'Prima Facie', el dolor de una feminista
Vicky Luengo es lo mejor de esta obra que reincide en lo mismo del caso Rubiales: el consentimiento de la mujer en sus relaciones sexuales con el hombre
Ni siquiera en la rentrée teatral de la temporada madrileña 2022-23 se da tregua al asunto que ha preocupado mucho a España y al mundo durante el mes de agosto. El drama feminista Prima Facie que ayer se estrenó en los Teatros del Canal reincide en lo mismo del caso Rubiales: el consentimiento de la mujer en sus relaciones sexuales con el hombre.
Es la actriz Vicky Luengo, única protagonista, lo mejor de esta producción de hora y cuarenta minutos en los que se emplea a fondo en pasar de abogada-tiburón defensora de violadores a víctima sexual.
Prima Facie sirve fielmente a la ideología de la ley “del sí es sí”. Su autora Suzie Miller, abogada australiana antes de dedicarse a la escritura, elige el formato de un juicio dramático para exigir una reforma del sistema legal en absoluta sintonía con esta polémica ley aprobada por el gobierno de Sánchez (Yolanda Díaz apoyó ayer el estreno con su presencia).
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Por ejemplo, entre otras reivindicaciones pide la de que se presuma la culpabilidad de los acusados por violación y que en los juicios de estos casos sean los acusados, y no las víctimas o denunciantes, quienes prueben el delito (“inversión de la carga de la prueba”), lo que también ya pasa no solo en nuestro país, sino en muchos otros de la Unión Europea.
Se podría decir por tanto que en su propósito propagandístico la obra llega tarde a España, pero Miller la estrenó en 2019 en su país y luego hizo su debut en Londres y Nueva York el pasado año, siendo bien recibida principalmente por la actriz que la interpretó, Jodie Comer.
Pasa igual con la producción española, sin el fuste y la energía de Vicky Luengo para provocar y conducir las emociones efecto de su dolor, difícilmente atraería el interés de un público que no estuviera entregado a la causa. Hay que señalar la acertada dirección del peruano Juan Carlos Fisher, y el diseño escénico minimalista y elegante que lo arropa (Ion Aníbal en la luz y Lua Quiroga en la escenografía).
Diseñada como un puzzle, el texto encadena escenas breves que llevan hacia delante o hacia atrás la acción, y contextualizan el entorno social del personaje antes de que surja el conflicto. Luengo además de interpretar a la abogada Tessa, debe describir y poner en situación estas escenas, replicar las distintas conversaciones con los personajes y combinarlas con un narración en tercera persona que, en definitiva, hacen su labor muy compleja.
La idea es que nuestra protagonista pruebe de la medicina que ha recetado. Por ello, la estructura invertida de la obra nos muestra al principio a una Tessa que pasa de divertida, ambiciosa y brillante abogada defensora de violadores a presunta víctima decidida a perder todo lo que ha conquistado (su carrera, su posición, su estatus, su sexualidad…) con su denuncia.
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El monólogo se desarrolla en su primera parte de manera más o menos ágil, hasta que presenta “su caso de violación” para muchos discutible: Tessa ha ligado con su colega de trabajo y tras una noche de alcohol se van a la cama, pero él la folla sin su consentimiento. Esa misma noche, ella corre a comisaría a denunciarlo por violador.
La parte final se destina a subrayar el sufrimiento de Tessa y a defender un concepto de violación que se adapte a la realidad que a ella le gustaría, y que sustituiría la actual en la que impera un sistema judicial diseñado por los hombres, según dice.
Es un final largo y reiterativo, salpicado de argumentos como los ya citados e informaciones manipuladas (“una de cada tres mujeres es agredida sexualmente”, repite Tessa, de acuerdo a lo que ella considera agresión sexual y donde el pico de Rubiales así se entendería) que apoyan este pretexto feminista.
Prima Facie
Teatros del Canal, sala Verde. Hasta el 17 de septiembre
Texto: Suzie Miller
Reparto: Vicky Luengo
Dirección: Juan Carlos Fisher
Traducción y adaptación: Juan Carlos Fisher y Rómulo Assereto
Música y espacio sonoro: Luis Miguel Cobo
Iluminación: Ion Aníbal López
Escenografía y vestuario: Lua Quiroga Paul
Ayudante de dirección: Rómulo Assereto
Videoescena: Emilio Valenzuela
Producción: Ana Jelín