Stanislavblog por Liz Perales

Carme Portaceli: “La designación política fracasa por nombrar a los amiguetes”

30 septiembre, 2016 17:39

[caption id="attachment_1372" width="560"] Carme Portaceli[/caption]

Carme Portaceli (Valencia, 1957), la nueva directora del Teatro Español, trabaja ya en la programación de 2017 que iniciará el próximo mes de enero. Ella dirige teatro desde 1984, y de su amplio repertorio es llamativo la atención que ha venido prestando al teatro centroeuropeo, con títulos de Tabori, Jelinek, Bernhard, Slobodzianek… y también del teatro alemán (Heiner Müller, Botho Strauss, Fassbinder…). Su proyecto para dirigir el Teatro Español le exigirá ahora investigar en la dramaturgia nacional.

Qué azarosa circunstancia que Portaceli (Valencia, 1957) vaya a coincidir en Madrid con Àlex Rigola, el nuevo director de Teatros del Canal-Sala Verde. Los dos directores de escena sonaron hace diez años para la dirección del Teatre Lliure de Barcelona, cuando pertenecían a la Jefatura de Programación del teatro y, como es sabido, fue Rigola el designado. Vinculados al citado teatro catalán desde los inicios de sus carreras, de ellos dependen ahora el teatro municipal y el autonómico de Madrid.

Le comento esta circunstancia a Portaceli, que se encuentra en Praga por motivos de trabajo. Ella sí ha aceptado conversar por teléfono con El Cultural. Mateo Feijoo, cuya candidatura para dirigir las Naves del Español en Matadero se impuso por un voto a la del favorito Andrés Lima, ha declinado atendernos desde Portugal (todavía no se ha visto con las autoridades políticas del Ayuntamiento). "A Rigola lo han nombrado directamente, sin pasar por un concurso”, dice Portaceli, “y me parece muy bien. Creo que tan bueno es un sistema como el otro. La designación política es legítima, y especialmente si se elige a un profesional por su trayectoria. El problema, creo yo, es que en este país se suele nombrar a los amiguetes y por eso ahora hacemos tantos concursos".

Pregunta.– Con la inestabilidad política y los juegos de alianzas entre PSOE y Podemos, podría darse un escenario en el que cayera la corporación de Carmena, me pregunto qué ocurriría entonces con su nombramiento y el de Feijoo.

Respuesta.– Ah, ni idea.

P.– Usted ha sido la favorita de la terna final del proceso.

R.– Eso nunca lo sabes. La gente dice muchas cosas, pero he sido favorita en otras ocasiones y no he salido. No lo tengo en cuenta.

P.– Hablemos de su proyecto, por el que ha ganado. ¿Qué se propone?

R.– La líneas de la programación pretenden ofrecer un teatro que mezcle tradición y contemporaneidad, en el que el teatro español sea una parte integrante destacada, que mantenga unos nivele de excelencia artística y que incorpore diversas tendencias y perspectivas de la creación contemporánea.

P.– ¿Y cómo se va a diferenciar el Español de las Naves de Matadero, una empresa única hasta ahora pero con dos estructuras que funcionarán por separado en adelante?

R.– El Español está en el centro de la ciudad, tiene una solera, un público que hay que fidelizar. Frente a Matadero, que es un lugar extraordinario y precioso, pero que tiene otro público.  No he hablado con Mateo, pero espero hacerlo.

P.– Hasta ahora ambos teatros compartían equipo de producción, de técnicos, administración, hasta publicidad y gabinete de prensa... ¿Cómo se va a dividir?

R.– Cada teatro tiene su dotación.

P.– Sí, pero  ¿se va a contratar más personal?

R.– Bueno, todavía no he aterrizado allí. No le puedo decir.

P.– ¿Tiene previsto desarrollar otras actividades paralelas además de la producción de espectáculos?

R.– Sí, muchísimas. He previsto música, sesiones golfas, poesía, conferencias...

P.– Este es un teatro de la ciudad de Madrid, ¿cómo va a implicar a los artistas que viven en Madrid?

R.– Por supuesto que cuento con ellos. Quiero que la profesión madrileña esté presente. Sé que estamos en un momento económico crítico y no sé todavía hasta donde alcanzará el nivel de producción, pero lo que tenemos que hacer es buscar compañeros de viaje.

P.– Usted es valenciana y ha desarrollado gran parte de su carrera en Barcelona. Se oyen voces críticas entre los profesionales de Madrid acerca de que el teatro municipal y el autonómico lo vayan a dirigir artistas catalanes ¿No le parece que debería haber una mayor reciprocidad con los artistas madrileños en Barcelona?

R.– He sido una gran defensora en Barcelona de esto que dice, es decir, de la reciprocidad, de la presencia de los artistas madrileños, así como de otras latitudes. Yo no me miro el ombligo porque considero que el arte no conoce fronteras, y los artistas podemos caminar de un sitio a otro. Pero también hay que decir que en los últimos años esto ha cambiado. Lluís Pasqual invita al Lliure cada vez a más artistas de Madrid. Andrés Lima abrió el Grec, y el Lliure ha programado a Ernesto Caballero, Miguel del Arco, Teatro de la Ciudad, Alberto San Juan, Pedro Casablanc acaba de estrenar Yo, Feuerbach.

P.– Quizá llega tarde.

R.– Bueno, más vale tarde que nunca.

P.– Tiene una larga trayectoria profesional pero, ¿qué diría a aquellos que sospechan que la han elegido para cumplir con la cuota de acción positiva?

R.– Pues lo desconozco y lo dudo muchísimo, porque ha sido un tribunal el que ha seleccionado mi proyecto de entre 23. Es difícil poner de acuerdo a todos los miembros de un jurado popular, gente que viene de la calle, para que siga una consigna así ¿no le parece? Por otro lado, soy feminista y considero que a las mujeres nos cuesta mucho más ganar visibilidad que a los hombres. Quiero decir que a un currículum de dos hojas de un hombre, una mujer tiene que presentar cuatro. Por eso defiendo estas acciones de acción positiva. Pero lo que importa es que estar aquí, para mi es una gran ilusión, un sueño que se ha cumplido.

P.– Ahora tendrá que cambiar de residencia ¿tiene ya casa?

R.– Sí, yo tengo casa en Madrid. Tengo un apartamento que en estos momentos lo tengo alquilado, así que tendré que buscar otro.

 

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