaciones absurdas, comicidad cáustica y enfoques grotescos.
Crispación ética y violencia formal, por José Luis Castro de Paz. Desde principios de los años sesenta, definitivamente convencido de que "el camino es el esperpento", el cineasta realizará su más negro y devastador tríptico, cumbre de un cine español moderno: Plácido, La muerte y el leñador (episodio de Las cuatro verdades) y El verdugo.
Cosmopolita y "nuestro", por Steven Marsh. El director, siempre inconformista, nunca encajó muy bien en eso de "lo nacional". A veces, lo veían como demasiado español y por lo tanto intraducible, y otras le denunciaban como “un mal español”, según una perla antológica del mismísimo Franco.